La poes¨ªa de 200 ni?os cantores e instrumentistas

El ciclo oto?al de la Sinf¨®nica de RTVE se cerr¨® con un estupendo concierto de Navidad, apoyado en dos obra de Britten y u?a de Alberto Blancafort. Ascendieron al escenario del Real, adem¨¢s de los Coros de la casa, un grupo de profesores de la Orquesta y el Coro infantil Itxas Soinua, de Lequeitio: un centenar muy crecido de ni?os instrumentistas y ni?os-cantores para dar al misterio de Britten, El diluvio de No¨¦, toda la gracia, sab¨ªa e infantil, que encierra.Od¨®n Alonso ha preparado con minuciosidad y entrega este concierto en actitud antidivista, cuyas ¨²ltimas razones sentimentales nos explica en su muy bella nota de programa. Y con las decenas de violines, normales o peque?os seg¨²n la edad del ejecutante; de violas, violoncellos, flautas de pico, trompetas, carrillones, percusiones, los peque?os profesores hicieron m¨²sica verdadera y dieron ejemplo de disciplina.

Bas¨¢ndose en el g¨¦nero de representaciones b¨ªblicas del siglo XVI ingl¨¦s, Britten construy¨® su Diluvio con sumaria parte esc¨¦nica, en la que su dominio t¨¦cnico se demuestra por la capacidad de simplificaci¨®n tanto como por la fidelidad con que se sirve el argumento, los textos y el destino infantil de la pieza.

Cuando El diluvio de No¨¦ se estrena en Venecia, en el maravilloso escenario (de la Scuola di San Rocco, durante la primavera del 61, Eugenio Montale redacta una breve y bella cr¨®nica que viene a reflejar una sorpresa an¨¢loga a la experimentada por el p¨²blico del s¨¢bado y domingo: "La m¨²sica, tempestuosa en la descripci¨®n del diluvio, onomatop¨¦yica cuando reproduce las voces de los animales, humor¨ªstica en las escenas de car¨¢cter, se balancea entre lo religioso y lo profano y es digna del autor de La vuelta de tuerca".

Po¨¦tica vivida

Creo, sin embargo, que el elemento dominante en Britten -como en Amah, pero esta vez de un infantilismo carente de amaneramiento- es la poes¨ªa. Po¨¦tica representada y vivida por ni?os o en estado de pura ingenuidad cuando le corresponde intervenir a los mayores: No¨¦, encargado con exactitud por Santos Ari?o; Dios, a cargo de Narciso Ib¨¢?ez Menta, y dem¨¢s elementos profesionales. Robero Carpio, Rom¨¢n Calatayud y Manuel Mero?o (director esc¨¦nico, decorador y autor de los mu?ecos), acertaron en el breve montaje teatral porque todo qued¨® sumido en una unidad conceptual que, en el caso de Britten, est¨¢ determinada por la propia m¨²sica.

Od¨®n Alonso fue capaz de organizar tan amplio, vario y voluntarioso gent¨ªo musical. Ha debido trabajar de lo lindo, pero los resultados merecen la pena: ver ese mult¨¢nime protagonismo infantil, feliz y responsable, movilizado para hacer arte lo mejor posible.

El Coro de Lequeitio, que dirige Gorka Sierra, es espl¨¦ndido. Antes de su intervenci¨®n en El diluvio, nos dio una versi¨®n perfecta de afinaci¨®n y sentido de A ceremony of Carols, para coro infar¨ªtil y arpa, de Britten, en la que Mar¨ªa Rosa Calvo Manzano luci¨® todos sus valores.

Es raro encontrarse con un conjunto vocal infantil de tanta calidad como la del ltxas Soinua, que conoc¨ªamos desde su colaboraci¨®n en el R¨¦quiem guerrero que dirigiera Antonio Ros Marb¨¢.

En el centro del programa, el Coro de la RTVE, bajo la direcci¨®n de Alonso, estren¨® una Sinfon¨ªa coral, encargada por Radio Nacional a Alberto Blancafort con el fin de renovar el repertorio sobre temas populares.

El tantos a?os titular del Coro y actualmente de la Orquesta de Porzheim (Alemania), construy¨® una partitura en tres movimientos sencillamente deliciosa.