Olof Palme cree que el armamentismo nos conduce a una nueva guerra mundial
El primer ministro sueco, Olof Palme, socialdem¨®crata, de 55 a?os, est¨¢ "firmemente convencido" de que, si prosigue en el mundo la actual carrera de armamentos, "la situaci¨®n de pobreza y de rearme nos va a conducir sin remedio a la guerra mundial".Basado en esa convicci¨®n, el primer mandatario sueco, que despu¨¦s de seis a?os en la oposici¨®n volvi¨® al poder en su pa¨ªs el pasado mes de septiembre, ha hecho en las ¨²ltimas semanas varios llamamientos a favor de la paz y del desarme.
El ¨²ltimo de estos llamamientos se produjo hace una semana y tuvo como objetivo los presidentes de los seis pa¨ªses de Am¨¦rica Central. Acompa?ado en la firma del documento por los premios Nobel de la Paz Alva Myrdal y Alfonso Garc¨ªa Robles y el premio Nobel de Literatura Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Palme pidi¨® a los jefes de los distintos Estados centroamericanos que se sentaran en una mesa a negociar sin condiciones, con los l¨ªderes de los movimientos de liberaci¨®n; que detuvieran el tr¨¢fico de armas en esa zona y que, en fin, contribuyeran a conseguir la paz.
En el caso de la guerra mundial. que ¨¦l cree que se producir¨ªa si la carrera armamentista no se detiene, el primer ministro sueco cree que "ese conflicto nos llevar¨ªa al fin de la civilizaci¨®n". El no ve, sin embargo, "raz¨®n alguna para que esa amenaza persista. Creo que hay medios racionales, perfectamente reformistas, para abortarla, para detener esa loca carrera armamentista".
Olof Palme explic¨® sus teor¨ªas en favor del desarme en un libro de cuyo contenido est¨¢ orgulloso. "Cuando yo empec¨¦ a decir estas cosas cre¨ªa que era imposible llevar este mensaje a los responsables de esta carrera de armamentos, porque pensaba que era dif¨ªcil entender su lenguaje: forman corno una secta de cuyas reglas son ¨²nicos depositarios y a cuya esencia parece imposible acceder. Pero, poco a poco, te das cuenta de que puedes romper la barrera y de pronto empiezas a saber que las cosas no son tan complicadas, y ellos incluso pueden descubrir que esa carrera armamentista no es tan necesaria. Eso es lo que da fuerza a mi creencia en la posibilidad de que pueden hallarse modos racionales de controlar los armamentos y llegar al desarme".
Las razones por las que Suecia protagoniza esta propuesta de desarme nacen de la convicci¨®n de Palme de que las dos amenazas a las que se enfrenta la paz mundial son la pobreza y el rearme. En cuanto a la pobreza, "el mundo est¨¢ en una horrible situaci¨®n. Hay tantos pa¨ªses al borde de la bancarrota: en Latinoam¨¦rica, en la mayor parte de Europa del Este, en Asia, en Africa...".
Esa situaci¨®n de pobreza extrema, cree Palme, "conducir¨¢ a una profunda crisis si los grandes pa¨ªses industrializados no se embarcan en una pol¨ªtica econ¨®mica de expansi¨®n, que es perfectamente posible. Esa lucha en contra de la pobreza debe producirse, por otra parte, en el contexto de la batalla en favor de los derechos humanos".
Zona desnuclearizada en el norte de Europa
Para defender la paz de Europa, la m¨¢s reciente y audaz propuesta de Olof Palme se concreta en su idea de crear una zona desnuclearizada en el norte del continente, donde se halla Suecia. "En el norte de Europa", dice Palme, "no tenemos bombas at¨®micas en el momento presente. Estamos preparados, por tanto, para crear una zona desnuclearizada, lo que significar¨ªa que los daneses y los noruegos abandonar¨ªan su opci¨®n nuclear. Mientras tanto, los sovi¨¦ticos deb¨ªan hacer algo similar por su lado".
Esa desnuclearizaci¨®n en el norte de Europa "har¨ªa descender el peligro de guerra nuclear". El cumplimiento de la propuesta "tendr¨ªa dos efectos: por un lado, quitar¨ªa las armas nucleares de nuestras fronteras y, adem¨¢s de eliminar ese riesgo de conflicto nuclear, contribuir¨ªa a crear un muro de confianza entre los grandes poderes".
El mensaje que quiere hacer llegar Olof Palme con esta propuesta "tiene el mismo sentido que el que hemos hecho con nuestra proposici¨®n para crear un campo libre de armas nucleares en el centro de Europa. Ser¨ªan 350 kil¨®metros a cada lado de Europa, donde hoy hay miles de peque?as armas nucleares estacionadas".
Si se eliminan esas armas nucleares, afirma Palme, "si se las hace desaparecer de ah¨ª, el riesgo de guerra desciende, porque habr¨¢ disminuido la posibilidad de utilizaci¨®n de armas de ese car¨¢cter, De igual modo, esa acci¨®n har¨ªa posible la creaci¨®n de confianza entre las grandes superpotencias".
Eso traer¨ªa consigo la creaci¨®n de un sistema de seguridad exclusivamente europeo, puesto que es el continente lo que se quiere salvaguardar. "No, en absoluto", dice Palme. "Lo ¨²nico que me preocupa es que, como dijo en una ocasi¨®n la reciente premio Nobel de la Paz Alva Myrdal, 'Europa es el campo de batalla mejor preparado de la historia,. Hay miles de armas nucleares preparadas para atacar. El riesgo es que cualquier conflicto, donde quiera que se produzca, puede ser transportado a Europa, porque aqu¨ª las superpotencias est¨¢n preparadas para luchar entre s¨ª. El inter¨¦s en Europa es por eso normal".
?Cu¨¢l ser¨ªa el papel de la OTAN, a la que no pertenece Suecia, en ese proceso de desarme? Olof Palme es cauto. "Yo no soy miembro de esa organizaci¨®n y, por tanto, debo ser ser muy cuidadoso de expresarme yo mismo sobre lo que debiera ser la actitud de esa entidad atl¨¢ntica. Pero espero que el papel de la OTAN sea el de tomar parte activa en la reducci¨®n de las fuerzas hoy presentes en Europa".
'Nunca podr¨¦ pedir a la OTAN", dice el primer ministro sueco, "que proceda a un desarme unilateral, pero s¨ª que pueda llegar a acuerdos con el Pacto de Varsovia para que los dos bloques reduzcan sus fuerzas".
Tampoco se quiere pronunciar Olof Palme sobre la conveniencia o no de que Espa?a pertenezca de modo pleno a aquella organizaci¨®n defensiva atl¨¢ntica ("eso deben decidirlo los espa?oles"), estima que la llegada al poder de los socialistas de Felipe Gonz¨¢lez "abre nuevas perspectivas para discutir con Espa?a problemas de ¨ªndole internacional" y expresa cu¨¢l es el futuro de Suecia como pa¨ªs con su propia defensa: "Nosotros queremos nuestra propia defensa. Si alguien trata de apoderarse de nuestro territorio, lucharemos". ?Solos? "Solos. No estamos pidiendo ayuda de nadie para nadie en este sentido. Sabemos que no podremos derrotar a una gran potencia, pero estamos convencidos de que las grandes potencias conocen que el precio de una derrota nuestra les resultar¨ªa demasiado alto".
?De d¨®nde le viene esa fuerza a Olof Palme? "De la creencia de que la gente quiere a su pa¨ªs y de que, sobre todo, los pueblos desean vivir en paz con sus vecinos".
?C¨®mo ha conseguido Olof Palme mantener esas posiciones de neutralidad y cr¨ªtica con respecto a las grandes potencias y, al tiempo, coexistir con ellas sosteniendo su independencia? "Siendo honesto y basando la pol¨ªtica en los hechos. En un momento u otro, las superpotencias ser¨¢n cr¨ªticas de nuestras posiciones, pero hay que responderles con argumentos, no con el poder. Estados Unidos Fue muy cr¨ªtico de nuestra actitud con respecto a la guerra de Vietnam, contraria a la que mantuvo el pa¨ªs americano. Pero para m¨ª fue un motivo de orgullo cuando el vicepresidente de Estados Unidos vino aqu¨ª y dijo, en una cena oficial, que 'en Vietnam ustedes estaban en lo cierto y nosotros est¨¢bamos equivocados'. Y esa fue una ocasi¨®n de orgullo, porque demuestra que uno tiene la fuerza de los argumentos".
Sesenta a?os de neutralidad
Olof Palme, adem¨¢s, est¨¢ convencido de que esas posturas cr¨ªticas "no da?an las relaciones con las grandes potencias, que a largo plazo advierten que si uno es abierto y honesto y no busca la discusi¨®n por s¨ª misma, puede llegar a ser un interlocutor esencial".
A esa posici¨®n de fortaleza ha llegado Suecia, dice Palme, "manteniendo durante sesenta a?os la neutralidad, teniendo en cuenta que cada pa¨ªs debe seguir su propia vida y tratando de combinar esa actitud de independencia con una activa pol¨ªtica exterior".
Los campos en los que se centra esa activa pol¨ªtica exterior "son los del desarme y la paz, el apoyo de las aspiraciones de liberaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica de los pa¨ªses del Tercer Mundo y la cooperaci¨®n econ¨®mica que asegure el pleno empleo en todo el mundo. La defensa de los derechos humanos en todas partes es el corolario de esa posici¨®n".
El panorama del mundo debe conducir a un pa¨ªs -y a un personaje como Olof Palme- que defiende tal pol¨ªtica a una tremenda frustraci¨®n. "No, en absoluto. Mire: una vez vi en un hotel de Teher¨¢n un proverbio que dec¨ªa: 'La mayor forma de valor es la paciencia'. Yo he estado implicado durante toda mi vida en la lucha contra el apartheid. Y esa lucha tard¨® mucho tiempo en dar sus frutos, y los dio primero en Argelia, en T¨²nez; luego fue triunfando en pa¨ªses de Africa del Sur; se acabaron las colonias portuguesas; despu¨¦s vino Zimbabue, y ahora quedan Namibia y la propia Sur¨¢frica. Eso significa que poco a poco Africa est¨¢ consiguiendo su liberaci¨®n. Por supuesto, hay nuevos problemas. Pero el antiguo colonialismo, el viejo racismo, han sido aplastados. ?Por qu¨¦ no van a terminar igual las restantes batallas?".
En tales batallas, Palme considera que los socialistas, centrades en la lucha por el desarme y el pleno empleo, tienen un gran papel que jugar contra lo que ¨¦l llama "las fuerzas del ego¨ªsino". "Esas fuerzas del ego¨ªsmo dicen que uno no se debe preocupar de los dem¨¢s, que han de dejarse solos a los que sufren desempleo, inseguridad, guerra. Esa teor¨ªa del ego¨ªsmo s¨®lo crea conflictos sociales. Por tanto, hay que entender que s¨®lo se existe en cooperaci¨®n con los dem¨¢s y hay que tomar en consideraci¨®n el destino de los otros seres humanos. Este es el tema capital de la tesis de solidaridad que mantiene el socialismo".
Palme cree que esa tesis prevalece sobre los sue?os de la derecha. "La derecha ha tenido una especie de sue?o de la libertad, que le hizo pensar en la eliminaci¨®n de todas las reglas de solidaridad social de modo que pudieran subir los precios, el desempleo, de forma que se eliminaran los sistemas de seguridad social. Manteniendo esas tesis creyeron que la econom¨ªa crecer¨ªa y se har¨ªa pr¨®spera. Ahora sabemos que eso era una ilusi¨®n: no ha funcionado en Estados Unidos, no ha funcionado en el Reino Unido".
Un mes antes de que los socialistas espa?oles llegaran al poder por vez primera, los suecos regresaron, con Palme, al ejecutivo. Los espa?oles llegaron con una oferta de cambio socialista. ?Qu¨¦ han dado a los suecos cuarenta a?os de cambio socialista? "Pleno empleo, seguridad social y una tremenda mejora en la vida del ciudadano. Pero no hemos terminado. Estuvimos fuera del poder durante seis a?os, y en ese tiempo el manejo burgu¨¦s de la econom¨ªa hizo que parte de lo que hab¨ªamos puesto en pie fuera destruido. Pero hemos comenzado de nuevo".
Cuando lleg¨® al poder, en 1969, Olof Palme se convirti¨® en el primer ministro m¨¢s joven de Europa. Ahora lo es su colega Felipe Gonz¨¢lez ("s¨ª, y me parece magn¨ªfico"). El poder le oblig¨® a hacer concesiones. ?Qu¨¦ tipo de concesiones se ver¨¢ obligado a hacer Gonz¨¢lez? "S¨ª, uno se ve obligado a hacer muchas concesiones. Pero no hay nada inmoral en ello. Las concesiones son normales, porque la realidad es dif¨ªcil, y hay que hacer concesiones porque se necesita una mayor¨ªa y porque se debe tener en cuenta el punto de vista de los otros. Pero puede llegarse a un punto en que las concesiones son excesivas y se pierde el ¨ªmpetu. Ese es un punto muy peligroso al que jam¨¢s se debe llegar".
Estar fuera del poder no le result¨® grato a Palme, "porque a m¨ª, francamente, me gusta m¨¢s estar en el poder que fuera de ¨¦l. Es mejor actuar. En ese tiempo, sin embargo, pude reflexionar. En el partido est¨¢bamos un poco cansados, despu¨¦s de 44 a?os en el Gobierno, y regresamos con nuevas fuerzas. En ese per¨ªodo de reflexi¨®n llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que la severa crisis industrial que padecemos s¨®lo se puede resolver si los pa¨ªses se unen en defensa del pleno empleo".
Las prioridades de un Gobierno socialista
Palme cree que ser¨ªa presuntuoso dar consejos a sus colegas espa?oles que hoy inician cuatro a?os de poder. "Los socialistas son b¨¢sicamente los mismos en todos los pa¨ªses, pero las medidas pr¨¢cticas han de ser adaptadas a cada escenario. Aunque mi experiencia me ense?a que todos los problemas son parecidos y que todos los Gobiernos socialistas han de tener como prioritarios los temas relacionados con el cuidado de los ni?os, con los ancianos, con el pleno empleo...".
?Y cu¨¢les son los errores comunes en los que caen los socialistas de todas las latitudes? "Hacer demasiadas cosas al mismo tiempo. Porque tenemos tanta prisa, porque sabemos que hay tantas cosas que hacer para cambiar el mundo, la sociedad... Pero si tenemos demasiada prisa, lo perdemos todo. La sopa no ha de ser tomada a la temperatura en que termina de ser cocinada. A la gente hay que acostumbrarla al cambio con moderaci¨®n".
Se resiste a hablar en concreto de lo que podr¨ªan hacer sus compa?eros espa?oles; repite que, ¡°para nosotros, que miramos a Espa?a con amor y admiraci¨®n, por su gran historia, por su clima, por su gente, el cambio de la dictadura a la democracia, esa fant¨¢stica transici¨®n, fue de gran gozo¡±, y recalca, cuando abandona su sill¨®n blanco, desde el que ha respondido, arrellanado, sin tensi¨®n ni prisa, que la neutralidad en la que debe vivir Espa?a no es un tema que le incumba personalmente: ¡°Deben decidirlo los espa?oles¡±.
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