Algo se mueve en la sanidad
LA PROTECCION de la salud y la mejora de la calidad de vida, el desarrollo integral del individuo y de la comunidad constituyen un objetivo esencial en el programa pol¨ªtico del Gobierno socialista y corresponde muy directamente al Ministerio de Sanidad y Consumo dar satisfacci¨®n a la demanda social planteada.Todav¨ªa no se ha hecho p¨²blico el orden de prioridades que el nuevo equipo de este departamento ministerial va a establecer para acometer las actuaciones que, en definitiva, deber¨¢n sentar las bases del esperado cambio sanitario.
Algunas cosas, no obstante, se saben ya. En primer lugar, la voluntad del titular de la cartera ministerial, Ernest Lluch, de mantener un sistema de comunicaci¨®n p¨²blico por el que se cree un estrecho v¨ªnculo, en la pr¨¢ctica, entre sanidad y sociedad. Sus declaraciones inmediatamente despu¨¦s de tomar posesi¨®n del cargo y, en especial, su rapidez en convocar la primera conferencia de Prensa, avalan su promesa en aquel sentido. Ernest Lluch ha dicho que no le gustan los rumores, ni las informaciones poco documentadas.
La sensibilizaci¨®n de la poblaci¨®n por los temas sanitarios no ha encontrado, en ocasiones, una correcta correspondencia en la divulgaci¨®n puntual de determinados acontecimientos. Tal defecto es quiz¨¢ achacable en mayor grado a la falta de experiencia de las Administraciones anteriores para enfrentar esta problem¨¢tica que a los medios de comunicaci¨®n social, cuya primera exigencia es informar de la noticia al ciudadano. El ejemplo, ya cl¨¢sico, del s¨ªndrome t¨®xico por la adulteraci¨®n de aceite ilustra profusamente el divorcio aludido. Corregir esta pol¨ªtica, y, consecuentemente, sus repercusiones sociales, es algo que ya ha quedado patente en las citadas declaraciones de los nuevos dirigentes sanitarios y que queda por ver c¨®mo se articula.
En segundo lugar, la lectura de las primeras medidas (circular sobre cumplimiento de horarios e incompatibilidades vigentes para los facultativos m¨¦dicos y orden ministerial sobre potenciaci¨®n de las oficinas municipales de informaci¨®n de consumo alimentario) permite vislumbrar cu¨¢les son algunas de esas prioridades que m¨¢s preocupan en el actual ministerio.
Dentro del amplio cap¨ªtulo del consumo, esta primera atenci¨®n a lo alimentarlo parece indicar que la nueva subsecretar¨ªa -que aglutina los dos campos de competencia ministerial, sanidad y consumo- tiene clara la idea de la incidencia de la salubridad alimentaria en el contexto general de la salud. El nuevo subsecretario, Pedro Sabando, ha hecho saber tambi¨¦n muy pronto que la reforma hospitalaria, y la reforma, en definitiva, general de la sanidad, pasa por la reforma del escal¨®n primario, en el que la actuaci¨®n preventiva tiene un car¨¢cter primordial y, dentro de ella, no es menor el valor de una buena estructura alimentaria.
La circular sobre horarios e incompatibilidades m¨¦dicas supone como una especie de clarinazo para llamar al orden. Es decir, para empezar por el principio. Como en la met¨¢fora del cascabel y el gato, rondaba el asunto de la normativa vigente sobre incompatibilidades, funciones y horarios de los m¨¦dicos sin que nadie se atreviera a hacer algo aparentemente tan sencillo como decir h¨¢gase.
Resulta que, una vez que se ha hecho, nadie, a niveles organizativos o corporativos, se ha rasgado las vestiduras, sino, al contrario, todo han sido pl¨¢cemes y acuerdos. Con matices, ciertamente, para precisar la indudable necesidad de ajustar las retribuciones m¨¦dicas a la realidad y al trabajo digno y eficaz que les corresponde.
Las peticiones de excedencia cursadas por m¨¦dicos a los que no les interesa seguir en el puesto que ocupaban, tras el aviso de que se har¨¢ cumplir lo que hay que cumplir, es un s¨ªntoma saludable, pues el bosque se despeja y empiezan a verse los ¨¢rboles. Se ve, entre otras cosas, que va cundiendo el ejemplo de acudir al trabajo m¨¢s temprano, de ajustar la presencia f¨ªsica al horario correspondiente. Se ve tambi¨¦n, con m¨¢s claridad, qui¨¦nes persisten con contumaz empecinamiento en sostener su irregular comportamiento laboral; los inspectores tendr¨¢n m¨¢s f¨¢cil su labor.
La medida, sin embargo, no puede quedar aislada en s¨ª misma. Planteada sin m¨¢s desarrollo, por el momento, ha levantado cr¨ªticas f¨¢ciles de escuchar en cualquier centro hospitalario o extrahospitalario. Cr¨ªticas que no admiten una actuaci¨®n dura de los servicios de inspecci¨®n en tanto no se resuelvan los problemas de funcionamiento que sin duda originar¨¢ la puesta en pr¨¢ctica de dicha normativa. La soterrada amenaza, o la ejecuci¨®n ya en algunos casos, de llevar a cabo un estricto trabajo de celo, ce?ido al riguroso horario, agravar¨ªa la estructura funcional. Esto pone el dedo en la llaga respecto a la urgencia que el Ministerio de Sanidad y Consumo debe imprimir a sus sucesivas medidas.
En este sentido toma relieve el anuncio hecho por el responsable ministerial sobre los "inmediatos estudios de la situaci¨®n". Para actuar sobre la realidad, primero hay que conocerla, vino a decir, y a?adi¨® tambi¨¦n que hay una gran carencia de tales estudios de la situaci¨®n sanitaria espa?ola. Refuerza tal descubrimiento la reciente publicaci¨®n de un trabajo inform¨¢tico, realizado a nivel privado, sobre la situaci¨®n hospitalaria en Espa?a, que pudo hacer la Administraci¨®n anteriormente y no hizo. La falta de una planificaci¨®n adecuada a la realidad y a la actualidad tiene que ser compensada con la realizaci¨®n, en primer lugar, de los mapas sanitarios precisos sobre los que basar las l¨ªneas de actuaci¨®n a corto, medio y largo plazo.
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