El sueldo de los diputados

Acab¨¢bamos de ganar las elecciones municipales en Majadahonda, un pueblo cercano a Madrid, y los concejales socialistas discut¨ªamos acaloradamente si el coche que ten¨ªamos que adquirir deb¨ªa de ser modesto o lujoso. Algunos nos pusimos pesados diciendo que era fundamental dar buen ejemplo desde el principio, que el pueblo sencillo mira mucho esas cosas, y aunque otros pensaban que aquello era una gilipollez se nos hizo caso, pues lo importante era estar siempre unidos como una pi?a. Han pasado cuatro a?os, y yo realmente estoy muy orgulloso de lo que la corporaci¨®n ha hecho en el municipio y de que no comenz¨¢semos nuestro mandato comprando un coche grande. Y me pregunto si hoy todos los diputados socialistas piensan que la mejor manera de empezar es subirse los sueldos a 250.000 pesetas al mes. Si, como en Sodoma, no habr¨¢ siquiera cuatro justos que defiendan para ellos un salario m¨¢s modesto y honesto.En una ocasi¨®n en que a tres o cuatro progres los guerrilleros de Cristo Rey, de triste memoria, nos estaban dando una descomunal paliza, yo grit¨¦ desesperadao: "?Por la Virgen Sant¨ªsima, no nos pegu¨¦is m¨¢s!" Aunque parezca mentira, aquel grito dio bastante buen resultado. Recibimos un par de patadas de propina y se marcharon dej¨¢ndonos maltrechos, pero recuperables. Por eso yo le dir¨ªa al Guerra de mi alma que piense que la victoria socialista se forj¨® en muchas palizas como aquella. Que piense en los miles de espa?oles que trabajan doce horas al d¨ªa para ganar 125.000 pesetas al mes, en los que ganan mucho menos que eso, en los parados, en los pensionistas. Y que impida esa impopular subida en los sueldos de los que antes eran para nosotros los padres de la patria y a partir de ese d¨ªa ser¨¢n sus se?or¨ªas/ Socialista y concejal de