Temas pendientes de la cultura: las artes pl¨¢sticas
Durante estos ¨²ltimos d¨ªas he le¨ªdo en la Prensa diversos art¨ªculos sobre los temas pendientes de nuestra cultura, pero muy poco, sin embargo, sobre los temas espec¨ªficos de las artes pl¨¢sticas y la ilusi¨®n y expectativas que el cambio pol¨ªtico ha tra¨ªdo a nuestro sector. Con torpeza, seguro, y desde la perspectiva de un simple creador, he querido escribir estas l¨ªneas, que no pretenden otra cosa que, primero, cubrir ese encontrado vac¨ªo y, despu¨¦s, expresar nuestro deseo de cooperaci¨®n.De los artistas pl¨¢sticos se sabe muy poco, desgraciadamente, y lo que se cree saber es deformador, en la mayor¨ªa de los casos gastados clich¨¦s. Queremos que se nos conozca, como reclaman ahora los militares; nosotros tambi¨¦n deseamos ser conocidos por la sociedad en mayor profundidad, m¨¢s all¨¢ de la simple noticia de exposiciones exitosas y de prestigio. Conocimiento que tendr¨ªa, necesariamente, que pasar por una comprensi¨®n real, a nivel del Estado, de la necesidad de crear una estructura coherente que permita, a las artes pl¨¢sticas, desarrollarse sin trabas y con claras metas a cubrir a corto, medio y largo plazo. Tenemos todos el compromiso de sacar al arte de su gueto elitista para proyectarlo en la sociedad: declaraci¨®n que ser¨ªa pura demagogia si estos conceptos no pasaran por la toma de claras medidas de apoyo, tanto en adecuar el nivel cultural a la oferta como en atender las necesidades intr¨ªnsecas de los mismos creadores.
Todos los espa?oles estamos orgullosos de nuestro. Museo del Prado, pero el inter¨¦s art¨ªstico de un pueblo no puede quedar ah¨ª. El Prado muestra, por contraste, el vac¨ªo irreparable de nuestro patrimonio de arte contempor¨¢neo. ?D¨®nde est¨¢ el Prado del arte moderno? Uno de los deberes m¨¢s importantes de una comunidad culta es cuidar y conservar el legado patrimonial recibido, pero tambi¨¦n incrementarlo.
El olvido de este pa¨ªs por sus creadores es proverbial, lo venimos padeciendo desde el pasado siglo. Nuestros maestros contempor¨¢neos, como Picasso, Juan Gris, Julio Gonz¨¢lez y tantos otros tuvieron que emigrar para vivir y proyectarse art¨ªsticamente. Hoy, comprar un s¨®lo grabado de Picasso ha costado al Estado veinte millones de pesetas. Y la historia se sigue repitiendo: se ignora al creador pl¨¢stico, se sigue sin dotaci¨®n presupuestaria de adquisiciones y, todav¨ªa m¨¢s grave, se han ido creando, a lo largo de las anteriores Administraciones, toda una serie de trabas e impuestos que m¨¢s bien parecen tener un car¨¢cter punitivo que regulador.
Art¨ªculo de lujo
Es cierto, como est¨¢n diciendo algunos pol¨ªticos socialistas, que el arte pertenece al pueblo: nace del pueblo y se dirige al pueblo. Pero dif¨ªcilmente puede entenderse esta concepci¨®n del fin social del arte cuando por otro lado est¨¢ considerado como un art¨ªculo de lujo; como tal est¨¢ tasado. Unido al impuesto sobre el patrimonio (que grava tambi¨¦n la posesi¨®n de obras de arte contempor¨¢neas), resulta ya aberrante. Por supuesto que poseer un Vel¨¢zquez es un aut¨¦ntico lujo por el que hay que pagar, pero no la compra y posesi¨®n de una obra. de arte actual; ya pagar¨¢n sus impuestos cuando tengan, digamos, m¨¢s de cien a?os y sea de inter¨¦s su pertenencia a colecciones p¨²blicas.
Quisiera que se entendiera que no se est¨¢ pidiendo ning¨²n trato de privilegio, sino realismo y visi¨®n de altura: la ecuaci¨®n -que tan acostumbrados estamos a o¨ªr- de que "las obras de arte son y se venden muy caras (algunos), las compran los ricos y, por tanto, tienen que pagar impuestos" es, sin m¨¢s matizaciones, demasiado simple. Las p¨¦rdidas en ingresos por estos at¨ªpicos impuestos, adem¨¢s de incitar al fraude, son, en definitiva, m¨ªnimos en comparaci¨®n con las p¨¦rdidas patrimoniales que conllevan. En una situaci¨®n normal de mercado, el artista pl¨¢stico no se ver¨ªa impelido a la emigraci¨®n o a la venta de su obra en el exterior (recordemos de nuevo el caso de Picasso, Juan Gris, etc¨¦tera). Lo que viene a armonizarse con las declaraciones de algunos ministros socialistas: la recuperaci¨®n de profesionales, recuperar y, espero, retener a los que todav¨ªa est¨¢n aqu¨ª.
El Gobierno socialista tiene el compromiso hist¨®rico de cambiar la actitud de la Administraci¨®n con los creadores. Sabemos que hace falta tiempo y paciencia -y la tendremos-, pero quisi¨¦ramos alg¨²n gesto, comprensi¨®n de nuestra realidad y del papel que podemos jugar en la transformaci¨®n de la sociedad, de que se quiere acometer una pol¨ªtica art¨ªstica que, como en el caso de la fiscalidad, vaya m¨¢s all¨¢ de las competencias de un Ministerio de Cultura.
Est¨¢ claro que la pol¨ªtica cultural del Gobierno no puede ser dirigista. La funci¨®n de la Administraci¨®n no puede ser otra que la de intermediario, pero con una decidida intenci¨®n de devolver la iniciativa al sector privado una vez conseguido el relanzamiento de las industrias culturales. Siempre tendr¨¢ la Adrninistraci¨®n su papel arbitral, defensora de las libertades y colaboradora y promotora en aquellas actividades que, por los medios requeridos, solamente el Estado pueda acometer.
Medidas correctoras
Estoy muy de acuerdo, como declara el nuevo director general de Bellas Artes, en transformar los museos en centros de cultura viva -que yo entiendo deben de ser multidisciplinares-, pero hay que insistir m¨¢s en la necesidad de profundizar la inserci¨®n de la cultura art¨ªstica en la sociedad. No es este el espacio para desarrollar posibles medidas correctoras, ni yo el m¨¢s capacitado, pero no resisto la tentaci¨®n de hacer menci¨®n de algunos puntos, consciente de su grosera exposici¨®n, pero que, bien estructurados y analizados, podr¨ªan beneficiar la soluci¨®n de algunos de los temas pendientes.
Tenemos que acercar la creaci¨®n de los artistas a la sociedad. ?Por qu¨¦ no publicar un amplio abanico de monografias y ensayos de artistas, tendencias y grupos contempor¨¢neos con el apoyo de Cultura? Esta es una labor que muy bien podr¨ªa asumir la empresa privada si se les asegura la compra, como ayuda de la Administraci¨®n, de un tanto por ciento de ejemplares con destino a las bibliotecas y centros de ense?anza.
Igual tratamiento podr¨ªa tener el v¨ªdeo como difusor cultural: las magn¨ªficas exposiciones organizadas por el Ministerio de Cultura, con el consabido acopio de medios y esfuerzo para reunir importantes obras de arte, quiz¨¢ por ¨²ltima vez, deber¨ªan de ser recogidas en su totalidad en v¨ªdeo y, junto a un juicio cr¨ªtico, mandados a todos los centros educativos, en cualquiera de sus niveles, como importante documento cultural. Tamb¨ª¨¦n puestos a la venta -al igual que los cat¨¢logos editados por Cultura- en librer¨ªas de todo el pa¨ªs.
La sanidad y el espacio
Tambi¨¦n los temas de la ense?anza de las artes pl¨¢sticas est¨¢n ah¨ª, sin soluci¨®n por el momento. La facultad de Bellas Artes supongo que cumple su cometido, pero con el actual sistema de ingreso, est¨¢ claro que lo que no cumple es con las aspiraciones de un candidato a pintor o escultor. ?Por qu¨¦ no utilizar las actuales Escuelas de Artes y Oficios, potenciando algunas de estas escuelas, con la contrataci¨®n temporal, cuando y donde sea necesario, de algunos importantes artistas capacitados en la ense?anza?
Podr¨ªa seguir enumerando toda una serie de medidas con mayor o menor eficacia para acortar las distancias, hoy existentes, entre la oferta y la demanda cultural, pero necesito el espacio para llamar la atenci¨®n sobre los problemas espec¨ªficos de los creadores, y el m¨¢s urgente y esperado es el de la asistencia sanitaria. El artista es un trabajador tambi¨¦n y necesita de cierta protecci¨®n social, el derecho a la afiliaci¨®n al R¨¦gimen Especial de la Seguridad Social. Es necesario encontrar la v¨ªa de acceso, estudiar las dificultades, pero no negarle ese m¨ªnimo de protecci¨®n.
Los artistas tambi¨¦n necesitan como principal herramienta de trabajo, de talleres adecuados a su labor; estudios que no existen -porque no lo son esos que as¨ª llaman los promotores de viviendas, trampas permitidas para los espacios que no pueden obtener la calificaci¨®n de vivienda-. ?Por qu¨¦ no poner remedio, en colaboraci¨®n con el organismo competente, a este vac¨ªo de locales profesionales adecuados, locales que podr¨ªan tener pr¨¦stamos bancarios a largo plazo o las ayudas sociales que otras construcciones tienen para hacerlas asequibles al artista? Ocurre a menudo no encontrar destino para edificios que, por su inter¨¦s art¨ªstico, tienen que ser conservados que, con relativos pocos medios, muy bien podr¨ªan ser remodelados para estudios y talleres sin modificar la estructura de los edificios.
Es necesario que de una vez por todas se presupuesten fondos adecuados para la compra, con destino a las colecciones p¨²blicas, de las mejores obras de los mejores artistas contempor¨¢neos. Es urgente separar, distinguir en los cauces oficiales y presupuestos, entre arte antiguo y moderno. La proyecci¨®n art¨ªstica hacia el exterior merecer¨ªa todo un estudio en s¨ª misma. Frente al colonialismo cultural que padecemos se debe poner m¨¢xima atenci¨®n y decidido apoyo a toda iniciativa de proyecci¨®n al exterior de nuestros artistas y fomentar los intercambios con diferentes pa¨ªses y museos. Es urgente unificar la acci¨®n de la Direcci¨®n General de Relaciones Culturales de Asuntos Exteriores con el Ministerio de Cultura y unificar as¨ª, coherentemente, la pol¨ªtica art¨ªstica tanto dentro como era de Espa?a. Tenemos igualmente que organizar en Espa?a actividades de inter¨¦s art¨ªstico internacional que obliguen a pasar y escribir sobre estas manifestaciones a la cr¨ªtica internacional.
Queremos que el nuevo Gobierno sepa que puede -y debe- contar con nosotros; estamos esperanzados y esperamos que, frente a las dificultades, sean empleadas las poderosas armas de la imaginaci¨®n, la eficacia y la honradez.
Babelia
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