Diversos signos de alarma

Entro mis m¨¢s arraigadas ignorancias se cuenta la de no saber para qu¨¦ sirve un Ministerio de Cultura. Quiz¨¢ porque durante la ¨²ltima dictadura lo supimos intolerablemente bien. La mediocre pol¨ªtica de ese departamento en los a?os democr¨¢ticos ha sido compensada por su rutinaria actividad. Ahora ha llegado el momento de apercibirnos. Un ministro visitador, un programa cargado de buenas intenciones y una voluntad de esfuerzo son signos alarmantes.Es de temer que pretenden culturizarnos a todos, y sin tardanza. Por si no fuese suficiente, mucho me temo que pretendan ayudar, fomentar y estimular la creaci¨®n en general y en particular la creaci¨®n literaria.

Desalentar al joven

El mecenazgo administrativo (que por naturaleza desde?a la naturaleza de la lectura y de la escritura) es proclive a desalentar al joven, a envanecer al viejo, a aupar al tonto y a aburrir a los potenciales lectores.

Si no fuese porque los de la televisi¨®n ya se encargar¨¢n de que as¨ª no sea, los de Cultura pueden acabar fomentando la adicci¨®n televisiva. La literatura no exige otra ayuda que la libertad. Para premiar, difundir y confundir o acertar est¨¢n los editores. Para becar, el Ministerio de Educaci¨®n. Para elevar el nivel cultural, los departamentos econ¨®micos. Y para la cuesti¨®n esa de la vanidad, las academias. Todo lo dem¨¢s suelen ser enredos.

Ese contumaz empe?¨® de conciliar administraci¨®n y cultura, cuando no es interesado, resulta pat¨¦ticamente in¨²til e infantil, con la torva inocencia de quienes se empe?an en mediatizar un oficio ajeno. Pero ?si escribir es precisamente estar solo ... ! Y leer, una costumbre que ni se impone ni se inventa. En consecuencia, respetuosamente pido al ministro y a sus altos colaboradores que visiten y que trabajen mucho, eso s¨ª, pero que hagan lo menos posible.