Un nuevo rumbo diplom¨¢tico para rectificar viejos errores
La visita del primer ministro chino, Zhao Ziyang, a once capitales africanas coincide con la aparici¨®n de importantes indicios de que la pol¨ªtica africana de China, una de las principales causantes del aislamiento de la Rep¨²blica Popular en los pa¨ªses del Tercer Mundo, podr¨ªa cambiar de rumbo pr¨®ximamente. El m¨¢s serio de estos indicios es la celebraci¨®n entre los embajadores chino y angole?o, en Par¨ªs, de negociaciones conducentes al pr¨®ximo restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre los dos pa¨ªses.Si en los primeros a?os sesenta, la China de Mao apoy¨® a los reg¨ªmenes m¨¢s progresistas, pronto cambi¨® de postura y dej¨® de sostener a aquellos donde exist¨ªa un apoyo sovi¨¦tico considerable.
Trat¨® entonces el Gobierno de Pek¨ªn de crearse una clientela propia en Africa, apoyando masivamente aquellos Gobiernos que, como Tanzania, propiciaban una v¨ªa de desarrollo de base comunal bastante similar a la china.
Ya en el a?o 1971, con la ca¨ªda del ministro de Defensa y presunto heredero de Mao Zedong, Lin Biao, la pol¨ªtica africana de China volvi¨® a cambiar radicalmente. Si hasta entonces se hab¨ªa considerado que las dos superpotencias del primer mundo constitu¨ªan peligros equivalentes para el Tercer Mundo, a partir de entonces, todo el peso de las acusaciones chinas reca¨ªa en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cuya pol¨ªtica era considerada como el "peligro principal".
Esto signific¨®, en Africa, que aquellos pa¨ªses o movimientos de liberaci¨®n que contaran con apoyo sovi¨¦tico habr¨ªan de ser combatidos por China a trav¨¦s del apoyo a sus principales enemigos. El resultado de esta pol¨ªtica fue que la Rep¨²blica Popular China acab¨® en el mismo lado de la trinchera que Estados Unidos, Sur¨¢frica, Europa Occidental y el Portugal de Caetano.
Pek¨ªn quiso compensar esta pol¨ªtica impopular con importantes ayudas econ¨®micas a sus principales aliados. Construy¨® entonces el ferrocarril Tanzam, que proporcionaba una salida al cobre de Zambia. Este proyecto result¨® un fracaso econ¨®mico, lo que contribuy¨® al enfriamiento de las relaciones con el r¨¦gimen progresista de Tanzania. El resto de la ayuda, prestada a reg¨ªmenes dictatoriales aliados de las potencias occidentales, se redujo practicamente a proyectos de prestigio, tales como salas de conferencias, polideportivos, etc¨¦tera, que resultaban impopulares por fastuosos e innecesarios.
El caso de Angola
La cuesti¨®n de Angola signific¨® la culminaci¨®n de los errores de la pol¨ªtica africana de China y llev¨® al punto de m¨¢ximo distanc¨ªamiento entre Pek¨ªn y el continente negro. Cuando estalla la guerra civil de Angola, China toma partido a favor del FNLA, de Holden Roberto, y de la UNITA, de Jon¨¢s Savimbi, movimientos estos que no hab¨ªan sido molestados en los ¨²ltimos a?os por los portugueses, que recib¨ªan considerable ayuda de Occidente, de Mobutu y de Sur¨¢frica, y que albergaban en sus filas a centenares de mercenarios extranjeros.Pese a todo, el r¨¦gimen del MPLA se consolid¨® y pronto cont¨® con el apoyo un¨¢nime de la OUA. En la actualidad, Angola es la principal v¨ªctima de los ataques armados surafricanos y la principal defensora del SWAPO, reconocido en Africa como representante leg¨ªtimo del pueblo de Namibia. Y dado que la lucha contra Sur¨¢frica y la futura independencia de Namibia son las dos cuestiones sobre las que la unanimidad africana es m¨¢s fuerte, China encuentra en su hostilidad hacia Angola una tremenda barrera que le impide mejorar sus relaciones con el continente.
En los ¨²ltimos diez a?os, el mejor amigo y quiz¨¢ ¨²nico aliado de Pek¨ªn en el continente negro ha sido el Zaire de Mobutu Sese Seko, cuyo r¨¦gimen es considerado internacionalmente como el m¨¢s corrupto y sangriento de Africa. Dos informes recientes han confirmado y, en cierto modo, oficializado el car¨¢cter dictatorial del r¨¦gimen y la tremenda sed de poder y dinero sucio de su presidente. Se trata de la sentencia del Tribunal Permanente de los Pueblos (sucesor del Tribunal Russell), hecha p¨²blica en Rotterdam a finales de septiembre pasado, y el Informe Blumenthal, firmado por el banquero alem¨¢n que el FMI impuso a Mobutu, en 1978, como director general del Banco Central de Zaire.
Entre los dem¨¢s amigos africanos del Gobierno de Pek¨ªn se encuentran Senegal, el m¨¢s firme aliado de Francia y Occidente en Africa negra; Gambia, cuyo Gobierno fue salvado hace un a?o de una revuelta interna por tropas senegalesas; Gab¨¢n, otro modelo de corrupci¨®n institucionalizada; Marruecos, Egipto, Sud¨¢n, Somalia y Kenia, cuyo presidente, Arap Moi, fue el primer jefe de Estado extranjero en visitar China tras los cambios del verano de 1980. N¨®tese que en todos estos pa¨ªses, Estados Unidos o Francia disponen de bases o facilidades militares. China mantiene adem¨¢s programas de cooperaci¨®n militar con casi todos ellos.
La peculiar relaci¨®n china con estos pa¨ªses, y especialmente con Zaire, Gab¨®n, la Mauritania de Uld Daddah y la Uganda de Am¨ªn, han provocado no pocas cr¨ªticas en el continente. En junio de 1978, el presidente Julius Nyerere recib¨ªa al ministro de Asuntos Exteriores chino, Huang Hua, con un discurso p¨²blico en el que se vert¨ªan afirmaciones como las siguientes: "... rechazamos el principio seg¨²n el cual potencias extranjeras tienen el derecho de mantener en el poder a Gobiernos africanos que son universalmente reconocidos como corruptos, incompetentes o, simplemente, un pu?ado de asesinos... China llev¨® a cabo una lucha larga, hist¨®rica y ejemplar contra los lacayos del imperialismo. ?Es que se va a negar ese derecho a los pueblos africanos?".
Posibles mediadores
En la gira africana del primer ministro Zhao Ziyang figuraron dos escalas en pa¨ªses que pueden contribuir a la normalizaci¨®n de relaciones entre China y Africa. Una es la propia Tanzania, que se ha visto obligada a mantener sus estrechas relaciones con China en virtud de la deuda contra¨ªda con motivo del Tanzam, y que, de hecho, es el ¨²nico interlocutor de Estados Unidos entre los pa¨ªses de la L¨ªnea del Frente.El otro posible mediador es Argelia, cuyas tradicionalmente buenas relaciones con China no tienen nada que ver con los temas africanos y s¨ª tienen mucha relacion con el papel dirigente de Argel en el Tercer Mundo.
Otros posibles mediadores o puntos de apoyo de un eventual cambio de imagen de China en Africa pueden ser Zimbabue -quiz¨¢ el ¨²nico caso en que la apuesta china (por el ZANU, en lugar del ZAPU, apoyado por la URSS) no result¨® equivocadao Zambia -embarcada, como Tanzania, en la aventura del ferrocarril Tanzam, y cuyo presidente, Kenneth Kaunda, es considerado como el m¨¢s moderado de la L¨ªnea del Frente-.
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