A Joaqu¨ªn Valverde ese gran artista
Joaqu¨ªn Valverde Lasarte ha muerto. Fue un pintor extraordinario, de robusta sensibilidad; al mismo tiempo, una delicada poes¨ªa le acompa?aba en todas sus obras. En este sentido, se puede decir que algunos cuadros suyos quedar¨¢n como obras maestras del arte contempor¨¢neo.Adem¨¢s de su labor pict¨®rica quedar¨¢ tambi¨¦n permanente su labor oficial en las bellas artes, que supo conllevar con tanta eficacia en los diferentes puestos que tan justamente ostent¨®: fue director de la Academia de Espa?a en Roma, profesor de la Real Escuela de San Fernando, acad¨¦mico de n¨²mero de la Academia Espa?ola en Madrid, as¨ª como otras muchas ocupaciones de alto relieve art¨ªstico que recogieron su intervenci¨®n.
Desde muy joven, tambi¨¦n logr¨® destacar en el mundo de la pintura con cualidades altamente estimables, siendo pensionado en El Paular, en la Residencia de Paisajistas, obteniendo asimismo el Premio Roma; por esta raz¨®n vivi¨® una larga temporada en Italia, donde se enriqueci¨® al contacto de la gran pintura italiana. M¨¢s tarde obtuvo la primera medalla de oro. A?os despu¨¦s decor¨® con gran maestr¨ªa un techo del entonces Ministerio de Instrucci¨®n P¨²blica, en Madrid. en Madrid.
No ser¨ªa necesario mencionartantos m¨¦ritos para que su figura como artista permaneciese a la altura que merece, ya que por s¨ª solo su arte pict¨®rico toca l¨ªmites de alta calidad art¨ªstica, pero, ante el extra?o silencio que ha producido su muerte, creo que es necesario proclamarlo as¨ª, con objeto de que quede en su lugar todo el trabajo meritorio y art¨ªstico que Joaqu¨ªn Valverde fue dejando por la vida.
El destino es, a veces, injusto con algunos seres que bien merecer¨ªan otro trato m¨¢s amable en compensaci¨®n a la magistral obra realizada, pero ciertas veleidades, tanto art¨ªsticas como personales, hacen que la vida se desarrolle en ciertas ocasiones equivocadamente.
A Joaqu¨ªn Valverde podemos colocarlo con todo honor al lado de V¨¢zquez D¨ªaz o Anselmo Arteta, por la severidad en el arte y extremada y seria pulcridad, aunque en Joaqu¨ªn Valverde se produzca una insospechada coloraci¨®n m¨¢s alegre, quiz¨¢ por pertenecer a otra generaci¨®n m¨¢s joven.
Valverde fue durante toda su vida tan exigente consigo mismo que nunca se permiti¨® hacer una exposici¨®n individual de su. pintura, llegando a extremos inconcebibles de querer un perfeccionamiento de su propio arte, de tal manera que nunca quedaba contento de su obra, d¨¢ndola siempre por inacabada y prefiriendo su aislamiento y quiz¨¢ el silencio de que se ve rodeada su obra y su propia persona.
Pero, como todo tiene su l¨ªmite, esperemos confiados en que la obra tan desconocida de Joaqu¨ªn Valverde tenga ahora su descubrimiento y pueda lucir con todo esplendor su gran pintura y su personalidad humana, tan sensiblemente acusada. Por ello, creo que es de justicia escribir este juicio, esta llamada de atenci¨®n hacia el arte de una persona como Joaqu¨ªn Valverde, cuya muerte no explica el injusto silencia en que se ha visto rodeado como artista y como persona.
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