El 'caso Moro' concluye con la condena a cadena perpetua contra 32 acusados de asesinar al presidente democristiano
Cinco a?os despu¨¦s del asesinato del presidente de la Democracia Cristiana (DC) Aldo Moro, se cumpli¨® ayer el ¨²ltimo acto del proceso m¨¢s importante que ha conocido Italia desde la segunda guerra mundial con la lectura de la sentencia de cadena perpetua contra 32 de los acusados. Los dos super-arrepentidos, Antonio Savasta y Emilia Libera, han sido condenados a diecis¨¦is a?os cada uno. Cuarenta de los 63 acusados escucharon el veredicto en la sala.
El tribunal no ha admitido ninguna circunstancia atenuante al comando que secuestr¨® a Aldo Moro el 16 de marzo de 1978 en Roma y asesin¨® a cinco agentes de su escolta. 55 d¨ªas m¨¢s tarde, un obrero agr¨ªcola, Prospero Gallinari, ejecut¨® la sentencia pronunciada por un tribunal popular y dispar¨® once balas de metralleta contra el dirigente democristiano en un garaje.El cuerpo de Moro fue encontrado en pleno centro de la capital italiana, en el maletero de un coche simb¨®licamente aparcado a medio camino entre las sedes de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista Italiano (PCI), los dos partidos que el presidente de la DC hab¨ªa intentado aproximar.
Al pronunciar su veredicto de 32 cadenas perpetuas (siete de ellas susceptibles de remisi¨®n de pena), tras 165 horas de deliberaciones, el tribunal ha cumplido casi totalmente la solicitud del ministerio fiscal, que hab¨ªa pedido 34 condenas de por vida. Entre los condenados a la m¨¢xima pena figuar el cerebro de la operaci¨®n, Mario Moretti.
El proceso se abri¨® el pasado 14 de abril y desde entonces se han celebrado cien audiencias, se ha escuchado a doscientos testigos, entre ellos la esposa de Aldo Moro y los principales responsables del Gobierno y de las fuerzas del orden, y se ha redactado un acta de 20.000 p¨¢ginas. Despu¨¦s de todo eso, no se ha hecho toda la luz sobre el asunto.
Sigue sin saberse en qu¨¦ lugar estuvo Moro secuestrado durante 55 d¨ªas, ni las circunstancias exactas de su ejecuci¨®n. No hay respuesta para las preguntas de la opini¨®n p¨²blica sobre las negociaciones subterr¨¢neas que se mantuvieron para procurar la liberaci¨®n del secuestrado y sigue sin conocerse el objetivo ¨²ltimo de las Brigadas Rojas al atacar al propio coraz¨®n del Estado, en la persona de Aldo Moro. El proceso acab¨® tambi¨¦n sin que se tratase el tema de la presunta implicaci¨®n de los servicios secretos b¨²lgaros en varios episodios protagonizados en los dos ¨²ltimos a?os por el terrorismo italiano.
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