Una derecha algo asfixiada
La autodisoluci¨®n del PAD, un partidillo progresista que fund¨® hace catorce meses Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, elimina todo signo socialdem¨®crata a la derecha del socialismo espa?ol. En su congreso de clausura, celebrado este fin de semana, los padicos asumieron un hecho revelado por su l¨ªder: el PSOE no s¨®lo es la izquierda, sino tambi¨¦n el centro-izquierda. Dicho de otra manera: al este del socialismo no hay salvaci¨®n para la progres¨ªa. Lo cual, dicho sea de paso, modifica notablemente nuestro mapa electoral. Porque Fernando Ord¨®?ez insisti¨®, sin posible retorno, en que "la socialdemocracia no est¨¢ al lado del PSOE, sino en el PSOE mismo".El fen¨®meno de la integraci¨®n de este grupo de socialdem¨®cratas sui g¨¦neris en el PSOE abre a la derecha posibilidades de radicalizaci¨®n -y clarificaci¨®n- muy amplias. Porque de ahora en adelante ninguna formaci¨®n centrista podr¨¢ jugar a ser el centro-izquierda, como tampoco la derecha en formaci¨®n podr¨¢ jugar a ser el centro. La derecha deber¨¢ ser derecha, y el centro, a lo m¨¢s, aspirar¨ªa a ser centro-derecha. Cabe, sin embargo, la posibilidad de que el socialismo espa?ol, ante una radicalizaci¨®n de la derecha nacional, vaya ocupando las posiciones abandonadas por un centro homeop¨¢tico, dividido e ininteligible desde las ¨²ltimas elecciones generales. ( ... ) Por primera vez en la historia de Espa?a, un Gobierno de izquierda -al menos a la luz de las siglas que lo respaldan- atrae al regeneracionismo conservador, a la gene raci¨®n de los tataranietos de Giner de los R¨ªos y hasta de los biznietos de don Manuel Aza?a. El rearme moral de la sociedad propugnado por el presidente Gonz¨¢lez es en el fondo, el fondo ideol¨®gico de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, la herencia cualificada de los regeneracionistas hist¨®ricos. A la derecha de esta f¨®rmula, deshilvanada por cierto, no queda m¨¢s que un centro de descomposici¨®n y una derecha aliancista, la leal oposici¨®n de Fraga, a quien, por razones de contrapeso informativo, tambi¨¦n se le deben conceder cien d¨ªas de paz y de respeto.
Pero el presidente Gonz¨¢lez tal vez debiera medir la tremenda presi¨®n que ejerce sobre la derecha espa?ola. ?Hacia d¨®nde derivar¨¢ Fraga, privado del centro, del regeneracionismo de Maeztu y de las condiciones en que se apoy¨® la CEDA para radicalizar en los a?os treinta al pa¨ªs? A la derecha debe d¨¢rsele un respiro, un margen de maniobra, la posibilidad de esgrimir un estandarte. Porque hasta los poderes tradicionales -Iglesia y finanzas- parecen inclinados a no dar marcha atr¨¢s. La derecha, pues, deber¨¢ ir hacia ade?ante.
25 de enero
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