El grupo hist¨®rico de las Brigadas Rojas reconoce p¨²blicamente el fracaso y la agon¨ªa de la lucha armada
"La lucha armada ha fracasado, ha sido incapaz de dar el gran salto, ha alcanzado su tope. A sus protagonistas no les queda m¨¢s que ponerse de luto y liberarse de su fantasma". Esta importante afirmaci¨®n aparece en un documento difundido por el colectivo de la c¨¢rcel de Parmi que forman los brigadistas del grupo hist¨®rico de Renato Curzio, texto probablemente redactado por el propio Curzio.
Tras diez a?os de dura lucha terrorista, con una cadena interminable de muertos y heridos, y a los tres d¨ªas de que 32 de los componentes de las Brigadas Rojas implicados en el asesinato de Aldo Moro y de los agentes de su escolta hayan recibido la dura condena de cadena perpetua, esta es la primera confesi¨®n de derrota de la revoluci¨®n proletaria firmada por el fundador de las Brigadas Rojas y por sus compa?eros de aventura.El documento consta de veinticuatro p¨¢ginas y no tiene compasi¨®n en el an¨¢lisis que hace del fracaso del movimiento revolucionario de la extrema izquierda.
La noticia de esta explosiva confesi¨®n de los fundadores de las Brigadas Rojas se ha hecho p¨²blica en el momento en que el jefe del Estado, Sandro Pertini, acaba de manifestar p¨²blicamente en Sicilia que est¨¢ dispuesto a que se acabe en Italia con el terrible fen¨®meno de la Mafia. Pertini ha declarado que no hacen falta leyes especiales, ya que el temible terrorismo de las Brigadas Rojas est¨¢ siendo vencido sin estas leyes, gracias a "la barrera que le ha hecho el pueblo en bloque". Basta, dice el presidente. de la Rep¨²blica, que se cumplan con rigor las leyes existentes "aislando a los culpables de la parte sana de la poblaci¨®n".
En el documento de las Brigadas Rojas se confiesa el fracaso de la estrategia de la lucha armada, tanto en las f¨¢bricas como entre la gente, y se afirma que la revoluci¨®n es necesario hacerla de otro modo. "La revoluci¨®n y la contrarrevoluci¨®n", se puede leer en el texto, "no empieza ni termina en la lucha armada. Existe un enfrentamiento m¨¢s importante que se lleva a cabo las veinticuatro horas del d¨ªa y durante los 365 d¨ªas del a?o. Es esta la batalla que hemos perdido".
Los brigadistas no renuncian a su voluntad de cambiar el mundo porque ahora para ellos "el combate entre revoluci¨®n y contrarrevoluci¨®n no comienza ni termina en la lucha armada" y se pronuncian por "una reactivaci¨®n de la imaginaci¨®n proletaria, la reconquista de las calles, de los colores, de las im¨¢genes y de las pr¨¢cticas po¨¦ticas".
El documento acaba rechazando incluso la cl¨¢sica terminolog¨ªa de izquierdas y de derechas, afirmando que "izquierda y derecha son palabras que en los a?os pasados encontraron su sentido en el contexto de la geograf¨ªa pol¨ªtica parlamentaria que sigui¨® a la resistencia". Para los fundadores de las Brigadas Rojas, por el contrario, la nueva frontera entre izquierda y derecha "divide hoy las pr¨¢cticas reproductivas de las relaciones capitalistas y las transgresivas orientadas al futuro".
Los observadores afirmaban ayer, analizando el complejo lenguaje del documento brigadista, que es la mejor prueba del "alejamiento de estos grupos de la vida real y del modo de hablar y de razonar de la gente de la calle".
Ley sobre los 'arrepentidos'
Todo esto sucede cuando est¨¢ a punto de expirar el plazo para que concluya el per¨ªodo de vigencia de la ley sobre los arrepentidos, que tan extraordinarios resultados ha dado a la polic¨ªa y a la justicia italianas. En los tres a?os de vigencia de este tipo de medidas -nueve meses de vigencia plena, aunque estuviera precedida por la llamada ley Cossiga de 1980, que realizaba t¨ªmidas concesiones a los terroristas que cooperaran con la justicia- han sido encarceladas unas 1.800 personas de los terrorismos rojo y negro.Ma?ana se cumple el per¨ªodo de validez de esta original ley, a la que s¨®lo en estos ¨²ltimos cinco meses se han acogido unos quinientos terroristas. De ellos, 150 se limitaron a condenar el recurso al terrorismo como m¨¦todo para cambiar la sociedad, mientras que los restantes se decidieron a colaborar abiertamente con las autoridades, a las que entregaron armas, datos y documentos que han permitido alcanzar lo que ya se define como una victoria total sobre el terrorismo.
La ¨²ltima baza ganada ha sido la detenci¨®n de Diego Forastieri, uno de los ¨²ltimos jefes del grupo de extrema izquierda Primera L¨ªnea, quien cay¨® ayer en manos de la polic¨ªa en Mil¨¢n.
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