Respuesta al presidente del Colegio de M¨¦dicos de Madrid

Despu¨¦s de la lectura del art¨ªculo publicado en diferentes medios de comunicaci¨®n el domingo 16 del corriente, sobre el tema de las incompatibilidades m¨¦dicas, firmado por Javier Matos, presidente del Colegio Oficial de M¨¦dicos de Madrid, nos sentimos en la obligaci¨®n de dejar constancia de nuestra postura sobre los temas tratados en dicho art¨ªculo, con el fin de no confundir al lector con la idea de que en el colectivo m¨¦dico, en su conjunto, existen tomas de posici¨®n mayoritarias y coincidentes con las vertidas en el art¨ªculo sobre los temas de la sanidad, en general, y el de las incompatibilidades m¨¦dicas, en particular.Se argumenta en el art¨ªculo del se?or Matos, haciendo clara alusi¨®n a las ¨²ltimas disposiciones del Ministerio de Sanidad sobre cumplimiento de horarios y asistencia a los puestos de trabajo del personal m¨¦dico (que, dicho sea de paso, no es m¨¢s que poner en vigencia leyes laborales que datan del a?o 1966), y tambi¨¦n al eco que el tema ha despertado en los medios de comunicaci¨®n; se argumenta, repito, "la tensi¨®n a la que se ha sometido, y se somete todav¨ªa, a los m¨¦dicos como colectivo" por estos hechos.

Por nuestra parte, agradecer¨ªamos al autor del art¨ªculo que se retractara de la utilizaci¨®n de la palabra "colectivo" refiri¨¦ndose a los m¨¦dicos en general, por cuanto no existe en el estamento m¨¦dico de este pa¨ªs este supuesto colectivo globalizador que se sienta sometido a una tensi¨®n como la que aduce el presidente del Colegio Oficial de M¨¦dicos de Madrid. Los firmantes de esta carta, m¨¦dicos colegiados, no hemos sentido -ni no sentimos- la tensi¨®n, descr¨¦dito o manipulaci¨®n por la disposici¨®n de cumplimiento de horarios ni por el eco que de la problem¨¢tica actual de la sanidad se est¨¢n haciendo los medios de comunicaci¨®n social y la sociedad en general.

Luz y taqu¨ªgrafos, se?or Matos, que ya va siendo hora de que la problem¨¢tica sanitaria sea enjuiciada -alabada o criticada- como cualquier otra problem¨¢tica que afecte al ciento por ciento de la poblaci¨®n de nuestro pa¨ªs, como es el caso de la sanidad, y que no siga permaneciendo como un coto vedado, s¨®lo opinable por el estamento m¨¦dico.

En otro pasaje del art¨ªculo se nos hace hincapi¨¦, a nuestro parecer, en la falsa disyuntiva entre incompatibilidades y reforma sanitaria, aduciendo que la soluci¨®n a la actual situaci¨®n sanitaria pasa m¨¢s por la creaci¨®n de nuevos puestos de trabajo para los m¨¦dicos (existen en el pa¨ªs 20.000 m¨¦dicos en paro o subempleados) que por la correcta aplicaci¨®n de una razonable ley de incompatibilidades. Por supuesto, se?or Matos, que la reforma sanitaria es inaplazable e imprescindible para conseguir un sistema sanitario que funcione; pero, a nuestro entender, no existe tal disyuntiva entre ley de incompatibilidades y reforma sanitaria: lo uno no excluye lo otro.

Estamos acostumbrados a estas "huidas hacia adelante", pseudoprogresivas, de las que se echa mano en determinadas ocasiones, m¨¢xime cuando el pa¨ªs sigue inmerso en una recesi¨®n econ¨®mica que usted, al parecer, pasa por alto- que dificultar¨¢, usted lo sabe bien, la reforma sanitaria que todos deseamos.

M¨¢s grave nos parece la reflexi¨®n que se hace al final del art¨ªculo, haciendo referencia al supuesto "descr¨¦dito y manipulaci¨®n" de que est¨¢ siendo objeto la clase (sic) m¨¦dica, al afirmar que, "a fin de cuentas, no hay sanidad sin m¨¦dicos, y para el enfermo no habr¨¢ curaci¨®n si no se recompone la relaci¨®n de confianza con su m¨¦dico", cita textual.

La confianza de la gente -del enfermo en este caso, a nuestro entender- se gana con el trato y la atenci¨®n que se dispensa al paciente de forma continuada, y no otorgada o difundida de manera intransferible por el simple hecho de ser los profesionales de la sanidad.

Querer poner la efectividad de la asistencia sanitaria que los m¨¦dicos dispensemos a la poblaci¨®n ligada al hecho de, que se enjuicie -ya sea en sentido positivo o negativo- la actual problem¨¢tica sanitaria del pa¨ªs, nos parece una amenaza inadmisible no s¨®lo a la libertad de expresi¨®n que nuestra Constituci¨®n ampara, sino para la poblaci¨®n en conjunto, potencialmente destinataria de nuestra asistencia.

Esperamos que en el futuro nuevas ideas y aportaciones contribuyan al mejoramiento de la sanidad p¨²blica, sobre todo en el terreno de la asistencia primaria (ambulatorios, medicina rural), tan desatendida en etapas anteriores, y que los profesionales de la medicina sepamos cumplir correctamente nuestro modesto papel en la asistencia sanitaria dentro del marco m¨¢s amplio que representa la salud p¨²blica de un pa¨ªs. /