Los violadores
Aterrado me tiene la noticia: que de cada 4.000 violaciones, s¨®lo una produce embarazo. Lo ha dicho un cient¨ªfico espa?ol.O sea que, de cada 4.000 machos machistas espa?oles, nacionales, emprendedores.y valientes, hay 3.999 baldados, ciclanes, prematuros, flojos de vegada, inexpertos, peces, incapaces, diletantes, amateurs y gallofones. El anuncio de despenalizaci¨®n del aborto ha levantado ya guerra de religi¨®n entre los espa?oles, ayer mismo, pero eso era de esperar. Lo que pasa es que la derecha / derecha, que estaba en un grito con los violadores nocturnos, como si a Felipe Gonz¨¢lez lo hubieran votado diez millones de violadores, ahora cambia los datos a capricho y niega el aborto por violaci¨®n, ya que, seg¨²n doctores que tienen las santas madres, "raramente una violaci¨®n produce embarazo". Y hasta una se?orita redicha ha salido por la teletonta explicando que los hip¨®grifos violentos y calderonianos de solar y semiesquina se lo hacen fatal y siempre fuera de lo que Gonzalo Torrente Ballester, maestro en estas sabidur¨ªas y otras, hubiese llamado "el vaso id¨®neo". Qu¨¦ pasa aqu¨ª. La guerra de religi¨®n a m¨ª me deja flojo, incluso como periodista, pues que contaba con ella, pero, un poco retirado como anda uno de las batallas de amor y los campos de pluma, me preocupa pensar que los colegas, compas, troncos y profesionales del tema -"Esto es un sacerdocio, Umbral", me dec¨ªa el irrecordable Cuco Cerecedo-, tercios de inconfesables Flandes, hayan perdido la derecha mano, mano de lanza, y la izquierda mano, mano de rienda, a la hora de rematar y viva Espa?a.
Convoco a Manolito en la memoria, a Javier, al gardeliano y ciudadano Q, infanter¨ªa de primera l¨ªnea cuando la sueca, la extranjera, la benidorm¨ª y la turista del Museo del Prado. Convoco Pacos y conquenses, Josemanueles de tiento y madrugada, alegres y dif¨ªciles sesenta, cuando la espa?ola / espa?ola, con su tipo de manola, s¨®lo se realizaba bailando el chachach¨¢, y eran las suecas -de Francia para arriba, todas suecas-, o las yanquis de oro y democracia, los mundos que ganar para este mundo. ?C¨®mo y en qu¨¦ se han perdido aquellas sabidur¨ªas presurosas, tan viejos son todos ya, tan tontos los que ahora vienen; los infantes del Arag¨®n de valla y descampado, qu¨¦ se hicieron? Para esto hemos hecho una transici¨®n, fantasmas ensabanados en la terlenka de aquellos veranos frescos. Para que un m¨¦dico de derechas salga diciendo que, de cada cuatro mil veces, fallamos 3.999. Este se?or le est¨¢ haciendo mucho da?o al turismo, que tanto le costara levantar a don Manuel Fraga cuando Espa?a era diferente. Cualquier violaci¨®n pasada fue mejor. El latin / lover, la paella y el Vega Sicilia de mi pueblo prolongaron, a la vez que putrefaccionaron, el cuarenta?ismo, que la d¨¦cada prodigiosa era un desmadre en el que florecimos los primeros respondones al socialrealismo y los siete infantes de Fraga, o sea 700.000, entre la luna y las hogueras de Pavese y los campings, hechos siempre unos machos. Aquel macarra / lover, adelantado de la democracia sexual que nos ven¨ªa, hoy est¨¢ en una tri, ya algo calvito, y las sucesivas levas se ve que no dan juego, o la redicha de la tele y el m¨¦dico en cuesti¨®n es que nos mienten. Tocar la flauta por casualidad, no sotros que ya toc¨¢bamos de o¨ªdo. Ahora qu¨¦ todas las especies sexuales se embanderan, pienso que la m¨¢s antigua, la vieja estirpe de nuestros violadores debe manifestarse contra la derecha y la esta d¨ªstica.
De cada cuatro mil normand¨ªas o desembarcos, viejo Roldo, se dice que fallamos el cien por cien, salvo decimal. Los noventa ministros de Franco, historiados por Amando de Miguel, eran siempre padres de familia numerosa. ?Por qu¨¦ un ministro las acierta todas y un pobre de solar las falla siempre?
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