Un dictador prusiano
Algunos, pocos, muy ¨ªntimos y escogidos, le dicen El Alem¨¢n. Y a ¨¦l no le disgusta que con el mismo apodo le recuerden su origen y alaben su r¨ªgida formaci¨®n militar prusiana.Alfredo Stroessner naci¨® en la ciudad de Encarnaci¨®n, Paraguay, el 3 de noviewmbre de 1912. Mide 1,80 metros y es rubio de ojos claros. Su rostro mezcla, sin embargo, en exacta proporci¨®n, la delicada piel blanca de su padre Hugo Stroessner, alem¨¢n inmigrante llegado a Buenos Aires a principios de siglo, que hizo fortuna como empresario de madera, con las duras facciones de su morena madre, Heriberta Mattiada, hija de una acaudalada familia patricia descendiente de paraguayos,en tercera generaci¨®n.
Educado en Encarnaci¨®n y R¨ªo de Janeiro, el joven Alfredo, alentado por su padre, creci¨® como cadete en el colegio militar de Asunci¨®n en marzo de 1929 y se gradu¨® de segundo lugarteniente en octubre de 1932; gracias a los "heroicos servicios" prestados en la guerra que Paraguay tuvo con Bolivia entre 1932 y 1935 por los dep¨®sitos de petr¨®leo del Chaco, ascendi¨® r¨¢pidamente a capit¨¢n. M¨¢s tarde volvi¨® a estudiar en Brasil, cumpliendo siempre una meritoria carrera militar. Fue nombrado jefe de las Fuerzas Armadas de su pa¨ªs en octubre de 1951, a los 38 a?os.
Temprana acci¨®n pol¨ªtica
Ya por entonces hab¨ªa participado activamente en pol¨ªtica. En 1948 parti¨® rumbo al exilio, perseguido por otro dictador: Morinigo. Pero regres¨® clandestinamente y vivi¨® durante un tiempo escondido en el interior del pa¨ªs.
Hasta que Stroessner encabez¨® el golpe que derroc¨® a Federico Ch¨¢vez, la inestabilidad pol¨ªtica del Paraguay hab¨ªa provocado el acceso de veintid¨®s presidentes en veintisiete a?os. Pero desde agosto de 1954, cuando Stroessner llam¨® a elecciones para "legitimar su dictadura", el general se mantiene ininterrumpidamente en el poder, sustentado por el Partido Colorado. Para justificar la postulaci¨®n a la reelecci¨®n en 1963, se modific¨® por primera vez la Constituci¨®n liberal, que originalmente lo imped¨ªa.
En los primeros a?os de su Gobierno desat¨® una indiscriminada represi¨®n que alcanz¨® no s¨®lo a toda posible oposici¨®n pol¨ªtica, sino a sectores del Ej¨¦rcito que conspiraban contra ¨¦l, y hasta a las jerarqu¨ªas cat¨®licas. Anteriormente decret¨® la prolongaci¨®n del per¨ªodo presidencial de cuatro a cinco a?os, y recientemente, en 1968, autoriz¨® a los partidos de centro-derecha a participar en las elecciones, aunque el Partido Colorado siempre se asegur¨® la mayor¨ªa en el Congreso.
Su r¨¦gimen fue duramente criticado. En 1968, la Comisi¨®n Internacional de Juristas, reunida en Ginebra, lo denunci¨® por ejercer excesivos poderes polic¨ªacos y por dar refugio a los nazis acusados como criminales de guerra. En 1969 fueron la Iglesia y los sectores estudiantiles quienes reclamaron reformas econ¨®micas, sociales y pol¨ªticas, pero una nueva escalada en la represi¨®n termin¨® con los diarios, revistas y demostraciones contrarias al Gobierno. Curas, monjas y estudiantes fueron atacados durante una procesi¨®n realizada en el centro de Asunci¨®n; la Iglesia contraatac¨® excomulgando a todos los militares y miembros del Gobierno implicado. Tambi¨¦n se expuls¨® del Paraguay a los jesuitas extranjeros que trabajaban en las ligas agrarias campesinas, que, seg¨²n Stroessner, estaban infiltradas por los comunistas.
"Haremos que el comunismo llegue muy tarde", suele decir. Su buena relaci¨®n con Estados Unidos y con las dictaduras militares vecinas le permitieron mantener siempre un s¨®lido apoyo pol¨ªtico. Salvo por las organizaciones defensoras de los derechos humanos, su Gobierno no fue molestado, a pesar de la constante violaci¨®n de todas las libertades, que obligaron a un masivo exilio de los opositores.
En 1972 hizo su primer viaje fuera del continente americano, que consisti¨® en una visita oficial a Jap¨®n; m¨¢s tarde viaj¨® a Espa?a, y habitualmente se encuentra con los jefes de Estado de sus poderosos vecinos, Argentina y Brasil.
Quienes le conocen en la intimidad cuentan que El Alem¨¢n es de trato cordial y agradable; le gusta que le pidan favores para concederlos y es un buen jugador de ajedrez, pero prefiere los deportes al aire libre y salir de caza por su finca. Est¨¢ casado con una maestra y tiene tres hijos.
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