Marejada sider¨²rgica
LA PRIMERA reacci¨®n que suscita la observaci¨®n de nuestro peque?o mundo sider¨²rgico es, sencillamente, una sensaci¨®n de estupor. Por un lado, se quiere cerrar un horno alto en Sagunto y, por otro, se comienza la puesta en explotaci¨®n de unos minerales de hierro de muy bajo contenido que, concentrados en forma de pellets, ir¨¢n a alimentar otro horno alto en Avil¨¦s. Adem¨¢s, los sider¨²rgicos del sector privado est¨¢n enfrentados entre si y se sienten amedrentados porque las integrales (Ensidesa-Altos Hornos), situadas en el sector p¨²blico, les amenazan desde la privilegiada posici¨®n de quienes disponen de todo el apoyo del Estado.Las vicisitudes del horno alto de Sagunto quiz¨¢ puedan explicarse por un planteamiento defectuoso del proyecto. De lo que se trata, en definitiva, es de cerrar una instalaci¨®n obsoleta que tiene una rentabilidad negativa. La f¨®rmula de salvaci¨®n para la sider¨²rgica del Mediterr¨¢neo podr¨ªa ser la instalaci¨®n -como as¨ª recomendaron los consultores japoneses- de un tren de laminaci¨®n en caliente que complementase el tren de laminaci¨®n en fr¨ªo, quiz¨¢ el m¨¢s moderno de Europa. Pero si ese proyecto fuese abandonado, la planta dif¨ªcilmente podr¨ªa ser viable y las inversiones ya realizadas se perder¨ªan. Los beneficios de esa operaci¨®n para Ensidesa se reducir¨ªan a la cuota de mercado que dejar¨ªa libre la desaparici¨®n de Sagunto.
Presur, por su parte, ha sido objeto de numerosas objeciones y cr¨ªticas, nunca satisfactoriamente replicadas por sus promotores. En puro lenguaje sider¨²rgico, el proyecto s¨®lo tendr¨ªa una remota justificaci¨®n si se llegase a su ¨²ltima fase, la de prerreducidos, despu¨¦s de acometer arriesgadas inversiones y de sustituir el gas de C¨¢diz por carbones gasificados de la cuenca cordobesa. El prerreducido es un sustitutivo de la chatarra para la alimentaci¨®n de los hornos el¨¦ctricos de la siderurgia no integral. Sin embargo, existe tal superabundancia mundial de chatarra para la pr¨®xima d¨¦cada que la propia compa?¨ªa del se?or Willy Korp, es decir, del vendedor de la tecnolog¨ªa para el proyecto Presur, ya ha quebrado. En su vertiente pol¨ªtica, los promotores de Presur se beneficiaron, durante la anterior legislatura, de los apuros de UCD para mantener su inestable unidad interna -lo que favoreci¨® al grupo de presi¨®n encabezado por el diputado extreme?o S¨¢nchez de Le¨®n- y para hacer frente a la puja electoralista del PSOE. El Gobierno socialista, que no necesita llegar a componendas con fracciones de su mayor¨ªa parlamentaria, deber¨¢ enfrentarse ahora con el dilema de elegir entre un comportamiento acorde con la racionalidad econ¨®mica y la lucha contra el d¨¦ficit, que aconsejar¨ªa el abandono de Presur, y la continuaci¨®n del proyecto, opci¨®n que s¨®lo cuenta a su favor con el argumento de la creaci¨®n de nuevos -aunque cansimospuestos de trabajo y con la mala conciencia de los apoyos dados en la pasada primavera por el entonces l¨ªder de la oposici¨®n a los mineros huelguistas.
En las turbulentas aguas sider¨²rgicas se est¨¢ produciendo, adem¨¢s de tensiones salariales, una fuerte lucha entre las empresas privadas no integrales. Curiosamente, las compa?¨ªas m¨¢s necesitadas de ayuda son aquellas que acometieron, con miras a la entrada en la CEE, un mayor esfuerzo de modernizaci¨®n, acompa?ado de escasas cautelas financieras. En un mercado estancado o en declive, las cargas financieras contra¨ªdas resultan agobiadoras para esas empresas que, pese a sus modernas instalaciones, dif¨ªcilmente podr¨¢n llegar a competir con las europeas. Por el contrario, las compa?¨ªas que tuvieron la habilidad de quedarse anta?o como estaban no precisan ahora de apoyos, predican un rabioso liberalismo y se oponen a las recoinversiones.
Desgraciadamente, la renuncia a cualquier tipo de ayuda estatal conducir¨ªa en Espa?a al desmantelamiento por quiebra de muchas modernas instalaciones y al correspondiente incremento de la estad¨ªstica del paro. En la Comunidad Econ¨®mica Europea, los planes de reconversi¨®n han evitado tales cat¨¢strofes pero a cambio de ser muy rigurosos en las ayudas a las empresas financieramente necesitadas, a las que se ha exigido el compromiso de amortizar la parte menos rentable de sus instalaciones. Las compa?¨ªas no necesitadas de financiaci¨®n a corto plazo, pero s¨ª de renovaci¨®n tecnol¨®gica a medio plazo, han podido disponer de fondos en condiciones equivalentes a las necesitadas de ayuda apremiante, pero tambi¨¦n con el compromiso de no incrementar la capacidad total de producci¨®n.
Una reconversi¨®n de este g¨¦nero supondr¨ªa un doble sacrificio al personal del sector: reducci¨®n de plantillas y evoluci¨®n salarial muy ajustada mientras se lleve a cabo el saneamiento. Pero cualquier otra alternativa ser¨ªa mucho peor ya que desembocar¨ªa, tarde o temprano, en el cierre inexorable y el aumento de paro. Una vez iniciada la operaci¨®n de saneamiento, cabe, de a?adidura, seguir el ejemplo de la British Steel Corporation, que ha dedicado a una parte de sus 150.000 trabajadores en reconversi¨®n a otras actividades metal¨²rgicas, inform¨¢ticas etc¨¦tera. Naturalmente, este tipo de decisiones, no resulta agradable para nadie, pero es la ¨²nica v¨ªa; los sider¨²rgicos ingleses tienen ahora perspectivas diferentes del paro y el desastre. ?De d¨®nde obtener, empero, los fondos para financiar en Espa?a una reconversi¨®n de ese g¨¦nero?. Quiz¨¢ los fondos destinados a Presur o a cualquier otro despilfarro podr¨ªan constituir una primera fuente de financiaci¨®n alternativa y razonable, sin necesidad de incrementar de manera gratuita el d¨¦ficit p¨²blico.
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