A la radio le sientan bien las crisis
Le van bien a la radio espa?ola los acontecimientos desmesurados, excesivos, que sobresaltan la vida nacional. Lo demostr¨® aquel otro 23 de febrero y lo volvi¨® a exhibir ¨¦ste. La misma log¨ªstica informativa que se improvis¨® la noche de Tejero se puso en marcha la noche de Rumasa. A los pocos minutos de que saltara la noticia econ¨®mica del Consejo de Ministros, arrancaron las unidades m¨®viles de la SER, Radio Nacional y otras emisoras de menor envergadura.Y volvi¨® a surgir en el paisaje urbano la castiza figura del peat¨®n con el transistor pegado al o¨ªdo, cambiando continuamente de frecuencia para no perderse el apasionante safari radiof¨®nico en pos de Ruiz Mateos, las primeras opiniones de los afectados por el s¨ªndrome de la melaza, de la abeja, las dobles y hasta triples conexiones en directo con esos expertos que, como en el caso machac¨®n del se?or Pedro Schwartz, aprovechan cualquier complejidad econ¨®mica para vender sus conocidos simplismos ideol¨®gicos.
Se est¨¢ especializando la radio espa?ola en transmisi¨®n de crisis en directo; hasta ahora hab¨ªa demostrado su pericia informativa en golpes de Estado, cat¨¢strofes, secuestros, asaltos bancarios, ceses y nombramientos de altura y grandes follones deportivos. Le faltaba en su palmar¨¦s una crisis de gran envergadura econ¨®mica, y ya est¨¢. Mientras I?igo hac¨ªa en su programa en directo esfuerzos sobrehumanos para sacarle al ministro Barrionuevo la palabra Rumasa, consciente de que ¨¦sa era la noticia de la noche, las radios espa?olas demostraban de nuevo su aplastante superioridad informativa frente al gigante electr¨®nico y lograron reproducir con toda nitidez el zumbido caracter¨ªstico del enjambre desenjambrado.
Hasta el portavoz del Gobierno. parec¨ªa un locutor m¨¢s, jugando con las inflexiones de voz que le hicieron popular en otro tiempo, narrando el se?or Sotillos la noticia con ¨¦nfasis radiof¨®nico, bastante m¨¢s preocupado de los micr¨®fonos que de las c¨¢maras y los bol¨ªgrafos, consciente de que ese acontecimiento exig¨ªa el directo, y eso, hoy por hoy, es privilegio del transistor.
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