"La situaci¨®n del dibujo animado espa?ol es terror¨ªfica"
Jordi Amor¨®s afirma que habr¨ªa que proteger a los dibujantes del pa¨ªs como si fueran ballenas
Cuando se le pregunta por la situaci¨®n del dibujo animado en Espa?a, Jordi Amor¨®s se echa las manos a la cabeza, enciende un cigarrillo, da dos chupadas descuidadas al puro que humea en el cenicero, una fuerte al cigarrillo y suelta: "La situaci¨®n del dibujo animado en Espa?a es terror¨ªfica". Un largo silencio. "Terror¨ªfico", repite y prosigue haci¨¦ndose un l¨ªo con el cigarrillo en una mano, el cigarro en otra y un l¨¢piz pasando de la derecha a la izquierda.Pregunta. ?Qu¨¦ significa exactamente que es terror¨ªfica?
Respuesta. Que no hay dibujo animado. En un pa¨ªs que consume tal cantidad de pel¨ªculas de este tipo, que se haga todo fuera es terror¨ªfico. No hay trabajo, sobrevivimos en la m¨¢s absoluta miseria. Y eso que somos pocos, tan pocos que habr¨ªa que protegernos como a las ballenas, porque somos una especie a extinguir si el Gobierno no toma cartas en el asunto.
P. ?Cu¨¢nta es poca gente?
R. En Barcelona poqu¨ªsima. Hace poco tiempo se celebr¨® el homenaje a Arturo Moreno, el pionero del dibujo,animado en Espa?a. El m¨¢s joven era de mi edad; nadie bajaba de los 38 o cuarenta a?os. Y casi nadie trabajaba en dibujo animado. Unos dibujan para tebeos, otros en ilustraci¨®n, otros en estampados... En los a?os cuarenta se hizo algo, no como preocupaci¨®n cultural, sino porque hab¨ªa problemas para las licencias de exhibici¨®n y una forma de conseguirlas era producir pel¨ªculas de este tipo que sal¨ªan baratas. Luego el dibujo animado se muri¨®. Ahora la ¨²nica forma de subsistencia ser¨ªa que el Estado tome cartas en el asunto y no tanto que subvencione como que deje de poner trabas. En Barcelona est¨¢n pr¨¢cticamente los mejores dibujantes del mundo y se est¨¢n muriendo de hambre. Yo mismo trabajo diez horas diarias haciendo dibujo animado, pero vivo de las historietas que dibujo para El Papus.
P. Y, ?por qu¨¦ no se produce?
R. Por ejemplo, Televisi¨®n Espa?ola tiene poder para adjudicar o producir series, ?por qu¨¦ no las hace? ?Por qu¨¦ no se hizo el Naranjito en nuestro pa¨ªs?
P. Pero el Naranjito estaba firmado por Estudio Equip, que es su estudio.
R. Firmado. Nada m¨¢s. Con esta serie pas¨® un caso muy curioso. Se utiliz¨® nuestro nombre para hacer ver que se hab¨ªa producido aqu¨ª, y en los t¨ªtulos de cr¨¦dito sal¨ªa Estudio Equip, al mismo nivel que Nipon Animation que hab¨ªa hecho toda la serie. Nuestro trabajo se limitaba a un min¨²sculo gr¨¢fico que representaban 200.000 pesetas sobre los 160 millones que cost¨®. Se utilizaron las t¨ªtulos de cr¨¦dito como si se hubiera hecho a medias con Espa?a. Eso es un timo. En la serie de Los mosqueperros todos los t¨ªtulos de cr¨¦dito son espa?oles, incluso los productores han hablado por televisi¨®n diciendo que se ha hecho ¨ªntegramente en Espa?a. Es otro timo. Toda la serie se ha hecho en Jap¨®n, salvo las voces.
P. Habr¨¢ alg¨²n motivo para que eso sea as¨ª. Quiz¨¢ los costes o...
R. La excusa es que aqu¨ª no hay industria. Mentira. Hay. En Madrid se han hecho series y en Barcelona se trabaja para series americanas, se hacen Snoopies, Pedro Picapiedra. Son series que muestran nuestro grado de colonizaci¨®n. Yo siempre me he negado a hacerlas, pero comprendo que el hambre aprieta. Las de aqu¨ª se hacen en Jap¨®n porque dicen que sale m¨¢s barato. Es muy discutible. Al margen de la ¨ªnfima calidad, lo evidente es que se esconde que est¨¢n hechas en Jap¨®n. Si los resultados fueran buenos no habr¨ªa motivo para disimularlo.
P. Pero ?por qu¨¦ no reclamar ante la utilizaci¨®n indebida de nombres y denunciarlo?
R. Eso implica abogados, juicios y creo que ya hay demasiados. Es perder el tiempo. Televisi¨®n Espa?ola no s¨¦ si cambiar¨¢, supongo que s¨ª, pero estas series entraban all¨ª como entraban, porque dentro hab¨ªa alguien que estaba mojado. En el caso del Naranjito el presupuesto era de 160 millones, si yo -o cualquier otro con los precios del mercado internacional-, la tuviese que presupuestar no creo que saliese por m¨¢s de sesenta millones de pesetas. Se hinch¨® en unos cien millones, que debieron ir a parar a alg¨²n lugar. Los cap¨ªtulos eran de imagen real, m¨¢s seis o siete minutos de animaci¨®n limitada de tipo japon¨¦s. La imagen real debi¨® salir de los archivos de RTVE, lo cual no cuesta ni un duro, y la animaci¨®n vale, como mucho, dos millones o dos y medio, tres si incluimos el doblaje. Multipliquemos por veintis¨¦is y ¨¦se es el coste. El productor se gan¨® cien millones. Si se hubiera producido en Espa?a sus beneficios hubieran sido m¨¢s normales. Yo o cualquier otro de Espa?a, por ejem1o los que hiceron El Quijote, por 160 millones hacemos un mont¨®n de minutos de animaci¨®n y encima damos de comer a los de aqu¨ª, que tienen la cosa fatal. Los japoneses trabajan a precios muy baratos y por minutos. Seguro que no se les pagaron los 160 millones, se les debi¨® pagar lo que realmente val¨ªan y el resto se qued¨® aqu¨ª, traspapelado.
P. A pesar de lo fatal y terror¨ªfico que lo pinta, lo cierto es que usted mismo hace cosas y que ha ganado varios premios.
R. No tantos. El de animaci¨®n en Zagreb y otro que nos concedi¨® hace un a?o la Generalitat. En las mismas fechas que se me concedi¨® el premio de Zagreb, el festival m¨¢s importante del mundo junto al de Otawa, se disputaba all¨ª un partido de la selecci¨®n espa?ola. Fue un avi¨®n completo de directivos. Al festival de dibujos animados no fue nadie, ni nosotros, que no ten¨ªamos un duro y no pudimos asistir a recoger el premio. La Administraci¨®n ni siquiera se ha enterado. En Otawa tambi¨¦n nos hemos presentado y tampoco hemos podido ir; menos mal que no nos han dado ning¨²n premio. La Generalitat nos dio un premio de un concurso de cine para chicos. Pero nuestra propuesta era la ¨²nica profesional, las dem¨¢s estaban hechas en 16 mil¨ªmetros. Era un cap¨ªtulo piloto de lo que deber¨ªa ser una serie. Nos dieron el premio con la condici¨®n de que el catal¨¢n que se hablase fuera correcto. Nosotros hab¨ªamos previsto un producto hablado en un catal¨¢n con acento de la Barceloneta. Consideraron que la Generalitat no pod¨ªa dar un premio a una pel¨ªcula as¨ª y entonces nos dijeron: "Si quer¨¦is el premio ten¨¦is que hacer esto". Y estuvimos de acuerdo porque, hasta un cierto punto, no tenemos divismo, ni complejo de perseguidos, ni de censurados, ni tampoco principios, ni ¨¦tica. Esto dice poco a nuestro favor pero era cuesti¨®n de supervivencia, a otro nivel no lo consentir¨ªamos. De todas maneras ya es mucho que la Generalitat haga un concurso de este estilo, aunque lo otro no deje de ser una forma de censura, vamos, no una forma, una censura a trav¨¦s de la subvenci¨®n.
P. Si se trataba de un programa piloto ?qu¨¦ pas¨® con la serie que deb¨ªa seguirle?
R. Nada. No hubo consecuencias, porque aunque nos reconocieron los valores cinematogr¨¢ficos, no se quieren gastar el dinero Ni ellos ni la televisi¨®n. La Generalitat no tiene ganas de hacer cosas en este campo, ni tampoco el dibujo animado es lo m¨¢s importante, pero podr¨ªa haber trabajo para las veinticinco personas que trabajan en Barcelona. Hace alg¨²n tiempo que presentamos en Sanidad un proyecto de educaci¨®n sexual para las escuelas. Peque?os cortos. La parte t¨¦cnica la pon¨ªa Santiago Dexeus sin cobrar ni un duro, nosotros trabaj¨¢bamos a precio de coste, por hacerlo. El presupuesto total era de unos ocho millones de pesetas. De eso hace un a?o. Ni siquiera han contestado. Los que trabajamos en esta industria lo hacemos por vocaci¨®n y masoquismo.
P. Est¨¢ tambi¨¦n la publicidad.
R. S¨ª, eso est¨¢ bien. Gracias a ello el estudio m¨¢s grande de Barcelona, que es ¨¦ste, donde trabajan diez personas, despu¨¦s de un a?o y medio de trabajar todos los d¨ªas, se puede permitir el lujo de pagar los sueldos y algunos empleados tienen un 127. Nuestro anuncio se presupuesta en la mitad que el otro. Y cuando hay un presupuesto alto los directivos se van a Londres, no porque sean mejores, sino porque hace bonito viajar y cambiar de ambiente.
P. Lo mejor, pues, es cambiar de profesi¨®n.
R. O emigrar a un pa¨ªs civilizado. Ayer vinieron unos animadores madrile?os. Hab¨ªan terminado una pel¨ªcula y estaban sin un duro. Les quedaba el dinero justo para pagar la gasolina del coche e intentar encontrar trabajo en Barcelona. El productor hab¨ªa contratado primero animadores americanos. Les puso un apartamento y sueldos cuatro veces m¨¢s altos que los de aqu¨ª. Supongo que era porque sobre el papel ofrec¨ªan m¨¢s garant¨ªas. Eso me parece bien. Pero resulta que, al final, lo que hicieron los americanos no sirvi¨® para nada y tuvieron que hacerlo todo de nuevo los espa?oles. Por cierto, que era una pel¨ªcula para Televisa de M¨¦xico y con lo mal que est¨¢n las cosas all¨ª igual ni consiguen cobrar jam¨¢s. La soluci¨®n de nuestros males ser¨ªa que televisi¨®n produjera alguna serie. Yo he ido muchas veces con una serie a RTVE, pero nunca llegas a la c¨²spide. Present¨¦ el programa piloto que premi¨® la Generalitat, pero me ped¨ªan que lo doblase al castellano para que lo viera no s¨¦ quien. No tengo dinero ni ganas de hacer lo que me parece una chorrada. Otra v¨ªa es la de cine para ni?os. Pero en dibujo las espectativas de recuperar la inversi¨®n no son inmediatas. Si el cine es bueno cada generaci¨®n tendr¨ªa que ver las pel¨ªculas. La cuesti¨®n est¨¢ en decidir de una vez si el dibujo animado es considerado cultura, si vale la pena hacer dibujo educativo, si el Estado va a intervenir. En caso contrario, lo dicho, como las ballenas.
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