La posible presencia de Strauss en el Gobierno de la RFA provoca intensas especulaciones pol¨ªticas en el pa¨ªs
La capital alemana occidental era ayer, de nuevo, un hervidero de rumores sobre las posibles combinaciones para formar un nuevo Gobierno, con o sin el presidente de Baviera, Franz-Josef Strauss. Los reci¨¦n elegidos diputados tuvieron sus primeras reuniones, y el grupo parlamentario socialdem¨®crata (SPD) eligi¨® -177 votos favorables de 181 emitidos- al derrotado candidato a la canciller¨ªa, Hans-Jochen Vogel, como nuevo jefe. El carrusel de nombres contin¨²a en movimiento y empieza a marear. Todo gira en torno a Strauss.
El l¨ªder conservador b¨¢varo lleg¨® a Bonn la noche del lunes y se entrevist¨® durante dos horas con el canciller federal, Helmut Kohl, quien viene concertada para hoy una cita con el presidente liberal y ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher.Las negociaciones de coalici¨®n empezar¨¢n el pr¨®ximo lunes. Hasta ese d¨ªa habr¨¢ una cierta pausa en las conversaciones, no en las especulaciones, con motivo de las elecciones al Parlamento regional del Estado de Schleswig-Holstein que se celebrar¨¢n este domingo.
La inc¨®gnita es Strauss, que probablemente no descubrir¨¢ sus cartas hasta el ¨²ltimo momento y tratar¨¢ de sacar el m¨¢ximo de las negociaciones de coalici¨®n. No ser¨ªa extra?o que a ¨²ltima hora decida quedarse en Munich de presidente del Gobierno y renuncie a su esca?o en Bonn.
Fallido, gracias a la entrada en el Bundestag de los verdes, el prop¨®sito de obtener la mayor¨ªa absoluta, Strauss tiene un dif¨ªcil acomodo en el nuevo Gabinete. Genscher no se dejar¨¢ arrebatar la cartera de Exteriores, y otros puestos resultan poco atractivos para el socialcristiano b¨¢varo, que so?¨® con coronar su vida pol¨ªtica en la escena internacional.
Strauss, aunque es un personaje imprevisible, que resucit¨® varias veces cuando era considerado un cad¨¢ver pol¨ªtico, ha perdido fuerza. Cuando el cambio de pareja el pasado oto?o, tras la ca¨ªda del canciller Helmut Schmidt, Strauss fue traicionado por su propia gente, el actual ministro del Interior, Friedrich Zimmermann, que se entendi¨® con Kohl y Genscher para retrasar las elecciones hasta marzo y dar tiempo a los liberales para recuperarse y hacer olvidar la traici¨®n. El viejo le¨®n b¨¢varo no puede fiarse de los suyos y, tras el resultado del domingo, Kohl se ha con vertido en un peso pesado. Contra Kohl y Genscher, Strauss lo tendr¨¢ muy dif¨ªcil, y no ser¨ªa extra?o que a fin de mes se tire de la moto y regrese resignado a Munich para continuar lo que califica de "tarea m¨¢s querida", al frente del Estado libre de Baviera.
Antes de tomar una decisi¨®n, no cabe duda que Strauss luchar¨¢ en Bonn, y la pr¨®xima semana, con las negociaciones de coalici¨®n, ser¨¢ decisiva. Hasta entonces no ces4r¨¢n las especulaciones .
Dif¨ªcil herencia
Los socialdem¨®cratas se preparan para la oposici¨®n, y ayer el nuevo grupo parlamentario eligi¨® a Vogel como jefe. Vogel recibe una dif¨ªcil herencia al suceder al legendario Herbert Wehner, que no se present¨® como diputado, y entrar marcado por el estigma de la derrota.
El resultado a favor de Vogel fue casi un¨¢nime y, en votaci¨®n secreta, s¨®lo le faltaron cuatro votos. El SPD mantiene la cohesi¨®n mostrada durante toda la campa?a electoral, pero en Bonn se especula ya con el momento en que saldr¨¢n a relucir las viejas divergencias sobre la l¨ªnea a seguir. El ala derecha ya ha dicho que la culpa de la derrota la tiene la aproximaci¨®n a los verdes y la poca claridad ideol¨®gica mostrada durante la campa?a electoral. La derecha del SPD podr¨ªa catalizarse en torno al ex canciller Schmidt, aunque no parezca que est¨¦ por la labor. Schmidt tiende m¨¢s bien a situarse por encima del bien y del mal, en un papel de economista mundial, dispuesto a dar doctrina al universo sobre las estrategias para salir de la crisis.
El SPD no tendr¨¢ el monopolio de la oposici¨®n, que habr¨¢ de compartir con los verdes. Esto plantea problemas de definici¨®n dentro de la socialdemocracia, donde unos tender¨¢n a una aproximaci¨®n a los ecologistas y pacifistas y otros Se inclinar¨¢n por seguir una pol¨ªtica de partido interclasista y de centro. La ca¨ªda del SPD por debajo del 40% -el nivel de comienzos de los a?os sesenta- abre la interrogante de si no se har¨¢ realidad la profec¨ªa del viejo Wehner, cuando el pasado octubre dijo que la socialdemocracia hab¨ªa perdido el poder y le esperaban ahora quince a?os de oposici¨®n.
En el SPD hay una indignaci¨®n dif¨ªcilmente contenida por el papel representado durante la campa?a electoral por Washington, Par¨ªs y dirigentes de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte.
Contra Estados Unidos y el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, la indignaci¨®n socialdem¨®crata se formula todav¨ªa a media voz. Contra el secretario general de la OTAN, el holand¨¦s Joseph Luns, se manifest¨® ayer abiertamente el dirigente del SPD, Hans-Juergen Wischnewski, miembro de la ejecutiva y famoso por su intervenci¨®n en Mogadiscio, cuando el secuestro del avi¨®n de Lufthansa, en octubre de 1977.
Wischnewski escribi¨® ayer una carta a Luns, en la que dec¨ªa: "Usted se manifest¨® de forma parcial sobre el resultado de las elecciones de la Rep¨²blica Federal de Alemania. Con esto no s¨®lo se sali¨® usted considerablemente de sus competencias, sino que ha causado un da?o considerable a la Alianza". Despu¨¦s de destacar el papel de los ministros de Defensa socialdem¨®cratas -Helmut Schmidt, Georg Leber y Hans Apel-, Wisclinewski acusa a Luns de sospechar de quince millones de votantes del SPD, y a?ade: "Hoy puedo comprender mejor que muchos pol¨ªticos en la Alianza tengan la opini¨®n de que su tiempo como secretario general hace mucho que deber¨ªa haber concluido".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.