Faltaron las falleras

El s¨ªndrome de la huelga todav¨ªa no hab¨ªa desaparecido del aparato burocr¨¢tico y hasta las tres de la tarde no se autoriz¨® formalmente la novillada. Ten¨ªa que llegar de Madrid el empresario Manolo Camar¨¢, que portaba los documentos finales para que se encendiera la luz verde. Pero los ¨¢nimos de los aficionados estaban por no meterse en apreturas a la hora de sacar entradas, y menos los de la fallera mayor y su corte de honor, que es tradicional asistan a los espect¨¢culos taurinos pero que hoy no se han asomado a la plaza. Hubiera sido como solidarizarse con quienes ped¨ªan con todas sus fuerzas que las fallas no se quedaran sin toros.Y por fin, el primer pase¨ªllo. Vicente Ruiz El Soro le daba consejos a su hermano Antonio mientras este se ce?ia el capote de paseo "Tranquilito, Antonio. Todo muy despacio. A lo tuyo". Despu¨¦s, cuando enfilaba para el hotel despu¨¦s de matar la novillada, el debutante se justificaba: "El aire me ha molestado mucho. Me ha gustado m¨¢s el novillo de Lora Sangr¨¢n, a pesar de tener menos recorrido". Los seguidores que hab¨ªan llegado de su pueblo quer¨ªan acu?ar su personalidad diciendo que "el arte tambi¨¦n habla valenciano". Quiz¨¢s queri¨¦ndole abrir cierto cr¨¦dito. Por otra parte, y aunque a los espect¨¢culos menores en esta plaza suele ir poca gen te, alguien est¨¢ pensando en recuperar la becerrada que se suspendi¨® el s¨¢bado, para devolverle la ilusi¨®n a los chavalines que ten¨ªan q¨²e haber hecho el pase¨ªllo en aquella ocasi¨®n.