Vecinos de G¨¦vora del Caudillo piden un nuevo emplazamiento de una planta de hierbas medicinales
La mayor¨ªa de los vecinos de G¨¦vora del Caudillo, un pueblo de colonizaci¨®n en las vegas bajas del plan Badajoz, se opone a que una planta de secado de la hierba Datura metel contin¨²e en su actual emplazamiento, junto a las casas del pueblo, y exigen que lo que dios llaman la venenosa se marche lejos, al menos a cinco kil¨®metros, como exige la ley. Pero el polvo amarillo que desprende esta planta cuando est¨¢ seca cansa, seg¨²n los Informes m¨¦dicos, alteraciones org¨¢nicas en los vecinos de G¨¦vora.
"Aqu¨ª no pasa nada, oiga; la Datura no produce ninguna de las dolencias que el informe de la Consejer¨ªa de Sanidad de la Junta se?ala". Francisco Hern¨¢ndez, director t¨¦cnico de los laboratorios Fher en Badajoz, extrae de uno de esos sacos de Datura metel un buen pu?ado -de la que en un posterior proceso fabril se obtendr¨¢ la buscapina-, y con ella se frota las manos y la cara, queriendo demostrar con su,ostensible gesto la inocuidad del producto sobre la piel.Pero los vecinosde G¨¦vora del Caudillo, un pueblo de colonizaci¨®n creado en los a?os cincuenta como base de asentamiento de trabajadores en las vegas bajas del plan Badajoz, tienen una opini¨®n bien distinta. No quieren o¨ªr hablar de esa factor¨ªa, a la que algunos ya le han colocado el sobrenombre de la venenosa, porque est¨¢n convencidos de que en esa f¨¢brica est¨¢ el germen causante de los males de muchos vecinos.
En los meses de julio a septiembre, la Datura metel cosechada en las ochocientas hect¨¢reas destinadas a su cultivo es extendida sobre una enorme explanada, que llega hasta el mismo borde del pueblo. Para eliminar su humedad, el vegetal es volteado sucesivas veces por tractores y m¨¢quinas, sin interrupc¨ª¨®n durante las 24 horas del d¨ªa. Es entonces cuando una fina capa de polvo amarillo, desprendido de la droga, invade las casas pr¨®ximas al secadero.
Este polvo, seg¨²n un informe de la Consejer¨ªa de Sanidad de la Junta, es el agente productor de un cuadro de enfermedades de diverso orden que padecen algunos vecinos. El informe, elaborado el 19 de noviembre de 1981, despu¨¦s de una inspecci¨®n de los sanitarios, indica que, por tratarse de un producto antimuscar¨ªnico, ese polvo, aun en peque?a cantidad, produce midriasis y cicloplej¨ªa, lo que explica las visiones borrosas; tiene efectos inhibitorios sobre las secreciones y altera el ritmo cardiaco, produciendo taquicardia, lo que explica el agravamiento de las enfermedades del coraz¨®n en el pueblo.
Un molinero, afectado por el polvo amarillo
Jos¨¦ Espinosa Trigo tiene un min¨²sculo molino rozando casi con la alambrada que circunda la finca de los laboratorios Fher. ?l ha venido sufriendo desde hace muchos a?os las molestias de ese fat¨ªdico polvo amarillo y est¨¢ dispuesto a llegar a donde haga falta para impedir que la f¨¢brica contin¨²e en el lugar en que ahora se encuentra, a pocos metros del pueblo, separada s¨®lo por el ancho de una estrecha calle. "Mire usted, esto es insoportable. Cuando empieza la campa?a y los tractores est¨¢n tris-tras-tris-tras toda la noche removiendo la hierba, no podemos dormir. Luego, por la ma?ana, el polvo que el viento trae hasta el pueblo nos produce unos dolores de cabeza terribles y se nos hinchan los ojos".Francisco Hern¨¢ndez, el director t¨¦cnico de Fher, cree que todo son patra?as, que la Datura no es da?ina ni ese polvo puede originar todo lo que los vecinos dicen. "Llevamos", nos dice, "veinte a?os trabajando aqu¨ª y es ahora cuando empiezan los dolores, justamente cuando el pueblo tiene un concejal comunista". Francisco Hern¨¢ndez cree que el pueblo se est¨¢ dejando manipular y la psicosis del polvo amarillo est¨¢ siendo utilizada con fines pol¨ªticos. "El tema siempre surge", nos dice, "cuando hay una campa?a electoral en medio".
En el pueblo, la opini¨®n tiene matices: hay radicales que insisten en que la f¨¢brica se aleje cinco kil¨®metros del n¨²cleo, como exige la ordenanza de industrias insalubres, molestas y peligrosas. Son principalmente los vecinos cuyas casas, est¨¢n junto a la explanada desecado. Los que viven m¨¢s lejos y no padecen los efectos del polvo amarillo son m¨¢s moderados, aunque reconocen el olor tan desagradable que en verano emite la f¨¢brica.
Francisco Hern¨¢ndez, el director de Fher, insiste en que todo son historias, historias falsas. "Mire usted, aqu¨ª estamos trabajando muchas personas, que en verano se increment¨¢n a m¨¢s de cien. Ninguna ha padecido nunca nada. Y aqu¨ª no cobramos tanto dinero como para jugarnos la vida". Hern¨¢ndez se esfuerza en demostrarnos que, en todos los a?os de funcionamiento, los empleados no han padecido ninguna de las enfermedades que el informe sanitario se?ala, y muestra todos los partes de baja m¨¦dica y los resultados de los reconocimientos m¨¦dicos para comprobarlo.
Admite, sin embargo, que en alguna ocasi¨®n se ha tenido que recurrir al Visatrol, un preparado de los propios laboratorios, para corregir la dilataci¨®n pupilar,en algunos obreros. Sin embargo, hay otras versiones no tan optimistas en el pueblo. Personas que han estado trabajando en el secadero afirman que de cuando en cuando, mientras se manipulaba la planta, era obligatorio beber un vaso de leche, lo que para ellos viene a demostrar los efectos poco beneficiosos de las part¨ªculas que desprende la Datura.
Reformas anticontaminantes
En la planta de secado se est¨¢n llevando a cabo obras para eliminar la emisi¨®n de polvo, y este a?o se alterar¨¢ el proceso para no perjudicar a los vecinos de G¨¦vora. Se est¨¢ instalando un cicl¨®n en circuito cerrado, que absorber¨¢ el polvo del secadero, y la planta no se secar¨¢ totalmente en la explanada. Casi verde, se trasladar¨¢ a otra para terminar el proceso de desecaci¨®n.Pero ello no acaba de satisfacer al pueblo de G¨¦vora que ahora tiene una asociaci¨®n de vecinos, cuyo presidente es Gabriel Montesinos, concejal comunista del Ayuntamiento de Badajoz, que fue quien descubri¨® el informe sanitario de la Junta de Extremadura. La cuesti¨®n sanitaria hizo que saltaran a la luz las irregularidades administrativas de la factor¨ªa, que ven¨ªa trabajando sin licencia municipal desde hac¨ªa veinte a?os. "Pero nosotros", dice Francisco Hern¨¢ndez, "no estamos fuera de la ley. Ocurre que cuando nos instalamos no se exig¨ªa el requisito de licencia municipal. Ahora se nos ha pedido y lo hemos presentado".
El expediente de concesi¨®n de la licencia de apertura iniciaba un plazo de reclamaciones de los perjudicados por una actividad insalubre, nociva y peligrosa. Contra la concesi¨®n de la licencia se presentaron 53 reclamaciones, que ahora estudia la comisi¨®n correspondiente. Una asamblea de vecinos exigi¨® que la factor¨ªa se alejara cinco kil¨®metros del pueblo, como obliga la ley.
"No queremos otra cosa que eso", nos dice Jos¨¦ Mar¨ªa Arenas, secretario de la asociaci¨®n de vecinos y ex trabajador de los laboratorios Fher. "Tienen una finca a cinco kil¨®metros del pueblo. Si de verdad quieren evitamos las molestias, que se vayan. Aqu¨ª no hay ninguna cuesti¨®n pol¨ªtica, sino una exigencia legal".
Seg¨²n el director t¨¦cnico de Fher, el cultivo de esta planta es rentable, uno de los m¨¢s rentables de las vegas del plan Badajoz, pues apenas necesita riego y son los propios laboratorios los que facilitan la semilla, la siembran y la recogen. S¨®lo hay que poner la tierra. El a?o pasado, y despu¨¦s de abastecer el mercado nacional, Fher export¨® esta mercanc¨ªa desde Badajoz por valor de 460 millones.
Sin que se tome como amenaza, indica que las multinacionales, y Fher lo es, son muy sensibles a este tipo de campa?as que afectan al prestigio, y no les importa tomar decisiones dr¨¢sticas que har¨ªan peligrar los puestos de trabajo.
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