El freno liberal
HOY, MARTES, comienza la nueva legislatura en Alema nia Occidental: el Parlamento proceder¨¢ en votaci¨®n secreta, inmediatamente despu¨¦s de haber sido constituido, a la elecci¨®n del nuevo canciller, el cual presentar¨¢ al d¨ªa siguiente su Gobierno . Un rito. Todo est¨¢ hecho y pactado, y no muy f¨¢cilmente: sobre todo en cuanto ha significado la relegaci¨®n de Strauss a Munich. Muchos dicen que es el final de su larga y turbulenta carrera pol¨ªtica, pero en realidad cuenta con cinco ministros de su partido -CSU- en el Gobierno de coalici¨®n y mantiene toda su fuerza personal demostrada otra vez en las elecciones del 6, de marzo. Strauss puede chocar con Genscher, jefe de los liberales y, una vez m¨¢s, ministro de Asuntos Exteriores. Genscher, que ha dirigido la pol¨ªtica exterior con el Gobierno socialdem¨®crata, lo seguir¨¢, haciendo, como sucedi¨® despu¨¦s de su pirueta a favor de los dem¨®cratas cristianos, en el actual gabinete. Los motivos son bastante estrictos: se parte de un pacto no escrito, el del compromiso de Kohl con sus electores. Y de otro m¨¢s amargo: el de la necesidad de la coalici¨®n CDU-CSU de contar con los liberales para obtener la mayor¨ªa parlamentaria. Podr¨ªa suponerse a la luz de todo ello que el significado de las elecciones en los temas de pol¨ªtica exterior fue el de apoyar un occidentalismo claro y definido, pero resistiendo hasta donde sea posible la pol¨ªtica de rearme de Reagan, frente a la que los libera les son m¨¢s cautelosos que los dem¨®crtas cristianos. Reagan sin embargo parece haber entenido que el resul tado electoral germano ha sido un espaldarazo a sus pre tensiones, y que de ahora en adelante tiene manos libres para su pol¨ªtica rearmamentista en Europa. No va a ser f¨¢cil que en el nuevo Gabinete los ministros de Strauss se plieguen a la moderaci¨®n y al distanciamiento de Genscher, en este como en otros problemas (Latinoam¨¦rica o relaciones con Francia). La derecha alemana occidental -y no s¨®lo Strauss- culpa, por ejemplo, al gobierno socialista de Mitterrand de la alteraci¨®n financiera y econ¨®mica que ha producido en Europa, y q¨²e ha ocasionado la no deseada revaluaci¨®n del marco. Los dos defectos primordiales del nuevo Gobierno son el de la desproporci¨®n del reparto de poder con el sentido de los votos emitidos -ocho carteras para la CDU, cinco para la CSU, tres para el FDP- y el de las graves diferencias entre la derecha de Strauss y el centrismo de Genscher. Diferencias que se har¨¢n manifiestas en al asalto de un conjunto de problemas a los que hacer frente: el conflicto Este-Oeste, las relaciones con la RDA, el nacimiento del pacifismo, la capacidad de los ecologistas para hacer su propaganda en el propio Parlamento, la defensa de la econom¨ªa frente a la crisis mundial, la situaci¨®n dentro de la CEE... Pero si se puede aceptar la idea de que en unas elecciones un pueblo se manifiesta como una sola opini¨®n resultante, hay que creer que el 6 de marzo el pueblo de la Rep¨²blica Federal rescat¨® a los liberales perdidos para que matizaran a Kohl, y eligi¨® a ¨¦ste para que renunciase a Strauss. En definitiva, un equilibrio de centro-derecha que no podr¨¢ ir demasiado lejos sin riesgo de deshacerse.
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