La apariencia y la realidad
El inter¨¦s inmediato que despierta Laura gira, l¨®gicamente, en torno a la identidad del asesino. Pero escaso valor ser¨ªa ¨¦ste para que continuara interesando una pel¨ªcula rodada en 1944. Lo que permanece de Laura no es s¨®lo la habilidad de guionistas y director por mantener el clima de misterio propio del cine negro, sino la originalidad de su estructura dram¨¢tica y el intento de profundizar en las caracter¨ªsticas psicol¨®gicas. Aunque mucho se ha escrito sobre esto ¨²ltimo, quiz¨¢s inventando bastante la complejidad del polic¨ªa protagonista, la pel¨ªcula cae a veces en explicaciones elementales que no quieren dejar suelta la evidencia.Es as¨ª, al menos, como se insiste en demostrar la rara emoci¨®n que el polic¨ªa siente cada vez que contempla el cuadro de la muchacha asesinada. Amor que a ¨¦l mismo inquieta y forma el n¨²cleo m¨¢s sugestivo de la historia.
Laura
Director: Otto Preminger. Gui¨®n: Jay Drather y Samnuel Hoffestein, seg¨²n una obra de Vera Caspary. Fotograf¨ªa: Joseph la Shelle. M¨²sica: David Raksin. Int¨¦rpretes: Gene Tierney, Dana Andrews, Clifton Webb, Vincent Price, Judit Anderson. Polic¨ªaca. Norteamericana 1944. Local de estreno: Luchana
Por encima de ella, sin embargo, destaca el planteamiento narrativo: una voz en off cuenta lo que m¨¢s tarde, sin transici¨®n, se muestra objetivamente y sin eliminar otros recursos narrativos que juegan con el tiempo, el suspense y la sorpresa. Los personajes que se mueven alrededor de la muerte de Laura son, por su parte, raros en un cine que sol¨ªa conformarse con el manique¨ªsmo.
Cada uno de ellos presenta aspectos contradictorios que no pueden encasillarse en los esquemas que Hollywood utilizaba en la d¨¦cada de los cuarenta. Un escritor pedante, enamorado y fr¨ªo, odia al pretendiente de Laura, gigolo que combina su astuta vampirizaci¨®n con el afecto sincero, amado a su vez por una rica dama a la que no le importa confesar sus sue?os homicidas: son los seres contemplados por un polic¨ªa primario que relaja sus nervios con pasatiempos infantiles, se duerme en los conciertos y no duda en despreciarlos a todos jugando cruelmente con sus sentimientos, hasta descubrir al asesino de la pobre muchacha.
Dana Andrews dio vida a ese polic¨ªa con una sensibilidad inteligente, que se vio recompensada con el ¨¦xito: aquel trabajo es hoy mod¨¦lico en la trayectoria del cine negro. Los dem¨¢s actores del reparto, con una fascinante Gene Tierney en primer t¨¦rmino, recrearon unos tipos perfectos, limitados solo por los eventuales t¨®picos del gui¨®n, escasos, no obstante, para la distancia con que hoy contemplamos la pel¨ªcula. Bien es verdad que esta es la primera vez que podemos verla en Espa?a en versi¨®n original subtitulada.
Probablemente, Otto Preminger no volvi¨® a realizar una pel¨ªcula tan redonda como Laura. Su precisi¨®n al componer los pianos, al mover las c¨¢maras y al describir los decorados (siendo tan importante uno de ellos), ensambla un lenguaje que se ha dado en llamar tradicional pero que escasas veces ha tenido un resultado tan exacto.
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