TVE emite hoy una serie de humor a imitaci¨®n anglosajona

Emilio Arag¨®n, Milikito seg¨²n el nombre art¨ªstico que ha tenido dentro del clan de Los payasos de la tele, del que ahora est¨¢ separado, y Carlos Tena estrenan hoy sendos programas de media hora de duraci¨®n en la primera cadena: el espacio de humor Ni en vivo ni en directo y el musical La caja de los ritmos.Ni en vivo ni en directo tiene un presupuesto de 1.300.000 pesetas por cap¨ªtulo, y La caja de los ritmos "un mill¨®n y pico", seg¨²n dicen sus responsables. Presupuestos ficticios, porque no se imputan los costes de personal fijo, estudios, medios t¨¦cnicos, etc¨¦tera, prueba de que TVE ignora todav¨ªa el coste real de cada programa que produce. Los dos programas inaugurales son, por otra parte, de mediocre calidad.

"Soy Emilio Arag¨®n y usted no lo es", dice el payaso en la parodia de los telediarios que, a modo de flashes de informaciones absurdas, van salpicando el programa escrito e interpretado por ¨¦l mismo y que, de paso, le sirven de f¨¢cil pretexto para hilvanar una serie de gags faltos de estructuraci¨®n. Algunos son pueriles y de ganga, como la escenificaci¨®n del atraco que recuerda los montajes de ideas baratas a que nos tiene habituados El circo de los payasos, titulado ahora El loco mundo de los payasos.

Otros gags acusan todav¨ªa m¨¢s la depreciaci¨®n de talento, como el supuesto montaje de atracciones, a lo Eisenstein, en los que el aplauso de una ni?a su cede a una intervenci¨®n electoral de Adolfo Su¨¢rez, con im¨¢genes de archivo, en la que el pol¨ªtico no considera conveniente gobernar por el momento; el grito de "mi rollo es el rock", asociado, a otra intervenci¨®n electoral de Landelino Lavilla; al tercer pol¨ªtico, Santiago Carrillo, le sobreviene en un mitin ruidos de ca?er¨ªa intestinal quiz¨¢ a consecuencia de una mala degluci¨®n.

El m¨¢s logrado es la parodia de Jerry Lewis bailando en la calle, pero el realizador, Miquel Fortuny -el programa est¨¢ grabado en los estudios de TVE en Barcelona-, cumpli¨® muy mal con su oficio: pertenece a esa clase de realizadores que cultivan la est¨¦tica de la pereza, que enchufan la c¨¢mara y aguantan en un plano pobre lo que le echen.

Es posible que Milikito vaya adquiriendo tablas y que se le escape alguna que otra gracia, pero desde luego todav¨ªa est¨¢ lejos de lograr lo que se propone: imitar el humor anglosaj¨®n. Lo que Milikito ha aprendido muy pronto son algunas crapulosas costumbres de la casa. Sin que venga a cuento, introduce una parte seria: canta una obra de su cosecha, No puedo acostumbrarme, porque parece que quiere ir lanzando un elep¨¦ y TVE ayuda mucho a penetrar en el mercado.

El programa ha entusiasmado, de todas formas, a los m¨¢ximos responsables de la actual programaci¨®n de Televisi¨®n Espa?ola. M¨ªlikito se propone, seg¨²n dijo a la Prensa, "que la gente pase un rato divertido, sin m¨¢s, sin dobles intenciones ni mordacidad".

Carlos Tena, por su parte, se viste de hombre del siglo XXI para sacar de su videoteca mental los sonidos que crearon en los a?os ochenta grupos y conjuntos independientes de Espa?a. Act¨²an hoy La Mode, Espasm¨¦dicos y Garaje. El programa est¨¢, sin embargo, mal realizado, en playback y al estilo de los viejos c¨®digos. De colof¨®n, un v¨ªdeo musical de importaci¨®n. Cierran con esta m¨²sica espuria porque, dicen los autores del programa, "queda bonito".