Muere Dolores del R¨ªo, la actriz mexicana que enamor¨® a Hollywood
La actriz mexicana Dolores As¨²nsolo L¨®pez Negrete falleci¨® ayer a los 78 a?os en Los ?ngeles, tras una larga enfermedad. Su nombre art¨ªstico procede del apellido de su primer marido, el escritor Jaime Mart¨ªnez del R¨ªo, que muri¨® en 1928. Realiz¨® casi 450 pel¨ªculas, una docena de programas de televisi¨®n y cerca de 10 montajes teatrales. Su gran pel¨ªcula frustrada fue Estambul que deb¨ªa protagonizar dirigida por Orson Welles. Trabaj¨® en el cine mexicano, espa?ol y norteamericano. Hollywood busc¨® en ella desde la nota ex¨®tica a una madre mestiza de Elvis. Tuvo dos maridos norteamericanos, pero su gran enamorado fue Edwin Carewe.
El rostro de Dolores del R¨ªo inspir¨® a pintores como Diego Rivera, Covarrubias y Orozco, pero el Hollywood de sus primeros tiempos no busc¨® en ella la belleza mexicana sino que, depiladas las cejas y empeque?ecidos los labios, hizo de francesa (El precio de la gloria), de rusa tolstoiana (Resurrecci¨®n) o de rusa a secas (La bailarina de la ¨®pera).Debut¨® en 1925 con La mu?equita millonaria que dirig¨ªa Edwin Carewe, con quien rod¨® siete pel¨ªculas, algunas bajo contrato personal, y Ramona entre ellas.
La llegada del sonoro no habr¨ªa sido un problema si los grandes estudios hubieran ca¨ªdo en la cuenta, de buenas a primeras, de que la nueva t¨¦cnica serv¨ªa para algo m¨¢s que para rodar variedades musicales. A Dolores del R¨ªo le toc¨® cantar en Evangelina y las cr¨®nicas no dejan muy bien parada tal experiencia canora.
Tras soliviantar el gallinero con un supuesto desnudo en Ave del para¨ªso, la RKO la puso al frente de Volando hacia R¨ªo de Janeiro con la mala pata de que dos cedidos de la Warner, Fred Astaire y Ginger Rogers le pisaron ostentosamente el protagonismo.
Dolores del R¨ªo se cobij¨® en la Warner, pero no aprovech¨® la colaboraci¨®n con el director de musicales Busby Berkeley. En 1941 se le presenta la oportunidad de rodar Estambul de Orson Welles. Pero este ni?o prodigio e incordiante, a mitad de rodaje, se qued¨® sin pel¨ªcula -que termin¨® Norman Foster y ¨¦ste prescindi¨® del personaje de la actriz. Dolores del R¨ªo declar¨® en una ocasi¨®n que "aprend¨ª mucho de We?les. Modific¨® mi sistema de valores. Juntos hicimos muchas cosas por los refugiados espa?oles".
Marginada por las productoras norteamericanas, la actriz regres¨® a M¨¦xico en 1942. Esta nueva etapa tiene otro nombre propio: Emilio Fern¨¢ndez, con quien rodar¨¢ seis filmes (La malquerida, Maria Candelaria, La otra...). En 1958, Ismael Rodr¨ªguez re¨²ne a Dolores del R¨ªo y Mar¨ªa F¨¦lix en La cucaracha. A?os m¨¢s tarde, Carlos Fuentes, en su obra teatral Orqu¨ªdeas a la luz de la luna, juntar¨ªa sus dos fantasmas. El exiliado espa?ol Carlos Velo la llam¨® para Torero. En 1960, Don Siegel le da el papel de mam¨¢ de Elvis Presley en Estrella de fuego, en la que el cantante era medio mexicano.
De nuevo ser¨¢ mam¨¢, esta vez de Sof¨ªa Loren, en Siempre hay una mujer e india con El gran combate de John Ford. Ya en M¨¦xico volver¨¢, matizadamente, a sus papeles maternales (las damas de un burdel adaptan a un ni?o) en Casa de mujeres.
Seg¨²n Las estrellas, Dolores del R¨ªo fue pionera en el ba?ador de dos piezas y tambi¨¦n fue la primera que se pint¨® los labios sin buscar la forma besucona de coraz¨®n. A ella, que estuvo en el festival de San Sebasti¨¢n, se le puede desear lo que la Dolores de Carlos Fuentes desea: "Que corran para siempre nuestra pel¨ªculas, sin interrupci¨®n, (...) que hasta la Muerte se quede dudosa si la representas como muerta o si la padeces como viva".
Babelia
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