Los SS-20, tema clave del nuevo di¨¢logo entre la URSS y Jap¨®n
Ayer se reanud¨® en Tokio la tercera ronda de conversaciones sovi¨¦tico-japonesas que se iniciaron hace ya tres a?os. Uno de los principales temas de esta nueva tanda de discusiones ser¨¢ el de los mis?lis sovi¨¦ticos SS-20 instalados por la URSS en Extremo Oriente y que inquietan a Jap¨®n. Los vicerninistros de Asuntos Exteriores de ambos pa¨ªses -Mijail Kapitsa y Masuo Takashima- retoman este di¨¢logo precisamente en uno de los peores momentos de las relaciones entre ambos pa¨ªses.Desde que, hace 27 a?os, Tokio y Mosc¨² volvieran a intercambiar embajadores, las relaciones entre ambos pa¨ªses no hab¨ªan alcanzado un nivel tan agrio como el de las ¨²ltimas semanas. Hace s¨®lo 10 d¨ªas, el ministro de Asuntos Exteriores sovi¨¦tico, Andrei Gromiko, acus¨® a Jap¨®n de almacenar armas nucleares norteamericanas en la isla de Okinawa, que hace 11 a?os recuper¨® la soberan¨ªa japonesa.
Esta acusaci¨®n de Gromiko dio lugar a una dura r¨¦plica de? primer ministro nip¨®n, Yasuhiro Nakasone, y el embajador japon¨¦s en Mosc¨² lleg¨® hasta el propio jefe del Gobierno sovi¨¦tico, Nikolai Tijonov, para exponer su protesta.
Los japoneses insisten en que ellos siguen manteniendo vigente su pol¨ªtica contra la fabricaci¨®n o el almacenamiento dentro de su territorio de armamentos nucleares, mientras los sovi¨¦ticos han llegado a calificar de "c¨ªnica" esta aseveraci¨®n de Tokio.
Seg¨²n expertos occidentales, la URSS cuenta en la parte asi¨¢tica de Siberia con m¨¢s de cien cohetes nucleares SS-20 de alcance medio. Estas armas servir¨ªan -seg¨²n Gromiko- como contrapeso al arsenal norteamericano depositado en Corea del Sur, Jap¨®n y la isla de Diego Garc¨ªa. Jap¨®n teme que un acuerdo sobre euromisiles pueda permitir a la URSS incrementar su arsenal en Extremo Oriente.
Dada la situaci¨®n, no se cree que las conversaciones que hoy se reanudan en Tokio sirvan para llegar a un acuerdo sobre la m¨¢s se?alada diferencia miantenida entre ambos pa¨ªses: la soberan¨ªa sobre cuatro islas del archipi¨¦lago de las Kuriles, que fueron tomadas por los sovi¨¦ticos a finales de la segunda guerra mundial.
Durante los ¨²ltimos meses, la Prensa sovi¨¦tica ha venido criticando duramente al Gobierno japon¨¦s, especialmente desde que el primer ministro, Yasuhiro Nakasone, visitara Washington el pasado mes de enero. Por aquellas fechas, la agencia oficial Tass lleg¨® a afirmar que la respuesta sovi¨¦tica a un ataque nuclear que partiera de Jap¨®n superar¨ªa los efectos de los bombardeos at¨®micos realizados por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Ya durante el pasado oto?o los sovi¨¦ticos reaccionaron con gran dureza al anuncio hecho por Jap¨®n de que permitir¨ªa, a partir de 1985, el estacionaniento de c¨ªncuenta nuevos bombarderos F-16 en su base de Masawa. Mosc¨² se sinti¨® agredido ante este anuncio.
Todos estos debates diplom¨¢ticos no han impedido, sin embargo, la provechosa relaci¨®n comercial sovi¨¦tico-japonesa. Jap¨®n es el tercer proveedor de la URSS en el mundo capitalista, superado s¨®lo por la Rep¨²blica Federal de Alemania y Finlandia.
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