Washington apoya los esfuerzos argelino para lograr la distensi¨®n en el Magreb

Estados Unidos se felicita por la "sensible mejor¨ªa" de sus relaciones pol¨ªticas con Argelia, apoya los esfuerzos del presidente Chadl! Benyedid para afirmar el Gran Magreb ¨¢rabe y es partidario de una soluci¨®n pac¨ªfica del conflicto del S¨¢hara occidental. Este es el sentido de una declaraci¨®n efectuada en Argel por el subsecretario del Departamento de Estado norteamericano, Lawrence Eagleburger, tras haber mantenido una serie de conversaciones con los dirigentes de este pa¨ªs.

Eagleburger prosigue actualmente sus conversaciones en T¨²nez, en el marco de una n¨²si¨®n informativa encaminada a apoyar pol¨ªticamente la reconciliaci¨®n magreb¨ª, con el objetivo de preparar una pr¨®xima visita a Argel del secretario de Estado, George Shultz. La comprensi¨®n mutua sobre algunos problemas internacionales a que se refiri¨® el alto funcionario norteamericano significar¨ªa que Estados Unidos reorienta su pol¨ªtica en el norte de ?frica, tomando como base la esperada normalizaci¨®n argelino-marroqu¨ª.A pesar de que el buen clima actual de las relaciones entre Argel y Washington no se ha reflejado en un cambio significativo de la posici¨®n norteamericana a prop¨®sito del conflicto del Sahara occidental, es evidente que la soluci¨®n negociada de este problema con la participaci¨®n del Frente Polisario ha dejado de ser considerada como un elemento desestabilizador de la estrategia de EE UU en la zona.

Tras haber echado el mayor peso de sus relaciones en el platillo marroqu¨ª y tunecino, la Administraci¨®n norteamericana juegaahora la carta del equilibrio y entiende que el papel que lleva a cabo el presidente Chadli en el tema del Gran Magreb ¨¢rabe es merecedor de un apoyo pol¨ªtico. "Estados Unidos desea ayudar en una medida apropiada a la so luci¨®n pac¨ªfica del problema del Sahara", ha recordado significa tivamente Eagleburger.

A pesar de la lentitud aparent con que van coloc¨¢ndose en su sitio las piezas del rompezabezas magreb¨ª, el inter¨¦s que muestra Estados Unidos se ve condicionado por el deseo de evitar que Marruecos aparezca como una de las partes que est¨¢ obligada a conceder m¨¢s y Argelia como el motor del proceso. Pero es evidente, a la luz de lo declarado por Eagleburger, el apoyo firme de Washington a un Magreb en el que se diluir¨ªan los ¨¢nimos exaltados de Tr¨ªpol¨ª en funci¨®n de la "complementaridad de esfuerzos".

Esto no supone, y as¨ª lo ha expresado el alto funcionario del Departamento de Estado, que entre Argelia y Estados Unidos hayan desaparecido los desacuerdos bastante proftindos sobre los problemas propios del Magreb, sin hablar de los de Oriente Pr¨®ximo. Entre esos puntos puede citarse la posici¨®n de Argel contraria a los consensos de car¨¢cter estrat¨¦gico en la zona, el papel que debe jugar la Rep¨²blica Saharaui en la fachada atl¨¢ntica y la neutralizaci¨®n del Mediterr¨¢neo, que implicar¨ªa la salida de la flota estadounidense, lo que es totalmente inaceptable para los norteamericanos. Mientras tanto, para Estados Unidos resulta cada vez m¨¢s interesante seguir los pasos de la reconciliaci¨®n argelino-marroqu¨ª, por todo lo que podr¨ªa aportar ¨¦sta al despeje de la inc¨®gnita saharaui.