Al comenzar la campa?a

Desde las doce de la noche ha quedado abierta la campa?a electoral. Los pegadores de carteles encontrar¨¢n a¨²n huellas de los ¨²ltimos que colocaron, hace tan s¨®lo seis meses, pidiendo votos para el partido que pagaba la propaganda en cada caso. El 28 de octubre pasado, Espa?a eligi¨® un Parlamento, del que sali¨® un Gobierno. Ahora escoge unos concejales, de los que saldr¨¢n alcaldes para todos los ayuntamientos y, por derivaci¨®n, presidentes de diputaciones provinciales. Y, adem¨¢s, elige parlamentos aut¨®nomos en la mayor¨ªa de regiones.Despu¨¦s de darse a s¨ª mismo unas c¨¢maras legislativas y un Gobierno central, el pueblo va a las urnas para escoger el poder local, sometido al otro en todo lo que no resultare aut¨®nomo, pero m¨¢s cercano a la poblaci¨®n y a sus intereses inmediatos. La pregunta que surge primero es si ambos poderes estar¨¢n de acuerdo ideol¨®gicamente en la mayor¨ªa de regiones y de grandes ciudades; es decir, si la posici¨®n hegem¨®nica del PSOE, incontestable en los ¨²ltimos comicios, se repetir¨¢ en esta ocasi¨®n para las otras ¨¢reas de poder del Estado.

Todo hace pensar que as¨ª puede ser. El normal desgaste de un partido en el Gobierno no parece haberse producido, al menos de modo evidente. ( ... )

Pero la oposici¨®n de todas clases se juega tambi¨¦n mucho en esta nota de ex¨¢menes parciales, comenzando por la coalici¨®n de Fraga, a la que persigue, como un maleficio -y desde el d¨ªa siguiente de que asombrara a todos ganando 106 diputados-, la especie de que no podr¨¢ sobrepasar nunca su techo de votos, y ser, en consecuencia, verdadera alternativa de gobierno. ( ... )

16 de abril