Un d¨ªa en la vida londinense de Ruiz-Mateos
![Soledad Gallego-D¨ªaz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F59d0121e-34c2-42ae-9720-96991394acc9.png?auth=9618d8510e6d38fb4af0fc3320ebbd584c15c5aa49a79f467985675046e6d666&width=100&height=100&smart=true)
Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos tiene en la mesilla de su cama, en Londres, las memorias del multimillonario Paul Getty y una casete con una canci¨®n de Bert¨ªn Osborne titulada Abr¨¢zame. El fundador de Rumasa vive en un bonito apartamento d¨²plex, en el barrio de Chelsea, uno de los m¨¢s elegantes de la capital brit¨¢nica; da frecuentes paseos por los parques de la ciudad, acompa?ado por su guardaespaldas, un ingl¨¦s de 1,90 metros de estatura que habla perfectamente espa?ol, y pasa la mayor parte de su tiempo discutiendo con sus asesores o llamando por tel¨¦fono. Ruiz-Mateos cree que ha tardado demasiado tiempo en "salir a la superficie", pero est¨¢ satisfecho del impacto que han tenido sus declaraciones a la Prensa espa?ola. Pese a la querella por injurias que han interpuesto Mariano Rubio y Jos¨¦ Ram¨®n ?lvarez Rendueles, el empresario no s¨®lo no rectifica su afirmaci¨®n de que fue "amenazado de muerte" sino que la reitera. Sin embargo, en la conversaci¨®n que mantuvo ayer con EL PA?S se?al¨® que la amenaza consisti¨® en un te acordar¨¢s, que ¨¦l interpret¨® como un aviso.
La tensi¨®n nerviosa de las ¨²ltimas 48 horas, en las que Ruiz-Mateos concedi¨® m¨¢s de quince entrevistas, ha dejado paso ahora a un mayor relax, pero aun as¨ª el empresario se mantiene en un cierto grado de excitaci¨®n y en permanente movimiento f¨ªsico. Ruiz-Mateos acept¨® mostrar a esta corresponsal su apartamento londinense, una peque?a casa de dos pisos (sal¨®n con cocina incorporada, comedor y dos dormitorios en el piso superior), muy bien decorada, por la que debe pagar, seg¨²n las tarifas habituales en esa zona de Londres, entre 300.000 o 400.000 pesetas mensuales. Hablar con ¨¦l sobre sus proyectos y su vida en Londres resulta dif¨ªcil, porque deriva enseguida hacia la expropiaci¨®n de su empresa. "Creer¨¢ usted que estoy obsesionado, pero digo yo que no es para menos".Ruiz-Mateos se Indigna" ante la noticia de la querella presentada por Rubio y Alvarez Renduelles. "Le voy a contar c¨®mo fue una de las veces. Me ofrecieron la compra de las acciones de la Banca L¨®pez Quesada y me pareci¨® oportuno consultar antes al Banco de Espa?a. Yo he sido siempre respetuoso, considerado con las autoridades, porque acepto que una persona con un cargo p¨²blico tiene una gran responsabilidad. Pero yo tambi¨¦n tengo la m¨ªa. Cuando fui a entrar en su despacho, dej¨® fuera de forma desconsiderada al director de la divisi¨®n bancaria, Joaqu¨ªn L¨®pez Ayuso. Se ve que no quer¨ªan testigos. Con los ojos ensangrentados, ese se?or (Mariano Rubio), completamente descompuesto, me lanz¨® una serie de insultos e improperios. 'Te acordar¨¢s', me grit¨®. Yo le contest¨¦, poco m¨¢s o menos, que si qu¨¦r¨ªa liquidarme que cogiera una pistola o que me crucificara. Me levant¨¦ y sal¨ª dando un portazo".
Pregunta. ?Usted considera eso una amenaza de muerte? Recuerdo que hace escasamente dos d¨ªas usted ha dicho, refiri¨¦ndose al ministro de Econom¨ªa, que "lo pagar¨¢".
Respuesta. Pero yo me refiero a que lo pagar¨¢ econ¨®micamente, a que va a perder muchos millones de pesetas. En el caso que le cuento era una amenaza.
P. ?No quiere usted rectificar ahora esa afirmaci¨®n?
R. No, me ratifico en ella. Me amenazaron, y hay un testigo que se llama L¨®pez Ayuso.
P. Acaba usted de decir que no entr¨® en el despacho.
R. No, pero a la salida vio mi grado de indignaci¨®n y se lo cont¨¦ todo. Se qued¨® estupefacto. Lo que ya no s¨¦ es si ahora estar¨¢ dispuesto a corroborar lo que digo.
Ruiz-Mateos est¨¢ enfadado: "Me despojan de todo y encima quieren que me calle, que no me exceda. Pues no, vamos a ir todos juntos de la manita, a ver qu¨¦ pasa". El empresario se deshace en alabazas para su equipo de colaboradores en Rumasa, pero se queja veladamente de que los nuevos administradores le est¨¦n quitando la lealtad de sus empleados. "Han ido apart¨¢ndoles, ofreci¨¦ndoles futuro si colaboran, si se olvidan, si no tienen comunicaci¨®n conmigo. Les ofrecen cosas que despu¨¦s no han cumplido, y cuando quedan algunas columnas fuertes, utilizan t¨¦cnicas policiales. Si no es por las buenas, ser¨¢ por las malas, parecen decir". Aun as¨ª, Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos asume el papel heroico del capit¨¢n que se hunde con el barco despu¨¦s de que toda la tripulaci¨®n lo ha abandonado sana y salva: "No hay ninguna irregularidad, pero, en el remoto supuesto de que la hubiera, asumo toda la responsabilidad y me quedo tan campante".
P. Algunas personas creen que es imposible que usted s¨®lo controlara tantas empresas, un imperio tan enorme, y que debe haber alguien m¨¢s detr¨¢s de Rumasa. ?Sab¨ªa usted lo que pasaba en cada empresa?
R. Por supuesto. Ten¨ªa un equipo fabuloso, el mejor, que hab¨ªamos formado nosotros y que ahora est¨¢ destruido. Pero no es usted la ¨²nica que me ha dicho eso. Supongo que la gente espera conocer un genio y que cuando me ven a m¨ª que soy corriente y vulgar desde un punto de vista intelectual, no creen que pudiera construir Rumasa.
P. Pero, por ejemplo, usted siempre habla de 18 bancos, y resulta que Rumasa ten¨ªa 20.R. Rumasa tiene 20 bancos, los 18 que todo el mundo sabe y dos en el extranjero, en Francfort y en Panam¨¢. Supongo que usted se refiere a la banca Masaveu y Exbank. Eso no tiene nada que ver. No eran de Rumasa. Son independientes. ?Acaso todos los bienes de una persona tienen que estar obligatoriamente en el mismo holding? Est¨¢n tan desesperados buscando cosas raras, que llegaron a expropiar Roca, que no era nuestra en absoluto, y luego tuvieron que devolverla.
Ruiz-Mateos se pasea manifiestamente inc¨®modo por el sal¨®n de su apartamento. No parece acostumbrado ni a sus dimensiones, reducidas por comparaci¨®n con su domicilio en Espa?a, ni al hecho de estar solo. Cuando le pido que entre en la cocina, corrige el nudo de la corbata, cierra bien la americana y se coloca directamente de espaldas al horno. "La verdad, no s¨¦ ni preparar una tortilla. Nunca he sabido. Me han tenido que explicar tres veces c¨®mo funciona la cafetera de filtro y todav¨ªa me armo un l¨ªo". No parece preocuparle lo m¨¢s m¨ªnimo su rotunda falta de habilidad culinaria. "Como, ceno y desayuno fuera. Cuando viene mi mujer (me ha visitado tres veces) o alguno de mis hijos (ya han venido cinco en dos tandas) me llenan el frigor¨ªfico de cosas, pero la verdad es que no las utilizo casi", afirma entre grandes carcajadas.
Lo que m¨¢s le inquieta es la falta de actividad. "Yo nunca he tenido aficiones distintas que mi trabajo. He ido apartando todo lo que no serv¨ªa para mi objetivo y no s¨¦ si es bueno o malo. En cualquier caso, si no lo hubiera hecho as¨ª, a lo mejor Rumasa no existir¨ªa". Ruiz-Mateos afirma que ser¨ªa un p¨¦simo jubilado y que le gusta estar "muy ocupado". "Aqu¨ª, en Londres, hay d¨ªas sin nada que hacer. ?sto no tiene nada que ver con mi vida. Estoy descolocado, en un estado amorfo. Me encantar¨ªa poder encauzar algo concreto, poder decir: ¨¦ste es el nuevo derrotero donde vas a centrar tu vida, y ponerme a ello, pero las situaciones de espera me ponen enfermo". Los fines de semana, los largos weekends ingleses, suele pasarlos con amigos espa?oles o brit¨¢nicos. "Tengo buenas relaciones aqu¨ª, porque el Reino Unido es un buen mercado para el vino espa?ol y hemos trabajado mucho". Ruiz-Mateos cuenta con una cierta envidia c¨®mo Eduardo Butler, uno de sus mejores amigos ingleses, acaba de comprar una cadena de grandes almacenes que estaba en suspensi¨®n de pagos. "Ha conseguido muy buenas condiciones", afirma casi relami¨¦ndose.
-?Aprovecha usted para leer?
-"Un amigo m¨ªo me envi¨® ese libelo que se llama Se?or Rumasa. No conozco al autor, nadie le conoce, no consigo acordarme del nombre, lo siento. Lo abr¨ª y vi que estaba lleno de cretinadas, que si Calvi, que si el Ambrosiano. Lo cerr¨¦ y lo regal¨¦, as¨ª que ahora no lo tengo. Para m¨ª no existe. Otro amigo me regal¨® las memorias de Paul Getty, ?sabe usted qui¨¦n es? Fue un hombre genial, extraordinario, que vivi¨® momentos de gran hundimiento".
Ruiz-Mateos no se atreve a hacer comparaciones -tiene a gala presentarse siempre como un humilde empresario que ha hecho lo que cualquiera pod¨ªa hacer-, pero se le nota el placer que saca a la lectura de Getty. "El libro se llama A mi manera. ?Eh? A mi manera. Tanta gente buena que hace as¨ª sus cosas, a su manera". Se r¨ªe mucho ante la pregunta de si le gustar¨ªa escribir sus memorias: "Yo no s¨¦ escribir. Claro que Getty tampoco deb¨ªa saber y contrat¨® a alguien para que pusiera en un papel lo que ¨¦l dec¨ªa. No, no. Yo no tengo nada extraordinario que contar". Lo piensa un poco m¨¢s y a?ade: "Adem¨¢s, tengo 52 a?os y me quedan, si Dios quiere, otros 20 a?os de actividad. Es pronto".
Junto al sof¨¢ -al lado del televisor, del contestador autom¨¢tico y de una radio que le permite escuchar emisoras espa?olas por la noche- tiene un magnet¨®fono con una casete de Bert¨ªn Osborne, el cantante jerezano. "Me lo han regalado, como la radio y el contestador. Ahora me han dicho que me van a regalar un tocadiscos". Ruiz-Mateos est¨¢ encantado con una canci¨®n que se titula Abr¨¢zame. "Tendr¨ªa usted que leer la letra y sacar sus conclusiones. Ni encarg¨¢ndole a Bert¨ªn que escribiera intencionadamente una canci¨®n para m¨ª, en este momento de mi vida, hubiera podido encontrar nada mejor". Su hija mayor, que trabaja en el pr¨ºt-¨¤-porter de Loewe, "con un sueldo modesto, para que no est¨¦ ociosa", fue entrevistada en la radio y pidi¨® que el programa finalizara con esta canci¨®n. "Me emocion¨¦, la verdad", afirma.
Como nunca hay mal que por bien no venga, Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos encuentra una virtud a suactual situaci¨®n: "S¨ª, lo comentaba hoy con mi mujer. Yo estaba preocupado con la idea de que mis hijos iban a ser ni?os de pap¨¢, rodeados de una sociedad de ni?os de pap¨¢. La preocupaci¨®n ha desaparecido ahora. Los profesores han hablado con mi mujer y le han dicho que los ni?os han cambiado mucho, que se han hecho m¨¢s responsables. Yo les llamo por tel¨¦fono y procuro que me escriban, pero reconozco que deb¨ªa escribirles m¨¢s porque no es lo mismo hablar que poner las cosas por escrito, tienen m¨¢s mensaje".Ruiz-Mateos se niega a comentar la posibilidad de que los jueces encuentren algo delictivo a su actuaci¨®n ni a desvelar sus planes en dicho caso. Londres le gusta mucho como ciudad, pero no descarta Am¨¦rica Latina: Buenos Aires, Santiago de Chile, M¨¦xico, Sao Paulo. "Londres tiene una personalidad especial y siempre me ha gustado todo lo ingl¨¦s. Yo visto casi como un ingl¨¦s", se se?ala el traje pr¨ªncipe de Gales, "los zapatos son siempre por el estilo y tambi¨¦n me gustan los coches". Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos intenta transmitir a todo el mundo esa seguridad en su retorno a Espa?a, pero quienes le conocen afirman que no aceptar¨¢ nunca ir a la c¨¢rcel, en el caso de que los jueces as¨ª lo decidieran. Esperar¨¢ en Londres a conocer la evoluci¨®n de la querella y si le resulta desfavorable se establecer¨¢ definitivamente en el extranjero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.