El ministro salvadore?o de Defensa no quiere soldados de EE UU
El nuevo ministro salvadore?o de Defensa, general Eugenio Vides, est¨¢ convencido de que su Ej¨¦rcito no necesita soldados norte¨¢mericanos para combatir a la guerrilla, pero s¨ª una ayuda militar m¨¢s decidida y una generosa cooperaci¨®n econ¨®mica para contrarrestar los da?os de la guerra. A diferencia de su antecesor, es poco amigo del triunfalismo: no cree que el Ej¨¦rcito est¨¦ perdiendo, pero tampoco ve un final r¨¢pido del conflicto.
Conocedor te¨®rico de la guerra revolucionaria, a la que ha dedicado muchas horas de lectura, carece sin embargo, de experiencia de mando de unidades de combate. Esto le coloca en situaci¨®n precaria ante oficiales que ya llevan peleando m¨¢s de dos a?os. Su liderazgo militar puede ser contestado al primer rev¨¦s serio.No es el militar indiscutido que hubieran querido los norteamericanos para esta fase cr¨ªtica de la guerra. Su vinculaci¨®n por matrimonio a una de las 14 familias que controlan la econom¨ªa salvadore?a le hace doblemente vulnerable.
A pesar de todo, era la ¨²nica pieza de recambio que ten¨ªan para sustituir al general Garc¨ªa sin desatar una lucha por el poder en los cuarteles.
Al general Vides le corresponder¨¢ definir el debate que desde hace meses ha suscitado entre los oficiales la conducci¨®n de la guerra. Dos cuestiones centran la discusi¨®n: el empleo de grandes contingentes de tropas para combatir a los rebeldes o la introducci¨®n de t¨¢cticas de guerrilla en el Ej¨¦rcito; la asignaci¨®n cada vez mayor de soldados a tareas de custodia o su dedicaci¨®n preferente a la guerra.
Sobre ambos temas, el ministro tiene criterios s¨®lidos. Opina que, en ocasiones, no se puede renunciar a las grandes operaciones que movilizan hasta 5.000 soldados, del tipo que se viene realizando actualmente en el volc¨¢n Guazapa, pero es m¨¢s partidario de los peque?os batallones, que deben tener la misma movilidad que las columnas guerrilleras.
Su funci¨®n ser¨ªa el patrullaje permanente de las zonas de conflicto, con el prop¨®sito de que la guerrilla no pueda tener una retaguardia segura, sino que est¨¦ sometida a un acoso permanente.
Instructores norteamericanos
Tres batallones de este tipo, de 300 soldados cada uno, han sido ya entrenados por instructores norteamericanos. La meta es llegar a finales de a?o con siete batallones, que se sumar¨¢n a las tres brigadas convencionales (unos 1.000 soldados cada una) ya preparadas con anterioridad. Una cuarta brigada y un batall¨®n de paracaidistas recibir¨¢n instrucci¨®n don la ayuda suplementaria pedida por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, al Congreso.El otro tema del debate est¨¢ vinculado estrechamente a ¨¦ste. El general Vides opina que el esfuerzo m¨¢s importante del Ej¨¦rcito debe destinarse a la guerra, pero no por eso se deben abandonar las misiones de protecci¨®n en las ciudades, carreteras, centrales el¨¦ctricas, f¨¢bricas y grandes unidades de producci¨®n agraria.
Cerca del 70% do los soldados disponibles se dedica a este tipo de tareas. S¨®lo un aumento del reclutamiento, hasta doblar en dos a?os sus efectivos, le ha permitido al Ej¨¦rcito custodiar gran n¨²mero de instalaciones civiles sin abandonar la lucha.
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