?Progreso o regresi¨®n?
Ha terminado el segundo, per¨ªodo de huelgas en nuestro sector. El sentimiento que nos embarga hoy es el de indignada repulsa y condena por la b¨¢rbara actuaci¨®n desarrollada por piquetes y grupos de acci¨®n. Nuestra repulsa y condena se refiere no s¨®lo a la violencia fisica que se ha ejercido por dichos piquetes y grupos sobre personas y cosas, sino tambi¨¦n, y con mayor acento si ello es posible, por lo que dicha violencia comporta de atentado a los m¨¢s elementales derechos de la persona, y concretamente al derecho fundamental al trabajo que nuestra Constituci¨®n consagra. Escapa fuera del alcance de toda raz¨®n que organizaciones y personas que se proclaman democr¨¢ticas atenten, en la mayor¨ªa de las ocasiones en la m¨¢s absoluta impunidad, contra la ra¨ªz misma de las normas y reglas dejuego que son esencia y fundamento de una sociedad democr¨¢tica y libre. Nuestra indig.naci¨®n sube de grado cuando comprobamos que, a manera de torpe excusa y de maniobra para enga?ar a la opini¨®n.p¨²blica, se atribuye la violencia que denunciamos a una reacci¨®n ante los que llaman pistoleros de la patronal, refiri¨¦ndose a unos legales y obligados servicios de seguridad, de ejemplar y sacrificada ejecutoria en su labor de defensa y custodia de personas y bienes. Dicha opini¨®n p¨²blica y los propios empleados de nuestro sector que han hecho denodados esfuerzos, altamente encomiables, para acudir al trabajo superando la actuaci¨®n de los piquetes son testigos del intachable comportamiento de la AEB y de los bancos en ella integrados, que han contribuido en buena medida a la transici¨®n pac¨ªfica del anterior sistema pol¨ªtico a la actual democracia.Miremos ahora hacia el futuro. Desde hace a?os esta asociaci¨®n viene poniendo de manifiegto, en cuantas instancias le ha sido posibleja imperiosa necesidad que para las empresas de banca supone una mejor utilizaci¨®n de sus recursos humanos, as¨ª como, y por el contrario, el que, de no poder mejorar dicha utilizaci¨®n, estas empresas se encontrar¨ªan en graves dificultades para asegurar su subsistencia, eficacia y competitividad. Si esto no es as¨ª, no s¨®lo los bancos no ayudar¨¢n a generar puestos de trabajo -en otros sectores, sino que se pondr¨¢n en peligro los del propio sector. bancario.
Las movilidades
Es evidente que esta mejor utilizaci¨®n de sus recursos humanos comporta para las empresas, en expresi¨®n sintetizada: movilidad funcional, geogr¨¢fica y horarios econ¨®micamente racionales.La movilidadfuncional, que supone mayor variedad en las funciones a desempe?ar por el empleado, ampliando relativamente los estrechos l¨ªmites que definen las actuales categor¨ªas laborales, absolutamente desajustadas de la realidad que viene impuesta por la nueva estructura -de las oficinas operativas.de los bancos y por el exigido nivel de mecanizaci¨®n de los procesos. Pretender mantener las actuales funciones de cada categor¨ªa es provocar una mala asignaci¨®n de estos recursos, lo cual repercute en los costes de transformaci¨®n convirti¨¦ndolos en insoportables para un funcionamiento eficaz de las empresas.
La movilidad geogr¨¢fica de los recursos humanos comporta algo tan consustancial para las empresas como es el poder adecuar los empleados a las necesidades operativas all¨ª donde -las circunstancias lo demandan, al menos dentro de ciertos- l¨ªmites espaciales y siempre con garant¨ªas e incentivos muy concretos que los bancos est¨¢n dispuestos a asegurar para evitar cualquier -discriminaci¨®n discrecional. Todo ello flexibilizando las excesivas limitaciones actuales, que suponen una rigidez excesivamente alejada de las necesidades objetivas de las empresas.El actual horario de servicio, cuya estructura, ¨²nica en el mundo, supone dificultades casi Insalvables para las relaciones intemacionales, p¨¦rdida de cuota del mercado exterior y un p¨¦simo servicio al p¨²blico al que nuestras empresas se deben, necesita adecuarse a la ineludible internacionalizaci¨®n del sistema bancario. Realmente resulta injustificable la pretensi¨®n de mantener el actual horario de servicio en la banca espa?ola. Tan injustificable que los sindicatos que lo defienden en t¨¦rminos de haber hecho imposible cualquier modificaci¨®n desde que fue establecido, en la d¨¦cada de los sesenta, no han encontrado nunca para ello un solo argumento racional, ya que no puede ser entendido como tal el ¨²nico empleado de que este horario significa una conquista, de los trabajadores".Esto podr¨¢ ser una explicaci¨®n hist¨®ri9a, pero nunca un argumento.l¨¦gico defendible. Las llamadas "conquistas sociales" no pueden obstruir la evoluci¨®n racional de las instituciones, y su mantenimiento a ultranza acaba por producir efectos contrarios y da?osos para los propios empleados, cuya defensa aparentemente se pretende, que, en otras cosas, se ven privados de gozar del ocio durante todos los s¨¢bados del a?o, libertad que conseguir¨ªan con la distribuci¨®n de horarios que proponemos.
En s¨ªntesis, los planteamientos que nuestra asociaci¨®n presenta significan no s¨®lo una posici¨®n progresista, sino, y a muy corto plazo, la ¨²nica capaz de asegurar el mantenimiento del empleo en el sector. Por el contrario, las posiciones sindicales son objetivamente regresivas y operar¨¢n, cada vez m¨¢s, en contra de los intereses reales de los trabajadores y del pa¨ªs entero La tan proclamada solidaridad con los parados presentes y con los que lamentablemente pueden llegar a esa situaci¨®n a causa de tanta rigidez como pesa sobre las empresas requiere posturas coherentes con el dinamismo de la econom¨ªa-.
Queremos significar que es ¨¦sta -una realidad que opera al margen de ideolog¨ªas y en raz¨®n de la cual no s¨®lo m¨²ltiples organismos t¨¦cnicos internacionales sino incluso el propio presidente del actual Gobierno de la naci¨®n han postulado modificaciones como las antes expuestas como imperativos m¨ªnimos de cara al futuro.
El desarrollo de las diversas sesiones de negociaci¨®n sostenidas hasta la fecha y distintas manifestaciones de las centrales sindicales nos inclinan a pensar que quiz¨¢ no sea factible obtener en el,actual proceso acuerdos que abarquen las tres aspiraciones mencionadas.
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