Soft Cell, entre la morosidad y el tedio

Entre la morosidad y el tedio se desarroll¨® la velada dedicada al tecnoplast y lo moderno. Abri¨® Glamour. Grupo valenciano de una competencia m¨¢s bien chiquitita. El cantante, muy en la onda de lo que ¨²ltimamente se lleva, cantaba muy poquito. La bater¨ªa la entreten¨ªa un se?or tan mim¨¦tico de una caja de ritmos que hubiera sido perfectamente reemplazable por dicho artilugio. En plan lujo, ofrecieron un tema, afirmando con gran convicci¨®n que era de Brian Eno. Lo mismo pod¨ªa haber sido de la Banda del Empastre.Azul y Negro es ese d¨²o que le pone un ritmo machaca a todas las vueltas ciclistas. Tal vez ellos se est¨¦n volviendo locos, pero el respetable puede quedarse tonto. Hacen un ruido fe¨ªsimo.

Soft Cell ven¨ªan acompa?ados de un cuarteto de voces y un saxo bastante bueno. Dave Ball, en funciones de hombre orquesta, se las apa?aba con los sintetizadores y la guitarra el¨¦ctrica. Adem¨¢s, ten¨ªa la misi¨®n de encender el bot¨®n de los chunchunes. Dejando a un lado man¨ªas de principio, no se comprende por qu¨¦ creer¨¢ esta gente que traerse grabados de casa unos ritmos sin imaginaci¨®n puede quedar bonito o al menos moderno. Este ahorro de energ¨ªas humanas, cuando no responde a nada, es tan s¨®lo vaguer¨ªa y taca?er¨ªa.

Mark Almond es un excelente vocalista de gestualidades convulsas. Su visi¨®n del drama esc¨¦nico corre muy, muy pareja de la de nuestras folkl¨®ricas. ?l y su amigo Ball podr¨ªan hacer muy buenos conciertos si se decidieran a contratar a otros buenos m¨²sicos para acompa?arles.

Sociol¨®gicamente, es interesante destacar que los modernos signos de gratitud hacia lo que gusta han sustituido las tradicionales palmas por dos se?ales espec¨ªficas: el pitido profundo y el chillido preverbial.

En el escenario hab¨ªa un g¨ªgantesco mural con los cr¨¢neos de unos halop¨¦dicos con susto. Otro dato.