Hu Yaobang acelera en Belgrado el acercamiento de China a los pa¨ªses del este europeo
La visita de Hu Yaobang, secretario general del Partido Comunista chino, a la Yugoslavia no alineada, procedente de Bucarest, forma parte de un plan a tres niveles para el relanzamiento diplom¨¢tico e ideol¨®gico chino hacia los pa¨ªses socialistas europeos, a excepci¨®n, por ahora, de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Hu encabeza la delegaci¨®n de mayor rango, que s¨®lo visitar¨¢ Rumania y Yugoslavia. El primero de estos dos pa¨ªses balc¨¢nicos, por haberse resistido a condenar totalmente a Pek¨ªn hasta en los tiempos duros de Nikita Jruschov, no obstante su delicada situaci¨®n de miembro del Pacto de Varsovia. En cuanto al segundo, Belgrado fue meta preferencial de la pol¨ªtica china en los Balcanes desde la muerte de Mao Zedong y la ruptura del idilio albano-chino.Otra delegaci¨®n de nivel m¨¢s discreto, presidida por Qian Qichen, viceministro chino de Exteriores, recorrer¨¢ la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), Polonia y Hungr¨ªa. El tercer nivel queda reservado para los aliados m¨¢s incondicionales de Mosc¨² en Europa, Bulgaria y Checoslovaquia, que ser¨¢n visitados por Ma Jusheng, director de la Oficina del Este Europeo.
El pasado martes, Hu Yaobang era recibido con m¨¢ximos honores, pero sobriamente, por sus anfitriones yugoslavos. Lejos queda aquel agosto de 1978, cuando, todav¨ªa en vida de Tito, Hua Guofeng era recibido en las calles de Belgrado por miles de danzarinas, mientras la plana mayor de la ¨®pera de Belgrado ensayaba en chino la Oda a Hua. Desde la muerte de Tito, el protocolo yugoslavo se ha vuelto m¨¢s austero por motivos econ¨®micos, y el precio del regalo que Hu Yaobang recibir¨¢ en Yugoslavia no podr¨¢ exceder de las 30.000 pesetas.
Esta visita quedar¨ªa justificada aunque no produjera m¨¢s que el brindis que Hu pronunci¨® en la cena del martes, rehabilitando al marxismo yugoslavo, haciendo un leve mea culpa y condenando discretamente a Stalin, al elogiar la lucha del titismo contra los dogmas r¨ªgidos. S¨®lo hubo un asomo de ataque inevitable contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica cuando Hu conden¨® por igual al "imperialismo, colonialismo y el hegemonismo", entendiendo por esto ¨²ltimo la pol¨ªtica internacional sovi¨¦tica.
Hay signos de que Pek¨ªn quiere levantar los anatemas de revisionismo que en su d¨ªa coloc¨® Mao Zedong sobre los pa¨ªses del Este y reinsertarse en un movimiento comunista internacional de nuevo derrotero, aunque sin rupturas. Ya el pasado 22 de abril, los miembros de la delegaci¨®n h¨²ngara que asistieron a un banquete cerca de Pek¨ªn fueron tratados de camaradas magiares. Probablemente, Mosc¨² y Vietnam seguir¨¢n bastante tiempo sin acceder a esas deferencias. Hu Yaobang declaraba hace poco a la prensa yugoslava que, de seguir las cosas as¨ª en Indochina, no se excluye un enfrentamiento directo chino-sovi¨¦tico.
Tras los bruscos insultos del l¨ªder alban¨¦s Enver Hoxha contra su entonces aliada China hace cinco a?os, las relaciones entre el David europeo y el Goliat asi¨¢tico quedaron congeladas y pendientes de realizaci¨®n tres decenas de proyectos industriales gigantescos en Albania. Ahora, Pek¨ªn vuelve a interesarse en Albania, pa¨ªs con el que los yugoslavos tienen serios recelos hist¨®ricos por el apoyo que Hoxha da a los nacionalistas albaneses de Serbia y Macedonia. Belgrado ver¨ªa con mejores ojos un reacercamiento de Tirana a Pek¨ªn que cualquier alineamiento de Albania con Occidente o un retorno al Pacto de Varsovia.
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