Una noche generosa

?Qu¨¦ bien! Una noche feliz. El pop hispano impuso su ley con Radio Futura y la Orquesta Mondrag¨®n. Una velada llena de buenas vibraciones.Radio Futura ha emprendido una nueva etapa, dejando atr¨¢s las complacencias adolescentes de sus inicios. Lo suyo, ahora, es el pop duro. Una constante de la m¨²sica de los ¨²ltimos veinte a?os que va desde los Pretty Things y los valencianos Huracanes hasta Echo & The Bunnymens, pasando por lggy Pop. Las nuevas canciones de Radio Futura poseen, sin duda, las letras m¨¢s potentes que se han podido escuchar desde hace mucho tiempo. Temas como Un africano en la Gran V¨ªa, Estatua del Jard¨ªn Bot¨¢nico, Celos, Estoy metido en un oscuro affaire o Rompeolas son muestras de una madurez po¨¦tica sorprendente.

Su m¨²sica, bastante ¨¢cida, es de una ejecuci¨®n perfecta y creativa. La voz de Santiago Auser¨®n ha crecido lo suficiente como para permitirle entregarse a fondo. Y esa entrega se materializ¨® el jueves por la noche en la que Radio Futura se enfrent¨® al gran p¨²blico. La aceptaci¨®n fue la que merece este grupo valiente y honesto.

Es imprescindible adivinar si vender¨¢n pocos o muchos discos. Pero hacen la m¨²sica pop m¨¢s original que se ha o¨ªdo en mucho tiempo. Versiones de excepci¨®n fueron las de dos canciones de excepci¨®n, Los bailes de Marte, de Marc Bolan, y La vida secreta de Arabia, de D. Bowie. Acabaron con un temazo, La ley, tan fuerte que helaba la sangre.

Mucho Mondrag¨®n

La Orquesta Mondrag¨®n dio un espect¨¢culo repleto de goller¨ªas. Una troupe de mongoles celebrando la revoluci¨®n rusa. Una se?ora may¨²scula. Diversos gags de Popocho. Un mural de m¨¢scaras de Maruja Mayo. Y la propia pintora, en persona, saludando a un p¨²blico gratarnente sorprendido.Otras sorpresas fueron la colaboraci¨®n del magn¨ªfico saxo jaz¨ªstico de Jorge Pardo y una figura a la guitarra que era ni m¨¢s ni menos que el mismo Ray G¨®mez. Virtuoso guitarrista que ha trabajado con gente como Stanley Clark, Miguel R¨ªos o Ray Barreto.

Con una banda de excelentes profesionales, compuesta por una secci¨®n de viento, dos bater¨ªas, dos guitarras, coros y teclados, la Mondrag¨®n present¨® su nuevo trabajo Cumplea?os feliz y record¨® algunos de sus viejos ¨¦xitos. Para abrir boca empezaron con un Back in the USA. Un rock a todo trapo que desat¨® un ambiente festivo propio para el baile. Y all¨ª bailaron hasta los chicos de la Cruz Roja.

'Hombre mosca' en el escenario

A ritmo de rock-cassaschok interpretaron S¨®lo era una fiesta. A los se?ores bajitos y a las se?oras de vida alegre les fueron dedicadas El hombre peque?o y Lola, Lola. Hubo momentos de acrobacia protagonizados por un hombre mosca que revoloteaba por el escenario suspendido de una cuerda, la mosca.En el terreno puramente mus¨ªcal hicieron buen rock con un poquito de soul. Pero la renuncia a innovar introduce siempre algo de distancia, aunque la Orquesta Mondrag¨®n sabe sacar a su repertorio de g¨¦nero el m¨¢ximo partido. Son muy buenos. Se entregan y divierten.

La voz de Gurruchaga, que ha moderado bastante su sentido del humor, un tanto empalagoso, es cada vez m¨¢s portentosa. La mejor. Rindi¨® un homenaje a Lindsay Kemp. Travestido y vestidita de blanco en plan duquesa de Chinch¨®n con un lacayo egipcio, acab¨® sacando sangre por la boca.

Una noche generosa. ?Al fin!