M¨¢s veloc¨ªpedo que bicicleta

He venido observando que aquellas personas que escriben cartas a su peri¨®dico y no le son publicadas utilizan la protesta como medio para conseguirlo. Parece, ciertamente, que da resultado, al menos en numerosas ocasiones. En mi caso, ya son varias las cartas que he enviado, y su destino ha sido siempre el mismo, es decir, la papelera. Sin embargo, no creo sea adecuada la protesta; ya comprendo que ustedes reciben un verdadero aluvi¨®n y que deben seleccionarlas atendiendo a su inter¨¦s o actualidad. Deseaba dar mi modesta opini¨®n sobre algunos aspectos de estas elecciones pasadas, pensando m¨¢s en que tenga usted una idea de lo que cree uno de sus lectores que en su hipot¨¦tica publicaci¨®n.En primer lugar, mi asombro por la actitud de un hombre, al que debe supon¨¦rsele cierta inteligencia, por su continuaci¨®n en el error. Cualquiera que oiga al se?or Fraga debe creer que ha triunfado o poco menos. Y, sin embargo, ¨¦sta es su m¨¢s seria derrota, pues prueba, indudablemente, la famosa teor¨ªa del techo. Si algo han puesto de relieve en las elecciones es que la mayor¨ªa del pueblo espa?ol vota sistem¨¢ticamente a la izquierda, y que a pesar de la clientela ex ucedea, de los votos de la extinta FN y de los residuales de la extrema derecha, el se?or Fraga es incapaz de alcanzar el nivel del partido aut¨¦nticamente mayoritario.

Hablar de bipartidismo hasta el punto de utilizar la afortunada imagen de las ruedas de la bicicleta es totalmente risible y falso. Ser¨ªa mucho m¨¢s apropiado compararlo con aquellos primitivos veloc¨ªpedos, que ya recordar¨¢ usted c¨®mo ten¨ªan las ruedas. /