Pol¨ªtica de embargos
El Gobierno le cobra las multas a Mart¨ªn Villa. Oficialmente, el hecho de resucitar una vieja sanci¨®n de Hacienda, olvidada hace a?os, contra la Uni¨®n de Campesinos Leoneses es s¨®lo una consecuencia de la burocracia, lenta pero implacable, que ha tardado un trienio en constatar que el primer sindicato agrario de Le¨®n dispon¨ªa, entre otros enseres, de un cami¨®n, un par de locales y algunas cuentas corrientes a su nombre. Hay m¨¢s.El embargo resulta exquisitamente legal por la rifa de un tractor subversivo, cuyas papeletas fueron retiradas por la Guardia Civil, mientras las m¨¢s variopintas organizaciones -cofrad¨ªas de Semana Santa, asilos, bares y partidos pol¨ªticos- ofrec¨ªan los mismos sorteos y participaciones en combinaci¨®n con la Loter¨ªa Nacional. Los premios se hac¨ªan efectivos en los bancos y nadie se escandalizaba si un interventor, un recaudador o un delegado de Hacienda adquir¨ªan unos n¨²meros con fines ben¨¦ficos. Las multas pol¨ªticas son otra cosa.
El bloqueo de los bienes de la UCL ha producido hilaridad en las filas de la extinta UCD, que pasa facturas despu¨¦s de muerta, con el Gobierno socialista como agente ejecutivo. Hay varias versiones en el otro lado: la intervenci¨®n de Hacienda se debe a un celoso funcionario de AP, a otro del PSOE encuadrado en las filas de los que no quer¨ªan un pacto municipal con la Uni¨®n de Campesinos, o a una casualidad.
Como nadie cree en las casualidades y los cajones de la burocracia est¨¢n llenos de expedientes que se pierden, hay que concluir que el embargo es un gol que col¨® Mart¨ªn Villa al PSOE, aunque en fuera de juego.
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