El ensayista griego Cornelius Castoriadis estudia las tensiones b¨¦licas del mundo

Cornelius Castoriadis acaba de publicar el primer volumen de un libro titulado Devant la guerre. Les realit¨¦s (Ante la guerra. Las realidades). El segundo aparecer¨¢ en oto?o. En ¨¦l analiza la situaci¨®n actual provocada por la tensi¨®n entre los bloques que amenaza, en su opini¨®n, con una guerra mundial o con la ocupaci¨®n de Europa Occidental por el "imperio ruso". Castoriadis pronunci¨® ayer una conferencia en el Instituto Franc¨¦s de Madrid y el d¨ªa anterior lo hab¨ªa hecho en la sede de la misma instituci¨®n de Barcelona.

Ante ello esta, amenaza de bloques, insiste Castoriadis, hay que tomar una actitud, que quedar¨¢ explicada en el segundo volumen y que no ser¨¢ de conformismo pasivo ni de militancia voluntarista. El punto de partida deber¨¢ ser "lo imaginario social", expresi¨®n acu?ada por el propio Castoriadis en 1974 en Instituci¨®n imaginaria de la sociedad, texto que aparecer¨¢ en breve en castellano, publicado por Tusquets.Su preocupaci¨®n por la guerra no es circunstancial, afirma. "No he escrito ese libro en funci¨®n de una preocupaci¨®n instant¨¢nea, sino, como ya digo en el pr¨®logo, preocupado por la cuesti¨®n. Si bien hay que aclarar que no es un alegato a favor de la guerra ni tampoco pretendo decidir si la guerra ser¨¢ ma?ana o dentro de tres o trece a?os. Lo que me preocupa es la potencia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la descomposici¨®n del mundo occidental. La historia parece encontrarse ante una especie de bifurcaci¨®n: O bien habr¨¢ una guerra o bien un sometimiento de Europa Occidental a la Rusia sovi¨¦tica. Ambas posibilidades son igualmente inaceptables. He escrito este libro para explicar, cosa que har¨¦ en el segundo volumen, que no se puede esperar una respuesta a esta situaci¨®n, pero hay que poner en guardia a la poblaci¨®n de todos los pa¨ªses. Se corre el riesgo de que, ante el avance ruso, el Estado Mayor norteamericano considere que no puede hacer otra cosa que declarar la guerra. Igualmente pueden ser los rusos quienes declaren la guerra".

Ante el futuro hay dos actitudes que constituyen una inc¨®gnita y que dificultan la predicci¨®n la actitud de los gobiernos europeos occidentales -"en ¨²ltima insiancia el Pent¨¢gono"-, y la situaci¨®n interna del imperio ruso. "?sta es, realmente la gran inc¨®gnita. Sabemos relativamente lo que ocurre en los pa¨ªses sat¨¦lites y lo que ocurrir¨ªa si decidieran independizarse: la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito ruso, como en Hungr¨ªa, Checoslovaquia y Polonia. El resultado ser¨ªa una masacre. Salvo que se sublevaran todos juntos. Pero eso ser¨ªa ins¨®lito. En Rusia sabemos que la poblaci¨®n no apoya al r¨¦gimen, pero no hay una oposici¨®n organizada. Actualmente se est¨¢ domesticando incluso la disidencia, como en el caso de Sajarov, amenazado de muerte, seg¨²n su mujer. Con todo, permanece oscuro lo que ocurre en el fondo de la sociedad rusa". No cree en la posibilidad de cambios incruentos en el interior de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, "la ¨²nica posibilidad es la revoluci¨®n, pero es imposible saber si ocurrir¨¢".

Si se le pregunta, por ejemplo, sobre la relaci¨®n entre la noci¨®n de imaginario que ¨¦l utiliza y la empleada por el existencialismo, al igual que con la "mirada", se apresura a negar cualquier vinculaci¨®n posible y a?ade que tampoco se relaciona con Lacan.