Melodrama cotidiano
Cordelia Brasil es un melodrama que ha tenido en los ¨²ltimos a?os muchas representaciones en Am¨¦rica. Es un tr¨ªo: fundamentalmente, una pareja que se ama-odia y un muchacho queda una especie de contrapunto al continuo conflicto. Cordelia es una oficinista de d¨ªa, prostituta de noche, que odia sus dos trabajos, con los que se defiende de la rudeza de la vida y con los que mantiene a Le¨®nidas, so?ador, ingenuo, mortalmente acobardado por esa misma vida.Rico es un adolescente que entra en escena como cliente de Cordelia y termina siendo parte de la casa; inocente, desocupado. Si alguna moraleja hubiera, estar¨ªa sobre todo al final: Le¨®nidas y Rico huyen hacia un cierto imposible, y Cordelia se suicida. Parecer¨ªa, por consiguiente, que estos in¨²tiles tienen m¨¢s defensas ante la presi¨®n insoportable de la vida que quien quiere defenderse de ella con realismo y con esfuerzo.
Cordelia Brasil, de Antonio Bivar (1967)
Traducida y adaptada del brasile?o al argentino por Rudy Carrie. Int¨¦rpretes: Rudy Carrie, Susana Campos, Gustavo Belatti. Escenograf¨ªa de Eurostar. Director: Rodolfo Renzo. Estreno: teatro Beatr¨ªz.
Construcci¨®n s¨®lida
La obra presentada tiene una construcci¨®n s¨®lida: apura el concepto de melodrama y de exageraci¨®n de los personajes hasta sacarlos del realismo de la situaci¨®n, hasta desbordarlos; y en ese sentido est¨¢ hecho el di¨¢logo y la escenograf¨ªa. Traducida del brasile?o al argentino, interpretada en argentino, contribuye al juego de distanciamiento-aproximaci¨®n pretendido.La interpretaci¨®n de los actores Susana Campos y Rudy Carrie -que es tambi¨¦n el traductor de la obra en cuesti¨®n- est¨¢ sobreactuada: no es un defecto, sino un efecto que corresponde a la exageraci¨®n, del g¨¦nero, a su necesidad de crear una colisi¨®n entre escena y espectador. Hay muy buen oficio en Ios dos y apuran ese oficio hasta llegar a veces a punto de grand guignol.
La idea general de la insoportabilidad de la vida, de la posibilidad de cualquier explosi¨®n que ponga punto final a todo, de la violencia de lo cotidiano, est¨¢ conseguida por todos los medios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.