John McEnroe, silbado por el p¨²blico franc¨¦s

McEnroe acapar¨® la atenci¨®n de los espectadores que esperaban sus posibles salidas de tono. Ayer, tras las continuas protestas de los diarios parisienses por la actitud del jugador, el p¨²blico silbaba al estadounidense simplemente por el hecho de mirar la se?al dejada por alguna bola sobre la pista.La pr¨®xima semana se presenta interesante., Habr¨¢ una confrontaci¨®n entre espectadores y jugador. El p¨²blico querr¨¢ ver a McEnroe protestando y chillando, y este querr¨¢ mantenerse callado. Hay una poderosa raz¨®n para hacerlo as¨ª. McEnroe ya ha sido multado con 5.750 d¨®lares -casi 800.000 pesetas- en los ¨²ltimos 12 meses, y si llega a los 7.500 -m¨¢s de un mill¨®n de pesetas-, puede ser sancionado con 21 d¨ªas de suspensi¨®n.

El ¨²ltimo incidente, durante el partido frente al espa?ol Tous, se produjo cuando Mcenroe coment¨®: "Este torneo es una basura". Un periodista brit¨¢nico, sentado en la tribuna de prensa, no pudo dejar escapar una sonrisa. McEnroe le mir¨® y le dijo: "T¨² calla, que tu Wimbledon es mucho peor". El jugador, adem¨¢s, agredi¨® fisicamente a un fot¨®grafo.

Si la antipat¨ªa entre el p¨²blico franc¨¦s y McEnroe es clara, tampoco las relaciones entre el jugador nortearner¨ªcano y la prensa fracesa son buenas. McEnroe parece harto del chauvinismo de algunos periodistas franceses, que se niegan a reconocer que si McEnroe es maleducado, el p¨²blico de Roland Garros tambi¨¦n lo es.

As¨ª, ayer, McEriroe coment¨® en la sala de Prensa que "ser¨ªa necesario que alguilen llamase al orden al p¨²blico". Un periodista franc¨¦s salt¨® de su asiento: "McEnroe ?cree usted que el p¨²blico franc¨¦s hace m¨¢s ruido que el de Flushing Meadow?". McEnroe, que mantiene una actitud ausente ante la Prensa desde que lleg¨® a Par¨ªs respondi¨® con un lac¨®nico "Si?, hay mas ru¨ªdo aqu¨ª".

A partir de este momento, McEnroe contest¨® a todas las preguntas con monos¨ªlabos, mientras se rascaba tras la oreja, en la barbilla, el pelo, la nariz,, y todo esto sin mirar nunca a sus interlocutores, corno dando a entender que pasaba ole ellos. El estadounidense es as¨ª y nadie podr¨¢ cambiarle.