La nueva etapa de 'Vivir cada d¨ªa' pretende integrar el documental en el g¨¦nero dram¨¢tico
Televisi¨®n emite hoy el octavo programa de la nueva etapa de Vivir cada d¨ªa, espacio ¨²nico en su g¨¦nero cuyo prop¨®sito es "mostrar situaciones de la vida cotidiana espa?ola mediante la dramatizaci¨®n de hechos y vivencias reales interpretadas por sus protagonistas", seg¨²n explica su director, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Pu¨¦rtolas. Cada programa de una hora tiene un presupuesto de 1.800.000 pesetas e intenta cubrir el hueco dejado por telefilmes norteamericanos de gran audiencia, Dallas primero y Dinast¨ªa despu¨¦s.
El programa que se emite hoy, Eduardo, vivencias de un trasplantado, es el n¨²mero 228 del espacio Vivir cada d¨ªa, ideado por el periodista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Pu¨¦rtolas y estrenado el 13 de abril de 1978. En su antiguo formato de reportajes y documentales de media hora sobre la vida cotidiana espa?ola obtuvo, hasta el presente a?o, uno de los puestos de mejor aceptaci¨®n por parte de la audiencia entre los programas producidos por TVE.
Vida cotidiana
"Enrique de las Casas, entonces director de la primera cadena de TVE, nos propuso en marzo del a?o pasado adoptar el actual formato de docudrama, documental-dram¨¢tico", afirma Rodr¨ªguez Pu¨¦rtolas. "Llev¨¢bamos cinco a?os, 220 programas, haciendo reportajes. Hab¨ªa ya cierto manierismo, repet¨ªamos las f¨®rmulas y temas. En cierto sentido nos aliment¨¢bamos de nuestro propio pasado. Surgieron en la programaci¨®n, adem¨¢s, imitadores de los reportajes testimonio y decidimos cambiar"."Nuestra intenci¨®n es la misma. Mostrar situaciones de la vida cotidiana espa?ola mediante la dramatizaci¨®n de hechos y vivencias reales, interpretados por sus protagonistas", prosigue el director de Vivir cada d¨ªa. "Antes era el colectivo el que estaba a foco. Ahora son personas concretas las que pasan a primer t¨¦rmino, para relatar las historias de espa?oles de a pie".
Isabel Pastor, uno de los dos coordinadores del espacio, est¨¢ encargada de poner los cimientos de cada programa. "A veces partimos de una idea nuestra y buscamos los personajes", dice. "El tema y los protagonistas nos vienen dados, en otras ocasiones, por una noticia aparecida en la Prensa. Ahora nos llegan cartas, unas 100 a la semana. Una de cada 20 contiene ideas v¨¢lidas para montar el programa. Tambi¨¦n es cierto que algunos nos escriben para promoverse a s¨ª mismos, para darse publicidad. Algunos quieren convertirse en actores. La historia de las personas que vamos conociendo condiciona la historia del programa. Se crea un singular cruce psicol¨®gico entre ellos y nosotros. Tenemos siempre despiertas las alertas de la ¨¦tica. Siempre existe el miedo de hacerles da?o, porque un programa de estas caracter¨ªsticas obliga a hacer un profundo strip tease de la persona. Algunos, una vez acabado el programa, vuelven al anonimato, pero lo normal es que esas personas quieran y sigan teniendo un contacto con nosotros porque sus problemas siguen ah¨ª".
Eduardo, el protagonista que revive hoy los siete a?os de enfermedad hasta que le fue trasplantado un ri?¨®n, se ha organizado para este fin de semana un homenaje en su ciudad, Talavera de la Reina, e incluso ha editado un op¨²sculo autobiogr¨¢fico.
Para Jos¨¦ Ram¨®n V¨¢zquez, uno de los tres miembros del equipo de redacci¨®n e investigaci¨®n y autor, a veces, de la puesta en im¨¢genes, "cada historia plantea una forma distinta de realizaci¨®n: Cada personaje proporciona sus propios recursos de lenguaje e incluso la est¨¦tica del mismo. Se descubren talentos interpretativos entre gente que nunca se hab¨ªa puesto delante de una c¨¢mara".
"Los peores suelen ser los actores secundarios", a?ade Rodr¨ªguez Pu¨¦rtolas, "porque quieren demostrar sus dotes. En el nuevo formato existe mayor peligro de falsificaci¨®n. Si la c¨¢mara condiciona siempre, mucho m¨¢s en este g¨¦nero de programas, ya que es m¨¢s f¨¢cil dejarse llevar por la interpretaci¨®n. S¨®lo nos importa que el protagonista sea real y que nos cuente su vida".
La aceptaci¨®n en el panel ha bajado del 7,6% de la primera etapa al 7,2% del docudrama inaugurado el pasado 4 de abril. "Sab¨ªamos que pod¨ªa ocurrir esto, porque es un programa que lo mismo puede ser rechazado que acogido con entusiasmo. Nos correspondi¨® sustituir en la programaci¨®n el hueco de gran audiencia que dej¨® Dinast¨ªa, ocupado antes por Dallas. Pero est¨¢ claro tambi¨¦n que una televisi¨®n p¨²blica no debe regirse exclusivamente por criterios de ranking comercial. Que nosotros sepamos no existe en ninguna televisi¨®n un programa de estas caracter¨ªsticas. Hay otras experiencias de docudrama, pero realizadas con actores profesionales".
Vivir cada d¨ªa tiene un presupuesto trimestral de 16 millones de pesetas para nueve programas. Las colaboraciones para el programa tienen un tope m¨¢ximo de 50.000 pesetas. "Es la cantidad que se abon¨®, por ejemplo, a Luis Eduardo Aute por componer la banda sonora del primer programa, Luis y Fina", comenta el director, "y a Elfidio Alonso" y Los Sabande?os por la banda sonora del programa sobre unos marineros canarios que naufragaron. No queremos que la gente trabaje por dinero. Abonamos esta cantidad porque durante las tres o cuatro semanas del rodaje les apartamos de su trabajo".
Se producen simult¨¢neamente tres programas. Cada uno requiere tres meses de trabajo desde la preparaci¨®n hasta el montaje. Entre agosto y diciembre se suspender¨¢ la emisi¨®n y el equipo de 34 trabajadores seguir¨¢ produciendo nuevos episodios.
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