Decretado el estado de excepci¨®n en Per¨² mientras aumenta el temor a un golpe militar
El Gobierno peruano decret¨® ayer el estado de excepci¨®n en todo el pa¨ªs durante 60 d¨ªas, en un intento de evitar los atentados realizados por la guerrilla mao¨ªsta Sendero Luminoso. La medida supone la suspensi¨®n de garant¨ªas constitucionales, como las libertades de reuni¨®n y de circulaci¨®n sobre el territorio nacional, as¨ª como las limitaciones relativas a la detenci¨®n preventiva.
Por otro lado, el Gobierno ha depositado en el Parlamento un proyecto de ley que convierte al terrorismo en delito de traici¨®n a la patria y agrava las penas por actos de sabotaje. Coincidiendo con esta situaci¨®n, extremadamente grave, aumenta el temor a un golpe militar.Tres a?os despu¨¦s de su retorno triunfa? al poder, el presidente Fernando Bela¨²nde afronta una situaci¨®n de excepcional gravedad.
La hip¨®tesis de una intervenci¨®n de las Fuerzas Armadas para restablecer el orden vuelve a ser evocada en los medios pol¨ªticos. Sin embargo, el Gobierno minimiza el alcance de este peligro y parece despreciar los rumores sobre un eventual golpe militar. Pero la mayor parte de los dirigentes de la oposici¨®n, contrarios al retorno de los militares al poder, el problema es ya si las Fuerzas Armadas interrumpir¨¢n el proceso democr¨¢tico, sino cu¨¢ndo pasar¨¢n a la acci¨®n. Esta hip¨®tesis es compartida por personalidades cercanas a c¨ªrculos castrenses.
La agitada semana que ha vivido Per¨² ha acentuado el pesimismo. El 25 de mayo, miembros de la Guardia Civil se amotinaron y encerraron en su cuartel d¨¦ Lima para conseguir sus reivindicaciones laborales y sociales.
Para evitar lo peor, el Gobier no Bela¨²nde cedi¨® a las presiones de los guardias civiles amotinados y pidi¨® al Ej¨¦rcito que garantizase provisionalmente el mantenimiento del orden. Aunque los dirigentes civiles asegurasen que los aumentos de sueldo a los rebeldes estaban ya previstos, el Gobierno perdi¨® algo de prestigio en esta prueba de fuerza, mientras los militares se apuntaban un punto importante.
Dos d¨ªas despu¨¦s, los guerrilleros de Sendero Luminoso pasaron a la acci¨®n en la capital peruana. Fue una espectacular operaci¨®n que dej¨® boquiabiertos a los habitantes de Lima y cogi¨® desprevenidas a las fuerzas de seguridad.La envergadura de la acci¨®n parece implicar complicidades a nivel muy alto y una log¨ªstica y profesionalismo del que carecen estos guerrilleros de la sierra, que sue?an con limpiar las ciudades, como hiciera el r¨¦gimen de Pol Pot en Camboya.
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