Mercedes Salisachs, premio de novela Ateneo de Sevilla, cuenta sus satisfacciones y sus quejas
Mercedes Salisachs, una catalana con una larga ejecutoria en el mundo de las letras, obtuvo en la noche del mi¨¦rcoles el Pemio Ateneo de Sevilla. Casualmente estaba en la cena en la que se hizo p¨²blico el premio, que viene a unirse a un Planeta por La gangrena, un Ciudad de Barcelona por Una mujer llega al pueblo y un Hucha de Plata por Feliz Navidad, se?or Ballesteros. Mercedes Salisachs se queja de que en la alta sociedad barcelonesa la vean como una exc¨¦ntrica y de que en el mundo de las letras la vean como una burguesa intrusa. Y se queja tambi¨¦n de que EL PAIS la ignore.La novela triunfadora, El volumen de la ausencia, se desarrolla en cuatro horas y media, las que tarda la protagonista, desahuciada por la medicina, en recorrer la distancia que media entre la consulta de su m¨¦dico, en la parte alta de Barcelona; la casa de su antiguo amante, al que no ve desde doce a?os atr¨¢s, situada cerca del puerto. "Es un an¨¢lisis del volumen que produce la ausencia del ser querido, no un vacio, como se suele decir, sino un volumen, de recuerdos, esperanzas y tristezas...". Es un tema que inquieta a Mercedes Salisachs desde que muchos a?os atr¨¢s viviera una dolorosa tragedia, la muerte de uno de sus cinco hijos. "Era el que m¨¢s se identificaba conmigo, por su temperamento art¨ªstico. Quer¨ªa ser pintor ysin duda hubiera llegado a serlo. Un d¨ªa se fue a visitar a Picasso, a Francia, con unos amigos, y quince kil¨®metros antes de llegar se estrellaron en el coche".
Su queja es que la sigan viendo como una dama de la alta burgues¨ªa catalana que practica el intrusismo en el mundo de las letras, y que se la acuse de escribir una y otra vez de ese ambiente en el que se ha criado. "Eso es algo totalmente injusto, que s¨®lo pueden decir los que me han le¨ªdo poco. Precisamente poreso me interes¨® que se ed¨ªtara hace poco La sinfon¨ªa de las moscas, escrita mucho tiempo atr¨¢s, y que en su d¨ªa no se pudo publicar porque era demasiado fuerte para aquellos tiempos. La acci¨®n transcurre en el Barrio Chino, muy alejada de la vida de la alta burgues¨ªa. Y tampoco Una mujer llega al pueblo, por la que obtuve el Premio Ciudad de Barcelona en 1956, es de ambiente burgu¨¦s. Recuerdo que incluso tuvo que pasar censura para ser publicada, y se le quitaron unos cuantos p¨¢rrafos en los que aparec¨ªa un comunista que no era malo".
Practica la literatura, precisamente, como una forma de escapar a ese destino de inutilidad al que parec¨ªa llamada en su primera juventud, todav¨ªa antes de la guerra, cuando era una chica cas¨¢dera de la alta sociedad. "Mi padre, republicano convencido, aunque no de la Rep¨²blica que vino, me habl¨® muy seriamente y me dijo que no pod¨ªa ser una se?oritinga, como todas mis amigas, sino que deb¨ªa hacer algo ¨²til. Aquella conversaci¨®n y su enorme amor por los libros, que le hac¨ªa casi mani¨¢tico, han sido las causas, sin duda, de que yo me hiciera escritora".
Un premio que, asegura, no conoc¨ªa de antemano, aunque estaba presente en la cena en que se proclam¨®. Hab¨ªa presentado el libro con seud¨®nimo, "Jos¨¦ G¨®mez", y bajo el t¨ªtulo de La Ciudad Eterna, pero Lara ya sab¨ªa que la novela era suya, porque hab¨ªan concertado su publicaci¨®n en Planeta. ?No, no sean maliciosos. Yo estaba en Sevilla por acompa?ar a una amiga, y como dio la casualidad de que se fallaba el premio y yo estaba entre las finalistas, me acerqu¨¦". Pero a su vez se muestra maliciosa. "Su peri¨®dico siempre me ha ignorado, ?sabe? Debe de ser que tambi¨¦n, me consideran una burguesa, o creen que soy tan mala que me hacen el favor de no hablar de m¨ª. No se altere mucho si no le publican esta entrevista".
Babelia
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