Descubierto el intento de purgar a Saronni en la ¨²ltima etapa del Giro
El Giro de Italia de este a?o, que, con una media de 38 kil¨®metros a la hora, ha sido el m¨¢s veloz de toda su historia, estuvo a punto de acabar con una tr¨¢gica diarrea de su campe¨®n, Giuseppe Saronni, antes de su ¨²ltimo vuelo glorioso hacia Udine. Y no perdi¨® el trofeo de la gloria gracias a la honradez de dos camareros del hotel en que pas¨® la noche anterior a la ¨²ltima etapa.
Dichos camareros fueron contratados por un industrial de B¨¦rgamo, Giovianni Arrigoni, de 46 a?os, due?o de una f¨¢brica de llantas de bicicleta, para que en, la cena le echaran una buena dosis del laxante Gutalax. Dosis de diarrea, vamos. El precio de la corrupci¨®n iba a ser de 300.000 pesetas. Para los dos camareros supon¨ªan unas vacaciones tranquilas en el mar.El industrial no tom¨® demasiadas precauciones. Probablemente, se dijo a s¨ª mismo que en un pa¨ªs donde se corrompen con tanta facilidad hasta los generales de la guardia de finanzas y pol¨ªticos ilustres y hasta magistrados, tintar a dos empleados del hotel era cosa de coser y cantar.
La denuncia
Pero no fue as¨ª. Los dos camareros pertenecen a esa clase sana de este pa¨ªs que dificilmente dormir¨ªan con un peso semejante sobre la conciencia. Es esa clase que cree a¨²n en el dicho que afirma que es mejor ser pobres, pero honrados.Y denunciaron. Los j¨®venes se llaman Gabriele Giordano, 23 a?os, y Alessandro Bozzato, de 21. El primero de ellos, hombre del profundo sur, emigrado. El segundo, del norte. El polic¨ªa que recibi¨® el soplo es joven como ellos, 25 a?os. Le presentaron a Giovanni Arrigoni, el industrial que se present¨® flamante a la cita con dos tubos de Gulatax y los billetes en un sobre abierto, como si fuera el cocinero encargado de llevar a cabo el compl¨® contra Giuseppe Saronni.
El cocinero recibi¨® con una mano las 300.000 pesetas y con la otra, mostr¨® al industrial su tarjeta de polic¨ªa. Enseguida, las esposas. La prensa se mostr¨® llena de elogios a los dos camareros honrados. Fue como un sicodrama, un gesto liberador colectivo. En el pa¨ªs de los esc¨¢ncialos financieros f¨¢ciles, este gesto fue interpretado as¨ª: "entonces no es verdad que todos en Italia nos dejamos vender por un plato de billetes".
Giusseppe Saronni pudo as¨ª superar tama?as confabulaciones contra ¨¦l en forma de diarreas. Lo que no se ha explicado son los motivos que ten¨ªa el industrial de las llantas para acabar con la racha triunfal de Saronni, dos veces triunfador del Giro.
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