Thatcher o el complejo de 'nanny'
Margaret Thatcher era en el Reino Unido, hace s¨®lo un a?o, el primer ministro m¨¢s impopular desde la II Guerra Mundial. 12 meses m¨¢s tarde va a conseguir para su partido la victoria m¨¢s espectacular en 40 a?os. La ¨²nica diferencia entre 1982 y 1983 es que ha habido una guerra, en las Malvinas, y que el Reino Unido la ha ganado.Muchos observadores estiman, sin embargo, que la mera victoria en el conflicto del Atl¨¢ntico Sur no explica suficientemente el giro de los sentimientos del votante medio brit¨¢nico. Lo decisivo ha sido, afirman, la forma en que encar¨® la crisis de las Malvinas: inflexible y decidida.
Algunos psic¨®logos y escritores ingleses, que se devanan los sesos intentando dar una explicaci¨®n coherente al posible triunfo arrollador de una gobernante que ha llevado al pa¨ªs a la cifra r¨¦cord de 3,5 millones de parados, han presentado la teor¨ªa del complejo de nanny. La nanny es una instituci¨®n brit¨¢nica, casi tan enraizada como el Parlamento o la Corona. Cumple las funciones de una ni?era, pero no se parece en nada a complaciente nodriza mediterr¨¢nea o a la dura e insensible institutriz germ¨¢nica. La nanny va uniformada con un estilo militar y es una experta a la que nunca se puede desobedecer. Los ni?os brit¨¢nicos la admiran y la temen. Ella les ha ense?ado a no llorar cuando se hacen da?o y a no re¨ªr demasiado si son felices. Les ha explicado tambi¨¦n que cuando las cosas van mal no hay que buscar responsables ajenos.
La caricatura de Thatcher re¨²ne en parte todos estos requisitos y uno en especial: ha sido capaz de convencer a los brit¨¢nicos de que ellos mismos son los culpables de la crisis.
Sea por el complejo de nanny o por cualquier otro mecanismo desconocido, lo cierto es que la primera ministra brit¨¢nica ha alcanzado unas cotas de popularidad personal que, posiblemente, no exist¨ªan desde los tiempos de Winston Churchill. Eso no quiere decir que un d¨ªa no pierda las elecciones -Churchill las perdi¨® precisamente despues de la II Guerra Mundial- pero parece que ese d¨ªa no ha llegado todav¨ªa.
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