Madame Arthur a¨²n no puede retirarse
Ayud¨® a triunfar a Christa Leem y a Pavlovsky
Modesto Mangas Mateos es un sesent¨®n simp¨¢tico y barrigudo. Sus gruesos anillos y sus gestos exagerados revelan su afiliaci¨®n a la cofrad¨ªa de los gay. Adem¨¢s, se trata a s¨ª mismo de s¨ª misma. "Fui un caso precoz en el arte. Nunca he negado que soy homosexual, y s¨®lo me he tratado corno chico cuando he trabajado en sitios que lo requer¨ªan, como en la mili, donde era primera telefonista del Estado Mayor del Aire en Salamanca". Todo en ¨¦l lleva la inconfundible huella del escenario. En sus ademanes y en sus chistes procaces centellea un metal que no parece aut¨¦ntico y que luce como bru?ido por la cotidiana tarea de arrancar risas en las salas de fiesta.Pero Modesto es, ¨¦l mismo, m¨¢s aut¨¦ntico que sus gestos. Ahora desea retirarse, porque a sus 60 a?os se cree con derecho a quedarse en casa sin hacer nada, despu¨¦s de las cuatro d¨¦cadas de trabajar sin parar. Los contratos que proporciona este g¨¦nero de vida son el negativo exacto de plumas y boas, de joyas y pieles falsas. No tiene ni tan s¨®lo seis a?os de cotizaci¨®n a la Seguridad Social. Deber¨¢ subir a la palestra un buen tiempo m¨¢s para poder retirarse con dignidad.
Y en cambio, tiene la Medalla del M¨¦rito al Trabajo, que le concedi¨® Franco, y de la que se muestra orgulloso. "Con Franco yo llevaba m¨¢s joyas y m¨¢s pieles, y me dio esa medalla. Pero la ¨²nica vez que he estado en la c¨¢rcel fue tambi¨¦n con el franquismo, cuando me detuvieron y juzgaron por esc¨¢ndalo p¨²blico, que me llev¨® a la c¨¢rcel dos meses. Era un d¨ªa de Navidad y yo hab¨ªa bebido un poco m¨¢s de la cuenta. Sal¨ª al Paralelo para ir a felicitar a las amigas de otra sala de fiestas, y all¨ª mismo me cogi¨® la polic¨ªa. Fuera de esto, jam¨¢s he sido fichada ni detenida".
Los tiempos actuales, la desaparici¨®n de algunas discriminaciones y la irrupci¨®n de los travestidos en las calles y en la prostituci¨®n no son del gusto de Modesto. "Se ha confundido la libertad con el libertinaje. Esos homosexuales que hay en las Ramblas, metidos en coches, son un esc¨¢ndalo. Muchos roban a sus clientes, y a¨²n hay gente que se vuelve loco por ellos. Y lo de los partidos pol¨ªticos a m¨ª me parece bien, pero como en Estados Unidos, donde encuentras a ingenieros, curas, m¨¦dicos y gente culta y seria. Aqu¨ª no. ?Qu¨¦ derechos van a pedir con gritos y desnudeces, y con esc¨¢ndalos como los que dan en las calles?".
Modesto no es tampoco partidario de los tratamientos de cambio de sexo. "Para hacer lo que nosotras hacemos no hacen falta hormonas, tetas ni operaciones", dice. "Yo no, yo natural como el tomate. No conozco a ninguna operada que haya sido feliz de verdad". Y tampoco est¨¢ de acuerdo con que se casen los homosexuales: "Para meterse en la cama no hace falta casarse". Es cat¨®lico y m¨¢s bien conservador. "Creo en Dios y en la Virgen. Pero no practico, porque no voy a mariconear de noche y a ir a misa de d¨ªa". Se siente totalmente atado a Barcelona y le gusta mucho m¨¢s el alcalde, Pasqual Maragall, que el presidente Felipe Gonz¨¢lez. "Mira, es mi tipo, qu¨¦ quieres que te diga". De Pujol, ni habla. "Pero yo soy catalana, catalana".
Despu¨¦s de tres a?os de ausencia de Barcelona de Noche, regresa ahora, vestuario, lentejuelas y purpurinas en ristre, a seguir trabajando en el escenario donde ayud¨® a triunfar a Christa Leem y a Pavlovsky. Es Madame Arthur, que reivindica para s¨ª el t¨ªtulo de primer travestido de la historia reciente, que es consciente de los problemas de los homosexuales, pero que quiere parecer una mujer emancipada. "Jam¨¢s me he sentido discriminada. Veinte veces que volviera a nacer, veinte veces que quisiera ser Madame Arthur".
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