Precisiones sobre el manuscrito de 'Sinapia'
El reciente estreno teatral de Vente a Sinapia, "una reflexi¨®n sobre la utop¨ªa" del polifac¨¦tico Fernando Savater, ha venido a poner de actualidad un texto del m¨¢ximo inter¨¦s, que ha servido de pretexto, en la palabras del autor, para su reflexi¨®n dram¨¢tica. Sinapia es pr¨¢cticamente la ¨²nica obra cl¨¢sica escrita en nuestro pa¨ªs que se adapta a los moldes del g¨¦nero ut¨®pico: de ah¨ª la importancia excepcional de un escrito que hasta el momento s¨®lo hab¨ªa llamado la atenci¨®n de los especialistas y que ahora, gracias al montaje teatral basado en el texto de Savater, puede alcanzar el mayor nivel de difusi¨®n que sin duda merece. Pero, por desgracia, este contacto del p¨²blico con Sinapia ha venido acompa?ado de una grave confusi¨®n relativa al momento hist¨®rico en que esa utop¨ªa fue escrita y a su posible autor. Ello justifica plenamente, en mi opini¨®n, las precisiones que siguen.He aqu¨ª la historia: en 1975 aparece, entre los papeles del archivo del conde de Campomanes depositados en la Fundaci¨®n Universitaria Espa?ola, un manuscrito an¨®nimo y sin fecha que contiene la Descripci¨®n de la Sinapia, pen¨ªnsula en la tierra astral. Inmediatamente, dos investigadores caen sobre ese texto, perciben desde las primeras l¨ªneas lo sensacional del descubrimiento -por tratarse de la descripci¨®n de un imaginario pa¨ªs que es, en todo, ant¨ªpoda y contrafigura de Espa?a, su negativo fotogr¨¢fico (como su mismo nombre es anagrama de Hispania)- y se apresuran a publicarlo. De Sinapia aparecen en breve plazo dos ediciones, pero s¨®lo una de ellas llegar¨¢ a tener cierta difusi¨®n en nuestro pa¨ªs.
En efecto, el profesor Miguel Avil¨¦s publica en la Editorial Nacional, en 1976, su Sinapia. Una utop¨ªa espa?ola del Siglo de las Luces. Como el subt¨ªtulo revela y como el propio Avil¨¦s indica en su introducci¨®n, la obra pertenec¨ªa al siglo XVIII, y concretamente al ¨²ltimo tercio de esa centuria; m¨¢s a¨²n: Avil¨¦s formulaba la hip¨®tesis de que el autor pudiera ser el mismo Pedro Rodr¨ªguez de Campomanes. Pues bien, por razones que (m¨¢s abajo se ver¨¢) son comprensibles, esta edici¨®n es la ¨²nica que conoce el autor de Vente a Sinapia, y me parece grave que lo que era una simple corazonada de Avil¨¦s (p¨¢gina 65 de su edici¨®n) se haya convertido casi en hecho demostrado o muy probable, al referirse Savater a nuestra utop¨ªa como "la Sinapia de Campomanes".
Un a?o antes que Avil¨¦s, en 1975, el investigador canadiense Stelio Cro hab¨ªa publicado en la Universidad McMaster, de Hamilton, su propia edici¨®n de Sinapia, con un subt¨ªtulo menos comprometedor: A classical utopia of Spain. En su estudio preliminar, y sobre todo en un libro posterior, dejaba Stelio Cro perfectamente claro que Sinapia fue escrita a fines del siglo XVII. Resulta dif¨ªcil resumir los argumentos de esa dataci¨®n; me limitar¨¦ a se?alar que en el mismo archivo descubri¨® el investigador canadiense otros papeles, escritos sin duda por la misma persona, en los que hay indicios m¨¢s que suficientes para concluir que la actividad de este escritor debe situarse en las d¨¦cadas finales de 1600. Basta, adem¨¢s, fijarse en las caracter¨ªsticas ling¨¹¨ªsticas del texto para percibir que de ninguna manera puede haber sido escrito en la ¨¦poca de la ilustraci¨®n plena. Su tono y su fondo de ideas est¨¢n tambi¨¦n lejos de coincidir con los del conde de Campomanes, aparte de la inconsistencia de atribuir a ¨¦ste un manuscrito encontrado entre sus papeles junto a muchos otros ajenos y propios, coet¨¢neos y anteriores.
Luces para Espa?a
El descubrimiento de Stelio Crovino a a?adir inter¨¦s a la obra, al situarla en un momento hist¨®rico apasionante, pero a¨²n mal conocido: el del reinado de Carlos II; la llamada ¨¦poca de los novatores, preludio de la Ilustraci¨®n. Varias personas nos hemos ocupado de Sinapia, y de forma monogr¨¢fica, dos ilustres hispanistas franceses: Marie Laffranque y Fran?ois Lopez. Absolutamente todos aceptamos las conclusiones; de Cro: el autor de Sinapia ser¨ªa uno de esos oscuros intelectuales espa?oles que, hundiendo sus ra¨ªces en el humanismo erasmista del XVI, tan palpable en esta utop¨ªa, tratan de sacar a Espa?a de su estancamiento cultural y cient¨ªfico. Inspir¨¢ndose directamente en las grandes utop¨ªas europeas (Moro, Campanella, Bacon), va m¨¢s all¨¢ que otros novatores contempor¨¢neos suyos (aunque, eso s¨ª, escondido en el m¨¢s absoluto anonimato, por elementales razones de prudencia) y ofrece un modelo de organizaci¨®n pol¨ªtica, social y religiosa de Espa?a radicalmente opuesto al que contempla en su tiempo. Sinapia est¨¢ escrita, insisto, por un espa?ol (acaso un levantino, como cree Fran?ois L¨®pez) en las d¨¦cadas finales del siglo XVII. Su nombre, probablemente, nunca llegaremos a conocerlo.
No se vea en estas precisiones erudici¨®n inane. Siglo m¨¢s o siglo menos, ?qu¨¦ m¨¢s da? Claro que da. Y mucho. No andamos tan sobrados de literatura ut¨®pica como para desconocer cu¨¢ndo, en qu¨¦ coyuntura hist¨®rica se ha escrito nuestra deslumbrante Sinapia, cuya lectura var¨ªa sustancialmente al colocarla un siglo m¨¢s atr¨¢s. Mis puntualizaciones no vienen a restar inter¨¦s (antes al contrario) a la reflexi¨®n teatral de mi admirado Savater. Aplaudo su propuesta: vayamos a Sinapia, conozc¨¢mosla bien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.