La huelga de los mineros chilenos del cobre se extiende a las cuencas m¨¢s importantes
Por primera vez en diez a?os, los trabajadores chilenos del cobre han ido a la huelga. En la mina El Salvador se inici¨® el paro el jueves con un 19% de ausencia al trabajo, seg¨²n el Gobierno, y un 95%, seg¨²n la Federaci¨®n Nacional de Trabajadores. Ochocientos mineros de El Salvador han sido fulminantemente despedidos, en un momento econ¨®mico en el que estar parado en Chile implica una opci¨®n segura al hambre.Pese a las represalias, se ha extendido la huelga al resto de la explotaci¨®n de El Salvador y a las minas Andina y El Teniente. Los mineros de Chuquicamata decidieron sumarse a la huelga de 24 horas el lunes o martes pr¨®ximos. Los trabajadores cupr¨ªferos reclaman as¨ª la libertad de su l¨ªder Rodolfo Seguel, detenido al finalizar la segunda jornada nacional de protesta contra el r¨¦gimen.
Pero la huelga adquiere otra dimensi¨®n, al ser la primera que afronta el Gobierno de Pinochet -y en un sector estrat¨¦gico como el cobre- desde el derrocamiento de la democracia y el Gobierno de Unidad Popular de Salvador Allende. Las inmediaciones de las minas est¨¢n tomadas por las tropas y los carabineros, aunque no se han producido incidentes. El Ej¨¦rcito podr¨ªa intervenir en algunos sectores de las explotaciones que exigen mantenimiento coritinuado.
Rodolfo Seguel, desde la c¨¢rcel p¨²blica de Santiago, se felicita de que "los trabajadores me han respondido", descalifica los vandalismos de la segunda jornada de protesta y rechaza las acusaciones del Gobierno: "Yo no soy comunista. Los que protestan, tampoco. S¨®lo queremos que esto cambie".
Antes de regresar a Santiago, desde la localidad de Vallenar, a 600 kil¨®metros al norte de la capital, el general Pinochet volvi¨® a amenazar a su pueblo. Con su modulaci¨®n agresiva e irritada cerr¨® su gira de tres d¨ªas por la regi¨®n de Atacama con las siguientes palabras: "Como tengo a los se?ores periodistas aqu¨ª, voy a decir algunas cosas. Algunos dirigentes sindicales propusieron ir a un paro, que acabo de constatar ha fracasado, porque llega aproximadamente al 15% el personal que se ausent¨® del trabajo. Como esto no est¨¢ dentro de la ley, estos se?ores est¨¢n despedidos. Pero lo l¨®gico ser¨ªa tomar a los que llevaron a este paro. A los que llevaron a estos pobres hombres a crearse un problema propio".
"Vamos a tomar medidas..."
Y sigui¨®: "Porque no son ellos los que se resienten, es la mujer y la familia. El Gobierno no ha querido emplear la fuerza. El Gobierno llama siempre a la cordura. Pero cuando estos cabezas duras no quieren entender, entonces hay que aplicarles la mano dura. Que la sientan, que la aprecien y que vean que el Gobierno est¨¢ d¨ªspuesto a cualquier cosa. Detr¨¢s de todo esto est¨¢n los pol¨ªticos. Estos caballeros que lanzan a los pobres estudiantes, a los trabajadores, mientras ellos se quedan esperando detr¨¢s a ver c¨®mo les va. Yo creo que tambi¨¦n les va a ir mal ahora. Vamos a tomar algunas medidas, porque no se puede aceptar que sigan actuando y sigan toda la vida buscando algo para ellos. Esto tiene que terminarse de una vez por todas".
Es uno m¨¢s de los discursos a los que Pinochet tiene acostumbrados a los chilenos, y retrata n¨ªtidamente la filosof¨ªa pol¨ªtica y hasta la cultura del autor. Particularmente cuando se afirman estas cosas como jefe del Estado de un pueblo con tradiciones democr¨¢ticas seculares y que, por a?adidura, se precia con justicia de hablar un excelente castellano.
Sobre los sucesos del martes, un ex ministro de Eduardo Frei comentaba a EL PAIS: "La Central Nacional de Informaciones, antigua DINA, ha reclutado a todo el lumpen de Santiago y Valpara¨ªso. Es obvio que los echaron a la calle el martes para desvirtuar una protesta. Pero cada d¨ªa enga?an a menos gente".
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