Rodolfo Seguel
El Lech Walesa chileno, l¨ªder del Comando Nacional de Trabajadores, organiza desde la c¨¢rcel la oposici¨®n sindical al Gobierno de Pinochet
"Yo siempre he dicho que tiene que haber un per¨ªodo de transici¨®n de unos dos a?os y despu¨¦s tiene que venir una democracia plena a este pa¨ªs, una vuelta a la normalidad. Pero no podemos regresar inmediatamente a un sistema democr¨¢tico. Esta es una opini¨®n m¨ªa, no del comando".
ENVIADO ESPECIALRodolfo Seguel, casado, con dos hijos de ocho y cinco a?os, ayudante del cajero de la mina El Teniente, ha alcanzado una notoriedad mete¨®rica por el vigor que ha sabido inyectar a los sindicatos chilenos que se oponen al r¨¦gimen. De 29 a?os de edad, hace cinco meses nadie conoc¨ªa en Chile a este sindicalista de base con s¨®lo dos a?os de militancia. Karateka, muy fr¨ªo, con un gran dominio de sus nervios, ejerce un notable poder de convicci¨®n personal, a juicio de sus compa?eros, que le sirvi¨® para descollar r¨¢pidamente en las asambleas obreras como un l¨ªder nato.
La Confederaci¨®n de Trabajadores del Cobre tuvo un papel preponderante en las movilizaciones sociales que ayudaron a desestabilizar el r¨¦gimen de la Unidad Popular, y en 1973 Pinochet puso por decreto a la organizaci¨®n bajo tutela democristiana. Tras casi ocho a?os de pupilaje, la DC chilena logr¨® el control absoluto de esta poderosa fuerza sindical, y en las primeras elecciones internas libres de hace dos a?os, un democristiano, Emilio Torres, accedi¨® a la presidencia de los cupr¨ªferos.
El sindicato de Torres abandon¨® la confederaci¨®n por discrepancias t¨¢cticas (estimaban que la CTC no era suficienteniente en¨¦rgica frente al r¨¦gimen) y aqu¨¦l hubo de abandonar su cargo tras poco m¨¢s de un a?o de gesti¨®n. En el pasado febrero, nuevas elecciones dieron la presidencia de la CTC a Rodolfo Seguel, y dada la fuerza de este sector fue elegido igualmente como presidente del Comando Nacional de Trabajadores (CNT), que agrupa a los cupr¨ªferos y a otros sindicatos de empleados p¨²blicos y privados.
Seguel es democristiano y as¨ª lo reconoce, aunque insiste en recordar que ¨¦l ten¨ªa 19 a?os cuando fueron proscritos los partidos pol¨ªticos. Pero es un secreto a voces que Seguel fue aupado a la presidencia del comando y de la CTC por la Democracia Cristiana, que utiliza los sindicatos bajo su control como ariete contra el r¨¦gimen.
Acaso sea en esto en lo ¨²nico que no miente el Gobierno de Pinochet cuando reprocha a los sindicalistas el desbordarse en reclamos pol¨ªticos.
Rodolfo Seguel es adventista del s¨¦ptimo d¨ªa por haber nacido en una familia evang¨¦lica: No es, pues, un cat¨®lico testimonial. Seguel declara creer en Dios, pero no practicar ninguna religi¨®n. Y aunque se identifica con la Democracia Cristiana, pone ¨¦nfasis en marcar algunas distancias: "Yo soy dirigente sindical. No acepto que nadie me diga que yo obedezco instrucciones de partidos. Yo soy un dirigente sindical y creo que en este pa¨ªs son bien conocidos los que tienen que seguir al pie de la letra las ¨®rdenes de los partidos. Yo no tengo por qu¨¦ obedecer a la Democracia Cristiana absolutamente en nada. Y, adem¨¢s, creo que las bases han sobrepasado a los partidos pol¨ªticos".
En efecto, este Lech Walesa chileno ("?Yo soy Rodolfo Seguel!" replica irritado cada vez que escucha la comparaci¨®n) puede haber sobrepasado al partido que le auspici¨®, y, en cualquier caso, los, dirigentes de la DC chilena no acaban de estar convencidos de que haya llegado el momento de presionar al r¨¦gimen con algo m¨¢s que con jornadas mensuales de protesta, como est¨¢ haciendo Seguel desde la c¨¢rcel.
Hace pocas semanas, el general Gustavo Leigh (triunviro en el derrocamiento de Allende y desde hace a?os fuerte cr¨ªtico del pinochetismo) convers¨¦ formalmente con Rodolfo Seguel y la direcci¨®n del comando. "Ah¨ª se desvirtu¨® lo del manejo comunista, lo del manejo pol¨ªtico del mundo obrero. Yo no s¨¦ de qu¨¦ partido ser¨¢ el general Leigh, pero s¨ª s¨¦ que no es comunista. Este r¨¦gimen no hace m¨¢s que echarle flores al partido comunista. De tanto hablar de ellos, este Gobierno se va a poner rojo. El pueblo chileno no es marxista, aunque, como es l¨®gico, hay marxistas. M¨¢s a¨²n cuando despu¨¦s de 1973 mataron a muchos de ellos. Y ¨¦sos eran los padres de hijos que van a ser marxistas por el rencor que sienten y que van a transmitir ese mismo rencor a sus hijos, como en una cadena".
Prefiere no pensar en la posibilidad de un atentado contra su vida, pero se cuida, y numerosas noches, como la del pasado d¨ªa 14, no pernocta en su casa, aunque la polic¨ªa pol¨ªtica chilena terminara por encontrarlo y detenerlo espectacularmente. Ahora duerme en la c¨¢rcel p¨²blica de Santiago, en una galer¨ªa con otros dirigentes sindicales y 96 presos comunes por falsificaci¨®n de cheques o libramientos sin fondos. Apenas se alimenta, pero no por una particular huelga de hambre, sino porque hab¨ªa engordado notablemente en los ¨²ltimos meses, desde que dej¨® de frecuentar los gimnasios de artes marciales ("est¨¢ entero, firme y mandando", afirman quienes le visitan). Admirador de Lutero, King y de Ghandi, ser¨¢ juzgado por infringir la ley de seguridad del Estado o recobrar¨¢ la libertad por la presi¨®n de sus compa?eros o junto con la de "la angosta franja de tierra".
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