Espa?a aboga en Ginebra por que se proh¨ªba la fabricaci¨®n de armas qu¨ªmicas

Espa?a, que no es miembro titular del Comit¨¦ de Desarme de las Naciones Unidas, intenta, sin embargo, seguir de cerca y "con entusiasmo" los trabajos de este foro desde su esca?o de pa¨ªs observador. Para ocuparse de estos menesteres fue nombrado en 1976 un embajador especial, el marqu¨¦s de Villafranca de Ebro, Eduardo de Laiglesia, quien en su intervenci¨®n de ayer abund¨® en la conveniencia de llegar a un acuerdo "que proh¨ªba la fabricaci¨®n, el desarrollo y el almacenam¨ªento de las armas qu¨ªmicas". Este instrumento complementar¨ªa el protocolo de 1925 que proh¨ªbe su utilizaci¨®n en la guerra, y, a juicio de los observadores, el borrador preparado por el comit¨¦ se encuentra ya en estado "avanzado y maduro".Seg¨²n el embajador Laiglesia, la verificaci¨®n y el control de los armamentos "reviste especiales dificultades". No obstante, advirti¨®, refiri¨¦ndose a los trabajos del comit¨¦, que "el Gobierno de Espa?a concede la m¨¢s alta prioridad a la erradicaci¨®n de los conflictos armados como medio de resolver las diferencias entre los miembros de la comunidad internacional".

El embajador especial con que cuenta nuestro pa¨ªs para los asuntos de desarme, seg¨²n ha podido saber EL PAIS, cuenta con escas¨ªsimos medios materiales y humanos para desempe?ar su tarea y sin soporte administrativo, ni interno (ministerios) ni externo (misi¨®n de Espa?a ante los organismos internacionales).

El comit¨¦ de desarme est¨¢ integrado por las cinco potencias nucleares (Estados Unidos, URSS, China, Francia y el Reino Unido) y 35 Estados m¨¢s, en representaci¨®n de todas las alianzas y bloques nucleares. El programa para este a?o abarca las armas radiol¨®gicas y, qu¨ªmicas, la prohibici¨®n de ensayos nucleares, la prevenci¨®n de la guerra at¨®mica, la utilizaci¨®n del espacio extraatmosf¨¦rico y el programa global de desarme con garant¨ªas de seguridad para los pa¨ªses no dotados de armas nucleares.