?Qu¨¦ barbaridad!
Deprisa, queriendo aprovechar el posible fil¨®n comercial del reciente caso Rumasa, Jos¨¦ Luis Merino (autor, entre muchas otras, de Tarz¨¢n y las minas del rey Salom¨®n; S¨¢bado, chica y motel; Kelly o aquel, y Marcada por los hombres) ha improvisado una cosa que ahora se proyecta en los cines espa?oles como si de una pel¨ªcula se tratara. En la pantalla, ciertamente, aparecen unas im¨¢genes que se mueven y rostros de personas que otras veces han trabajado de actores, y hasta espor¨¢dicamente existe alguna relaci¨®n entre las distintas secuencias del producto.Pero el conjunto no re¨²ne las condiciones m¨ªnimas que son exigibles a una pel¨ªcula de aficionados ni, por supuesto, nada tiene que decir respecto a la nacionalizaci¨®n del holding de Ruiz-Mateos, aunque se empe?e en cuatro chistes reaccionarios y sin gracia que, naturalmente, parten de la f¨¢cil caricaturizaci¨®n de los l¨ªderes pol¨ªticos actuales.
La avispita ruinasa
Director. Jos¨¦ Luis Merino. Fotograf¨ªa: Manuel Mateos. M¨²sica: Ricardo Recuero Harmony. Int¨¦rpretes: Jes¨²s Puente; Licia Calder¨®n; Jos¨¦ Sazatornil, 'Saza'; Jos¨¦ Carabias; Mar¨ªa Casal, y Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez. Espa?ola, 1983. Comedia.Local de estreno: Conde Dque. Madrid.
El capo de la operaci¨®n es un andaluz al que no se le ve la cara, pero s¨ª c¨®mo fuma puros; su contrincante es un hombre grueso con tirantes rojo y gualda, y otro interlocutor, el camarada Zorrillo, fuma insistentemente y habla con voz cavernosa.
Ha habido muchas pel¨ªculas tan torpes y triviales como esta en la historia del cine espa?ol. Sigue habi¨¦ndolas: Los auton¨®micos, Las autonosuyas, ?Qu¨¦ vienen los socialistas!... Casi todas parten de un berrinche irracional de sus autores, otrora complacientes con el r¨¦gimen que les beneficiaba, y pr¨¢cticamente nunca contienen la verdad necesaria para convertirse en denuncia, cr¨ªtica o documento. La derecha cerril, a lo que se ve, carece de talento y hasta de ingenio.
Con todo, La avispita ruinasa desciende a¨²n esos m¨ªnimos de calidad y alcanza nuevos baremos en su significaci¨®n, desvelando lo que para esta derecha es la pol¨ªtica. En un momento de la pel¨ªcula se llega a confundir el n¨²mero de los votos emitidos en las elecciones con el de las armas que controlan los ganadores.
Babelia
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