Morir en Managua
En el curso de una conferencia de prensa, dedicada fundamentalmente a tratar la situaci¨®n de Centroam¨¦rica, Reagan se ha entregado a la realizaci¨®n de un ejercicio especialmente dificil: por una parte, ha querido tranquilizar a sus compatriotas, manifiestamente inquietos ante la perspectiva de que se llegue a una participaci¨®n directa de tropas de combate estadounidenses en el conflicto centroamericano. ( ... )Norteam¨¦rica, a¨²n no respuesta del s¨ªndrome vietnamita, teme que se produzca una escalada militar que conducir¨ªa inexorablemente a sus muchachos a morir en Managua o en Tegucigalpa, capitales que Reagan sit¨²a con insistencia en la retaguardia de Estados Unidos, pero que, para la opini¨®n p¨²blica norteamericana, siguen siendo lugares vagamente ex¨®ticos y sin verdadera importancia. ( ... )
Las ambiguas manifestaciones de Reagan no han satisfecho a sus principales adversarios en el Congreso, en v¨ªsperas de un debate decisivo sobre este asunto. ( ... )
Es cierto que los sovi¨¦ticos parecen decididos a proporcionar toda la ayuda militar que Nicaragua pueda necesitar, as¨ª como que se esfuerzan en establecer nuevas posiciones en una regi¨®n considerada hasta ahora como coto particular de Estados Unidos. Pero no es menos cierto que la escalada americana y las amenazas contra Nicaragua incitan a los sandinistas a solicitar y a obtener, posteriormente, m¨¢s armamento.
( ... ) Aunque Fidel Castro habla de llegar a la guerra con Estados Unidos si fuera necesario, recomienda tambi¨¦n una negociaci¨®n global. Tal es el deseo de la mayor¨ªa de los pa¨ªses latinoamericanos y, especialmente, del grupo de Contadora. ?Por qu¨¦ Reagan, que ense?a los pu?os hablando de paz y de justicia social, no coge el toro por los cuernos?
28 de julio
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